Epílogo

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[ESTE FANFIC, ES UNA ADAPTACIÓN. EL ESCRITO NO ME PERTENECE, TODOS LOS DERECHOS A LA AUTORA ORIGINAL, HaBiin].

El viento soplaba con tranquilidad en aquella colina, donde sólo una casa no muy grande y espaciosa, ocupaba lugar sobre un hermoso y acogedor césped verde; donde crecían un sinfín de pequeñas flores. Alejada de las grandes muchedumbres de personas y sus ruidos. El cristalino del sol que comenzaba a ocultarse, plasmaba colores hermosos y las nubes parecían tener forma de castillos y cosas fuera de sí.

Sobre el césped una chica se encontraba sentada bajo un manzano. El viento removía las finas hebras de su cabello, que contrastaban con aquel atardecer. Apoyaba sus codos sobre sus rodillas y observaba el panorama. Agradecida por apreciar tal belleza. Un chico de cabellera castaña, le observó. No pudo evitar sonreír al verla tan tranquila y perdida en sus pensamientos, como tampoco pudo evitar ir donde ella, rodearla con sus brazos y plantarle un cariñoso beso sobre la sien de la cabeza. Ella le observó y le regaló una dulce sonrisa.

- ¿Qué sucede? -preguntó el chico-.

- Todo resulta tan irreal. La tranquilidad, nosotros juntos... pareciendo normales -dijo ésta con tono melancólico-.

- Recorrimos un gran camino, y ésta es nuestra recompensa. Un lugar donde sólo existamos tú y yo.

- A veces, pienso en los chicos. En Ash, los gemelos D... y en el Tío Gilbert. ¿Crees que piensen en nosotros?

- Sin lugar a dudas lo hacen. Creo que ahora, deben estar mejor que nunca. Siendo libres.

- Me sigo preguntando como pasó todo esto. Si realmente fue cosa del destino.

- Algunas cosas, simplemente no tienen respuesta. La vida es complicada -afirmó el castaño-.

La chica suspiró y se recargó sobre su hombro, mientras miraba el escarlata del cielo. Era reconfortante estar así. Y con la persona que amaba.

- ¿Crees que fue un milagro? El que hayas vuelto, aquella vez.

- Fuiste tú, Lena. Te escuché llamarme, eras como una luz brillante en la oscuridad.

- Creo que simplemente, no era el momento.

- Desde el primer momento, que llegaste a mi vida, salvaste mi existencia.

Para el chico, le era inevitable sonreír. La felicidad y grata compañía le hacían sentir como si tocase el mismo cielo. A veces, incluso para él, le resultaba extraño que estuviese con la mujer que amaba. Con una vida normal, como la de una persona humana. Aquello por lo que siempre añoró.

- ¿Ves esa nube? -preguntó la pelirroja-.

- Sí, parece un dragón -afirmó él-.

- No. Es un castillo.

- Eso no es posible. Oh, mira -señaló-. Esa otra parece un castillo.

- ¡Oye! Esa es mi nube.

- Oh, es probable que tengas razón.

- ¡Tae Hyung! Estas jugando conmigo.

- No, no lo hago. Siempre has sido una chica tonta.

- Genial, eres todo un caballero -dijo de pronto molesta-.

- Eres una tontita. El motivo de mi alegría y felicidad. A veces gruñona y otras quisiera comerte a besos. Eres a quien amo.

- Y tú, la razón de mi existencia.

La chica conocía bien cuando éste la molestaba para después decirle un sinfín de dulces palabras.

El chico acarició con delicadeza su rosada mejilla y le miró a los ojos, contemplando el inusual color. Grabando cada diminuta figura de su rostro. Con un suave toque, depositó un beso. Y memorias de un ayer, inundaron su mente. Agradeció, haberle conocido.

Aquel atardecer, trajo recuerdos y buenos momentos para ellos. Y para los viejos amigos, que terminaron por aceptar su realidad.

—Fin—

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Hasta aquí la historia de Lena y Taehyung, espero que la hayan disfrutado tanto como yo, os espero en mis otras historias y a vuestros comentarios.
Gracias por leer 😁

Shadows Of The Night (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora