Al fin domingo, era un día tan deseado por tantas personas. Parecía que el sol luchaba contra las grises nubes que le prohibían reinar, Audrey observaba desde su ventana y sólo podía imaginar que la esperanza de vivir junto al lado del hombre que amaba era equivalente al sol deseoso de salir entre tanta nubosidad.
—Oh cariño pensé que aun dormías, no bajaste a desayunar—Margaret con su acostumbrada falsedad entrando a la habitación.
—Buenos días madre.
—Buenos días, debes prepararte para hoy.
—El baile es hasta la noche ¿no?
—Así es, pero no por eso estarás todo el día en fachas.
—Claro, madre quiero preguntarte algo. El viaje del que hablaron ayer, ¿cuándo es?
—Hoy mismo después de la fiesta.
—Pero tú y mi tío vienen ¿cierto?
—Por supuesto querida, por ningún motivo te dejaría ir sola con el Sr. Salvin por muy caballero que sea.
La joven no pudo comentar nada al respecto, no sabía si su madre estaba engañada por su tío o si era tan buena mintiendo.
Pasado el mediodía la residencia Aldridge estaba casi lista para la gran noche, Audrey estaba tan nerviosa que su estómago dolía y sus manos temblaban.
—Señorita le traigo su té.
—¡Agnes! ¿Pero dónde estabas? Me has dejado sola.
—Hawes no me quita los ojos de encima, vigila cada paso que doy como si sospechara algo.
—¿Y dónde está ahora?
—Tuve la suerte que su madre me ordenó traerle su té así que él no tuvo motivo de seguirme ¿Está lista?
—Sí, pero como bajarás mis cosas si ese hombre no pierde de vista ni tu sombra—señalando un pequeño bolso en el que había guardado no más que tres vestidos y algunas fotografías de su padre, el resto de sus pertenencias no las quería.
—Durante el baile, todos los ojos estarán en usted así que podré subir y llevármelo.
—¿Te irás antes que yo me marche?
—Sí señorita—puso su mano en la mejilla de Audrey—la veré en la capilla
—¿La capilla?
Antes de marcharse George logró acercarse a la propiedad para entregarle una nota a Agnes donde le explicaban los planes para esa noche.
—El joven William conversó con el reverendo y los casará antes de que se marchen.
—¿Qué?—su sorpresa igualaba la felicidad que invadía su cuerpo, si todo salía bien muy pronto sería la Sra. Servaes.
—Sshhhh trate de contener tanta felicidad—dijo sonriendo—debo bajar antes que suban a buscarme.
—Está bien.
Se abrazaron por segundos. Todo estaba listo, no había marcha atrás y tampoco quería pensar en su madre o su tío porque si lo hacía su conciencia la obligaría a quedarse.
*****
—No puedo con tanta espera—dijo William con nerviosismo en su voz.
—Tenga calma, según me enteré, el baile iniciará a las 6 de la tarde, cuando nuestro amigo, el reloj, nos marque las 9 me iré con los caballos y los esperaré en la capilla.
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Luna de Sangre
Mystery / ThrillerInglaterra siglo XIX Audrey hija de un acaudalado hombre de negocios de la ciudad de Manchester, la vida resuelta a pesar de tener una madre poco afectiva. Un día inesperado su vida cambiará por completo viéndose obligada a dejar su ciudad natal par...