Descontrol. (Stony)

2.

Steve se había mudado temporalmente a la torre Stark después del incidente con Ultrón. Pretendía ofrecerle apoyo a Tony cuando lo necesitara. Él también estaba solo y cuando requería su espacio la torre era lo suficientemente grande para brindarle la intimidad y tranquilidad que precisaba. Así pues ambos estaban acompañados y ambos a su bola. Todo esto lo desencadenó la noche en la que Steve se percató del pésimo estado anímico que tenía su compañero y su dificultad para dormir, algo que increíblemente tenían en común. Llevaban dos meses conviviendo y aún Tony no se había dignado a dormir en su cuarto, le recordaba a Pepper. Esta estaba desaparecida con tanto trabajo, Tony no sabía si tanto tiempo sin verla significaba que ya no eran nada o si simplemente era una mala racha.

-¡Stark! ¿Otra vez despierto?-Steve sorprendió al dueño de la torre por uno de los larguísimos pasillos.

-¿Y tú?-respondió.-Debería volver a hacer fiestas, al menos tendría buenas razones para mantenerme despierto.-bromeó.

-No cambiarás.-sonrió Steve.-¿Aún no has entrado en tu habitación?-

-Aún no.-negó también con la cabeza.

-No puedes seguir así, Stark. Tienes que acostarte, o intentarlo por lo menos. ¿Cuántas horas llevas sin dormir?-

-Eso da igual. Prefiero el sofá o el laboratorio.-

-No seas infantil. Vamos.-Steve tomó a Tony del brazo y lo dirigió a su habitación.

-No quiero, Rogers.-sonó molesto.-¿Y tú qué? Estás peor que yo.-

-Yo me he llevado durmiendo 70 años. Aún no me he cansado lo suficiente para retomarlo donde lo dejé.-

-Yo podría intentarlo.-pinchó.-Cansarte.-

-Ya lo intentas continuamente.-

-Me refiero a un territorio inexplorado para usted, capitán.-sonrió pícaramente.

Steve soltó a Tony y le obligó a mirarlo.-No me gustan esas bromas, Stark.-parecía enfadado.

-Vamos, capi, ¿cuándo vamos a tener esa charla?, ya eres mayorcito para que hablemos de sexo. ¿No te gustan las mujeres?-

-Claro que sí. Cállate.-volvió a sujetar a Tony y retomó la marcha esta vez más apresurado.

-Oh, entonces, ¿tan pequeña es?-provocaba Stark.

Steve intentaba hacer caso omiso a las obscenas palabras del millonario las cuales quemaban su ego y agotaban su paciencia. Una vez llegaron a la puerta de la habitación, Steve abrió y se encontró con la habitación tal cual estaba justo después de irse Pepper. A pesar de eso introdujo a Stark en ella de un empujón.

-Deberían de llamarte capitán virginidad.-gritó Stark para enfurecer aún más a Rogers que ya se iba.

Tony observó la habitación. Se sentó en la cama y pasó la mano por las sábanas. La cama estaba desecha desde hace más de dos meses, pensó que no tenía sexo desde entonces. Extrañaba a la antigua Pepper. Ahora la única persona que lo sostenía era el capitán. No entendía por qué Steve seguía en su casa después de lo mal que lo trataba a veces. Se levantó con pesadez y acudió al minibar.

Steve en cambio marchaba enfadado hacia su habitación. Detestaba a Stark en ese momento y se sentía estúpido por permitir decirle lo que quisiera. A veces perdía la esperanza y pensaba que lo mejor era volver a su apartamento. Odiaba a Tony por lo que provocaba en él. Se sentía atraído por su autodestrucción. Después de la noche en casa de Barton y el incidente de la ducha, se dio cuenta de que Tony no era sólo lo que parecía, llevaba la arrogancia y el ego de escudo y se escondía tras él. Un poco como él y su escudo de Vibranium. Pero especialmente cuando tocaba los temas de sexo, lo sacaba de quicio. Eso para él era muy íntimo y Stark era un descarado. Claro que respecto a experiencias, Stark se llevaba el oro y él ni podía presentarse a la competición. A veces lo envidiaba y otras sentía pena por él. Aunque el sentimiento más extraño que experimentaba era la curiosidad que le recorría cuando este le proponía hablarle de sexo o "enseñarle", aunque sólo fuera para mofarse de él.