La tensión era innegable. Allí estaba Stark, presionándole el esternón con su dedo índice, manteniéndole la mirada después de haberle dicho que sabía de sobra que no tenía prisa, después de proponerle sutilmente que pasara la noche con él. «¿En qué momento se metió en ese lío?» Lo veía con el ceño fruncido esperando una respuesta claramente satisfactoria y él no podía parar de pensar en lo malditamente atractivo que le resultaba verlo arrugando el rostro. Un golpecito en su pecho lo hizo espabilar un poco, el dedo de Stark lo golpeó de nuevo, y le quemaba la piel como si de un cigarrillo se tratase.
Retrocedió dos pasos.
-Primero necesito saber cuánto has bebido.
-No lo suficiente.
-¿Lo suficiente para qué?
-¿Para qué le gustaría, capitán Rogers?
Steve apretó la mandíbula, su compañero era experto en saber desesperarlo.
-Mejor me voy, Tony.
El millonario lo alcanzó sujetándolo del brazo para impedir que se fuera.
-Una copa-lo miró impaciente-Sólo una.
Steve aceptó y cuando se quiso dar cuenta estaban en uno de los sofás que Tony tenía por el taller e iban acabando la segunda botella de whisky. Un leve tono rojo ya asediaba las mejillas del castaño, por el cuál corría el alcohol a un ritmo vertiginoso dentro de su torrente sanguíneo. Les dio igual que la fiesta siguiera en la planta de arriba y pudieran notar su ausencia, aunque seguramente ya habría terminado, pues se habían pasado un par de horas hablando de cosas triviales sin importancia, donde Rogers reconoció que realmente Tony era una gran compañía. La incesante práctica que había tenido Tony con la bebida le permitía mantener un mínimo de facultades y un tema de conversación decente, que aunque a veces se fuera del tema y soltase alguna tontería, Steve consideraba que eso lo hacía más entretenido. Estuvo demasiado ocupado observando y riéndose con el moreno para acordarse de regañarlo por el consumo excesivo de alcohol. La tensión que los envolvió en otras ocasiones había desaparecido inexplicablemente y el ambiente era completamente agradable para el capitán, que sonreía a cada bobada que soltaba Stark recargado levemente sobre uno de los reposabrazos del enorme sofá de cuero italiano.
-No puedo creerlo.-espetó Steve riéndose-¿¡Todos los miembros de la junta directiva!?
-Y no sólo de mi empresa-aseguró-Pepper llevaba una carpeta de contabilidad enorme y me atizó con ella todo lo que pudo-se rio al recordarlo-yo tenía una resaca terrible y me la quitó a carpetazos.-Rogers estalló a carcajadas imaginándose la escena mientras Tony lo veía con una amplísima sonrisa-Es la primera vez y única, que la he visto perder los nervios, pero la entiendo. Encontrarte a tu jefe dormido desnudo sobre la mesa de reuniones con todos los altos cargos detrás tuya tiene que ser digno de vivir.
-Esa mujer tiene el cielo asegurado contigo.-dijo aplacando las risas.
-Sí...-dijo por lo bajo y miró al capitán unos segundos mostrando una mueca torcida-No entiendo qué hace conmigo, soy un desastre.
-No voy a negarte eso.-sonrió Steve, un gesto que ahora expresaba afecto-Pero eres un tipo por el que merece la pena luchar y Potts lo sabe.
-No estoy siendo justo con ella, Rogers.-admitió-No sé si... Es decir, nada ha cambiado.
Steve frunció el ceño confuso.
-¿A qué te refieres?
-Yo..., yo no creo que la quiera, ya sabes, como se merece.-hizo un pausa y fijó su mirada en el fondo del vaso que sostenía en sus manos.-La..., la quiero igual que antes. Antes de ser algo más.
ESTÁS LEYENDO
Descontrol. (Stony)
FanfictionTony Stark está pasando por una época difícil. Steve Rogers, sin saber muy bien qué lo lleva a tomar esa decisión, se muda con Stark ofreciéndole apoyo y compañía. Esto desemboca en una serie de circunstancias que provocan sensaciones desconocidas p...