4.

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-Tony... Por favor...-

-Joder, que bien suena eso.-Stark se acercó peligrosamente a Rogers que no tenía ni idea qué significaba el comentario.-¿Quieres ducharte?-

-No. No. Es-estoy bien.-respondió tartamudeando el de ojos azules. Recordaba su ducha con Stark con nerviosismo, y eso que antes no estaba tan desesperado por una situación comprometida con él.

-No me hagas obligarte. Dúchate, esta vez no te acompañaré, Rogers. Luego hablaremos.-advirtió con una sonrisa maligna y señaló la puerta del baño.

-Está bien. A ver si así me dejas en paz.-suspiró.

Steve entró al baño y cerró la puerta. Empezó a desnudarse pensando en que después tendría que enfrentarse a una conversación muy incómoda con Stark. Quizás podría ducharse durante más de una hora y esperar a que el otro se cansara de esperar y terminara durmiéndose. "Qué voy a decirle". Ni si quiera lo entendía él y el castaño sólo hacía pedirle explicaciones. "Tendrá valor, todo el día provocando y encima se hace el desentendido." Se colocó bajo el grifo y dejó correr el agua caliente pretendiendo relajarse. Stark se hallaba recostado contra la puerta del baño respirando entrecortadamente. Pocas veces dudaba de sus acciones, siempre rebosaba seguridad, pero esta vez, no se sentía seguro en absoluto. Incluso estaba nervioso. Excitado por sus propias ideas luchaba con no asaltar el cuarto de baño e introducirse bajo el grifo con Rogers. Ya se había quitado traje, calcetines y zapatos. Sujeto al borde del elástico de sus slips meditaba su plan. Acabó cediendo y los dejó caer a sus tobillos.

En un instante Stark había abierto la mampara de su plato de ducha y se había colado dentro de ella.

-¡Stark! ¡¿Qué diablos haces?!-se sobresaltó Steve.

-¡Dime tú qué hago, joder!-espetó un agobiadísimo Tony.

Al momento y sin pensarlo dos veces, Steve se abalanzó a Tony y juntó sus labios con los de él tomándolo de la nuca. Permanecieron así por unos segundos y luego el rubio separándose investigó los ojos del moreno. Stark se encendió como nunca y de inmediato se ciñó de nuevo al capitán capturando los labios de este con los suyos. El beso que inició el millonario era desesperado y húmedo. Jugaba con su lengua a dominar la del más alto. Le lamía y mordía los labios mientras lo asía de los hombros. El capitán experimentó un calor intenso y completamente nuevo para él. Avivado y fuera de control atrapó a Tony y lo obligó de un empujón violento a quedar mirando a la pared de la ducha. No tardó ni un segundo en apretarse contra él mientras le devoraba el cuello por detrás.

-¡Dios, Steve!-gimió el castaño.-¡Vas a matarme!-Steve seguía liado con el cuello del contrario. Sin dejar su tarea empezó a pasar sus manos por la espalda de Stark, de arriba abajo. Cuando llegó a la cintura se detuvo en seco paralizado por su inexperiencia. Esto le dio ventaja a Tony para recomponerse y girarse quedando cara a cara con el capitán.-Qué calladito te lo tenías, Rogers.-le sonrió. Stark se llevó su mano a su propia entrepierna que suplicaba atención. Comenzó a mover su mano a un ritmo lento y pausado observando al capitán con una sonrisa malévola en la cara. Rogers estaba duro como una piedra pero se estaba asfixiando de presión. Sabía que Tony esperaba algo de él y realmente no sabía qué hacer, estaba embobado con el cuerpo desnudo y mojado de su compañero.

-Tony...-comenzó agitado.-Yo... No sé qué hacer...-el millonario sin decir ni una palabra alcanzó la mano de Rogers y la depositó en su miembro. En un acto reflejo Steve apartó la mano, y Tony repitió la acción situando de nuevo la mano del capitán en el sitio en el que más deseaba contacto. El rubio se tiñó de rojo la cara pero comenzó a masturbar a Stark. Este agarró el miembro duro y listo del soldado y comenzó a acariciarlo superficialmente. Steve ante el leve tacto elevó el mentón hacia el techo y soltó un gemido sordo. El castaño que se dio cuenta de la reacción del capitán tomó con fuerza su pene y comenzó a mover la mano tan rápido como pudo.-¡Aaahg! ¡Stark!-gruñó el rubio.

-¡Joder! ¡Sí, Rogers!-chilló alentándolo. Al parecer le ponía cachondo oír su nombre salir así de la boca del capitán. Continuó masturbándolo y Steve sobreexcitado capturó el cuerpo de Stark y volvió a besarlo. Esa vez con demasiada lengua. Incluso mordió la mandíbula del genio en un acto desesperado. Empezó a manosear al millonario de sobremanera. Rozó con sus manos todo el torso de este mientras se iba inclinando para poner besarle el pecho. Le mordió el pectoral derecho y le apretó con determinación la nalga izquierda a lo que Stark se sobresaltó. Siempre había sido dominante, pero que el capitán tuviera más fuerza que él aparte de asustarle lo provocaba muchísimo. Era su primera experiencia con un hombre y realmente pensó que nunca se iba a ver en una situación así sin ninguna mujer de por medio. El miedo invadió el cuerpo de Tony y empujó a Steve.

-¿Qué pasa?-preguntó un Steve aturdido. Tony echó una mirada fugaz al rubio y apartándolo salió del plato de ducha en silencio y mirando al suelo.

Se sentía abrumado. Estaba acostumbrado a lidiar con sus locuras sin regañarse a sí mismo, pero esta vez se estaba martirizando por la decisión de provocar a Steve y ver que salía de ahí. La única explicación razonable que se le ocurría era que se dejó llevar por sus impulsos sexuales, por buscar aliviar la falta de sexo, y ya que le había calentado el rubio, era este quien tenía que arreglarlo. Enfadado consigo mismo y avergonzado empezó a vestirse sin prisa pero sin pausa, deseando salir de ahí cuanto antes.

Steve por otra parte, se quedó desconcertado apoyado en el cristal de la ducha. Corriendo aun el agua no paraba de preguntarse qué había hecho mal. Quizás había asustado a Tony con su furor, aunque le extrañaba un poco que un hombre cuya media vida se la había pasado teniendo sexo pudiera sentirse acobardado. Empezó a barajar la posibilidad de que Tony se metió con él en la ducha y empezó aquel disparate por la presencia de una buena cantidad de alcohol en su sangre. Así que en ese caso, Stark no sentía nada hacia él. Ni atracción física, ni curiosidad, ni nada. Bueno, sí, estaba seguro que después de los pocos progresos en su relación como compañeros, que al menos habían conseguido dejar de odiarse, todo se iría al garete y empeoraría la situación tornándose más negra que al principio. Aunque no sabía por qué, se sentía decepcionado con la idea de no gustarle a Stark. Tony a él si le gustaba, después de la visión tan sugestiva que había presenciado, la del genio tocándose a sí mismo mientras el agua bajaba por su cuerpo, lo tenía claro. Salió del baño tapado con una toalla y se encontró al castaño ya vestido terminando de cerrar una pequeña maleta.

-Tony-dijo el soldado casi en un susurro. No obtuvo respuesta y se quedó allí viendo como el otro salía de la habitación ingresando un código de cancelación en la puerta. Lo siguió por toda la torre en silencio hasta la planta del garaje, donde guardaba todos esos coches de lujo. No tenía ninguna duda de que Stark estaba huyendo de allí y conociéndolo a saber cuándo volvería o si volvería siquiera. Tony entró en su R8 rojo y dejó su maleta de mano en el asiento del copiloto. Se puso unas gafas de sol que había en la guantera y como si el capitán no estuviera ahí, encendió el motor y acto seguido salió acelerando con un chirrido de las llantas.

De nuevo Steve se quedaba solo y absorto por las acciones del egoísta de su compañero, que no se dignó si quiera a mirarlo antes de largarse. Si hubiera estado delante del coche estaba seguro de que lo hubiese atropellado. Soltó un suspiro de resignación al aire y volvió a cuarto.





Descontrol. (Stony)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora