5.

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Dubai. 9 p.m.

-¿Dónde estás?-preguntó Tony al teléfono.

-¿Tony? Sabes que en Dubai. ¿Ha pasado algo?-

-¿Exactamente dónde?-

-En el hotel, Tony. En el JA Oasis.-

-Bien.-y colgó.

Después de bajar del avión había alquilado un coche de lujo. Un Maserati Gran Turismo color gris carbón. Se paró delante del exuberante hotel de cinco estrellas, cogió su leve equipaje, bajó y le arrojó las llaves al atento aparcacoches de la entrada. Preguntó en recepción algo alterado por la habitación en la que tenía interés y después del largo paseo en ascensor encontró la puerta deseada. Llamó golpeando la madera.

Abrió la puerta con paciencia. No esperaba ninguna visita. Cuando terminó de abrir se encontró allí plantado a un Tony Stark con un rostro indescifrable, más humildemente vestido que de costumbre y con una pequeña maleta en su mano izquierda. Parecía preocupado. Estaba distinto.

-Tony... ¿Qué haces aquí?-

-¿Así saludas a tu novio?-parecía que había recobrado algo más de él. Observó a la chica. Estaba radiante, llevaba un camisón corto de seda azul marino y el pelo recogido de forma casual. Lo miraba extrañada, como intentando averiguar las razones por las que estaba allí.

Como un loco desesperado arremetió contra Pepper con un beso posesivo y lleno de pasión contenida. Fue correspondido por los labios de la chica que tantos meses llevaba sin saborear. Cerrando la puerta de una coz y entrando en la habitación sin pausar ni un segundo el beso dejó caer su maleta y comenzó a acariciar por encima de la fina tela la cintura de la rubia. La lengua de Stark peleaba con la contraria intentando dominarla. Una pelea que estaba resultando exquisita para ambos. Sin demorarse mucho Tony deslizó una de las tirantas del camisón de la chica y bajó su otra mano al muslo de esta comenzando a ascender por dentro de la tela. Pepper reaccionó incómoda e intentó controlar las manos de Stark con delicadeza. Este hizo caso omiso a las sutiles negativas de su novia y pasó de su boca a su cuello avasallándolo a mordiscos suaves y húmedos.

-Aah... Tony... Para...-gimoteó Pepper.

-Shh, shh, shh.-acalló Stark. Se paró para mirarla a los ojos unos segundos.-¿No te alegras de que esté aquí?-Y sin darle tiempo a responder continuó entre cortado por los besos que le daba al cuello y al hombro de su chica.-Regresemos. A. Los viejos tiempos. Señorita Potts.-y la dirigió al enorme sofá de la suite. La tumbó suavemente y se colocó encima de ella. Retomó los labios y la lengua de Pepper quien aun queriendo protestar se estaba derritiendo por el beso tan sensual de Tony. Sabía besar como nadie. El sedoso tacto de su lengua tan experta y electrizante estaba matándola. No quería acostarse con él por la delicada situación que tenían desde hace unos meses, pero estaba sucumbiendo a los encantos naturales de su exjefe. Este sin más preámbulos obligó a subir con ambas manos a la tela azul marina que vestía Pepper, deslizándola poco a poco hasta llegar a sus caderas dejando expuestas una braguitas de encaje que casualmente le había regalado él. Sonrió al verlas y acercó su boca a ellas. Besó de forma cariñosa el monte de venus de su novia por encima de la ropa interior y por fin le subió completamente el modelito lanzándolo a uno de los butacones que hacían juego con el sofá.

-Disfruta, cariño.- dijo para sosegar a su novia que estaba un poco rígida. Con cautela Pepper acercó sus dedos a los botones de la camisa del millonario y comenzó a desabrocharlos ensimismada por el torso que iba quedando al descubierto. Tony sonreía de manera coqueta pensando en que ni si quiera ella podía resistírsele. Se acordó de Rogers. Apartó rápidamente al capitán de su cabeza y se apresuró a quitarse los pantalones. Una vez en slips pasó a retirar la ropa interior de la rubia. Con sus dedos pinzó el broche del sujetador y se lo quitó en una caricia. Llevó sus labios a los pechos de Pepper y succionó sus pezones. Besaba y mordía en una mezcla dulce y salvaje. La mujer no tardó en encenderse retorciéndose bajo los labios caprichosos de Stark. Avanzó una mano al miembro ya preparado de su pareja y lo apretó con fuerza en forma de demanda. Tony reaccionó soltando un suspiro ahogado mientras Potts lo acariciaba donde más le gustaba. Metió dos dedos entre la fina lencería y la piel ya húmeda de su chica e inició un vaivén de arriba abajo acariciando toda la feminidad de ella. Pepper casi se derrite y empezó a gemir ante el tacto de los dedos del moreno, que no apartaba la sonrisa de su cara.

Descontrol. (Stony)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora