EL ENCUENTRO

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Una cálida noche una joven caminaba por un bello bosque, la joven portaba un vestimenta oscura tan oscura como la misma noche que en ese momento solo era alumbrada únicamente por la luz y el brillo de la majestuosa luna, mientras la joven caminaba entre la maleza de un gran bosque, un joven de armadura negra la observaba escondido en los arboles cuando, admiraba como los pocos rallos de luz lunar se reflejaban en la piel de aquella joven, como su cabellos negro se confundía con las sombras, cuando la joven se recargo en un árbol, de pronto escucha una voz algo familiar, ella savia que esa voz solo significaba su perdición, mas no conocía el porqué de ese sentir.

-hola bella damisela de porte tan majestuoso como el de una bella alma en vampiresa, ¿me permitiría acompañarle?

-hola, si gustáis podéis caminar cercas, mas debéis tener cuidado en donde pisas, estos caminos suelen ser engañosos.-dice en tono molesto pero con sorpresa-

-no os preocupéis bella vampiresa, soy muy ágil así como un cuervo es negro emprendiendo su majestuoso vuelo -estas palabras sorprendieron a la joven-

-¿voz sabéis algo de mí?

-no mi bella dama, aunque a veces se más de lo que debería saber, ¿Por qué lo preguntáis?

-¿cómo es que sabes que a mí me llaman es vampiresa?

-no lo savia, solo os dije así por vuestra magnifica belleza –dice mirándole a los ojos, mientras con una mano la invita a dar una caminata, un poco dudosa comienzan a caminar en silencio, después de un momento comienzan a charlar-

-hoy la luna es tan bella-dice el mirando al cielo-

-si así es-dice mirando la luna y sonríe-

Mientras hablaban aquel joven quedo hipnotizado en los ojos de aquella joven de elegancia refinada, de apariencia majestuosamente mortuoria, ellos decidieron verse noche tras noche, acordaron llamarse por seudónimos y aún no sabe el nombre del otro. Ella era Vampiresa y el Lord.

Con el paso de los meses se quedan un poco más platicando en uno de esos paseos paso el tiempo y casi amanecía, era hora de que aquella joven se retirara, al despedirse de manera cortes cada uno toma su rumbo ella no deja de pensar en aquel joven aun sabiendo que es algo malo, algo le decía que era malo, pero a pesar de todo lo vivido solo esa voz la asía entrar en calma, más a pesar de saber su amargo final esta decidió ignorar a la razón y seguir al corazón, grave error cometió de nuevo pues esa voz que la sorprendió, ella había quedado hipnotizada por ese tono de vos, por esa forma tan elegante de hablar.

Mientras iban pasando los días ellos cada vez se sentían peor al estar lejos uno del otro más sabían que hasta el no saber el nombre del otro no podían hacer nada

En una de sus tan enigmáticas citas se inca frente a la joven, tomando la mano derecha de la joven entregándole un ramo de rosas rojas y negras, le dice:

-bella dama de la oscuridad que conquisto a este humilde guerrero, ¿me podría dar a conocer vuestro nombre?

-y romper tan bello misterio mi lord, ¿o acaso es que vos me darías a conocer vuestro nombre?

-si así lo deseáis lo diré, mi nombre es...-la joven coloca su mano sobre la boca del chico-

-solo llámame Luna-retira la mano de la boca del joven de manera delicada y sonríe-

-soy Sirio, mi bella dama Luna-se sonríe al decir el nombre de la joven, se acerca de manera delicada, la toma de la cabeza y poco a poco se acerca más y más mirándole directo a los ojo hasta lograr que sus labios se unan en su primer beso, ella se quedó sin habla-no digas nada solo acepta mis sentimientos.

Después de unos minutos de su primer beso, miran la bella luna.

-¿recuerdas la primera vez que nos vimos precisamente en este lugar?

-sí, la luna era como la de hoy tan bella, misteriosa, romántica, tan ella, al igual que tu mi vampiresa –la mira, ella se ve sonrojada- eres tan hermosa como tu nombre lo dice.

AMOR TRACENDENTALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora