Capítulo 26: ¿Crees que soy tu hermana pequeña?

2K 155 3
                                    

Taylor, Mike y ella llegan exhaustos al piso.

-Voy a cambiarme –anuncia ella.

Ve cómo Mike y Taylor cogen un par de cervezas y se dirige a su habitación.

Una vez allí se pone algo cómodo y revisa su teléfono.

Recuerda que al día siguiente ha quedado con Linds, Matt y Ryan para ir a una fiesta. Le vendrá bien. Definitivamente se estresa rápido.

Decide salir a ver qué hacen los chicos, pero una frase le hace detenerse.

-Creo que deberíamos alejarla de esto –es la voz de Taylor.

Da un par de pasos hacia atrás y resuelve que tiene que enterarse de lo que sea que le estén ocultando.

-Taylor, asume de una vez que es buena. Es buena, le gusta lo que hace y encima lo hace bien. Y lo hace por ti. Déjala en paz, deja que haga lo que quiera, es madura, y ya es mayorcita para decidir por sí sola.

-No ha llevado bien eso de su padre. Ha entrado en la sala de interrogatorios, y me ha dicho Maryna que le ha insistido con que le enseñase la comisaría. No puede andar por ahí importunando a gente como Maryna.

-Maryna es una auténtica amargada. Estoy seguro de que Alison se habrá dado cuenta y la habrá puesto en su sitio.

Gracias, Mike.

-Ése es el problema. Efectivamente le ha puesto en su sitio. Algo así como que "pensaba que allí todos eran tan agradables como nosotros" y que "si tan ocupada estaba por qué no escuchaba el interrogatorio que hacía diez minutos que había empezado".

La carcajada de Mike se escucha por toda la casa.

En otro momento quizá Ali también se estuviera riendo si no fuera porque su novio la está cuestionando. Una vez más.

-¿Lo ves? Tiene madera. La tenía desde un primer momento y definitivamente los entrenamientos la han pulido por completo. Es segura de sí misma, atrevida. Amable en un principio pero dura si se necesita. Es perfecta, y no deberías preocuparte por algo que va tan bien. Es más, deberías agradecerle lo que está haciendo.

-Pero...

-Mira, tío, si tan indeciso y preocupado estás por su madurez, entonces no sé qué haces saliendo con ella. Si me lo preguntas a mí, eres afortunado, porque es madura, es inteligente, es amable, es guapa y encima te quiere. Deja de ponerle tantos peros y no te conviertas en un gilipollas –esta vez la voz de Mike suena fastidiada.

La chica se adelanta dejándose ver.

-Eso, Taylor, si tanta desconfianza me tienes...

Esboza una sonrisa triste.

-Ali, yo...

-No quiero escuchar tus explicaciones que con toda seguridad serán mentira. Ya has sido sincero con Mike, que por cierto, gracias por defenderme. Parece que tú me conoces más que mi novio.

-De nada, Ali. Oye... Os dejo solos. Creo que sobro. Bueno... Me abro –dice incómodo.

Cuando Mike cierra la puerta, Alison aún sigue manteniéndole la mirada a Taylor.

-He cambiado de idea. Tienes un minuto para soltar todas tus mentiras.

-Alison, no es mentira. ¡Yo te quiero más que a nada! Y te agradezco muchísimo todo lo que has hecho por mí, pero eres joven, inexperta y eso a veces hace que seas demasiado imprudente y atrevida...

-Das mucha pena, Taylor. Muchísima.

-Pero...

-No. Tú ya has dicho suficiente. Ahora escúchame tú a mí.

Él apenas asiente.

-Me escapé de mi casa queriendo llegar al instituto, hacer amigos, tener un compañero de piso normal y divertirme, ser una adolescente normal y despegarme completamente de todo lo que era antes. En un principio lo conseguí. Pero entonces apareciste tú, nuestros roces y luego nuestra relación. Eso también podía incluirse en una vida normal si no fuera por tu pasado que acepté. Decidí echar por la borda todos mis sueños y aspiraciones para ayudarte. ¿Y todo por qué? Porque te quiero, porque estoy ilusamente enamorada de ti. Creí que lo entenderías y que tarde o temprano aceptarías por qué lo había hecho. Pensaba que después de esto mi vida seguiría, haría lo que tenía pensado y finalmente me dedicaría a lo que quiero, nos casaríamos y ambos tendríamos una bonita familia. Un cuento de hadas, ¿eh? Pero no. Lejos de aceptarlo te dedicas a ponerme trabas en todo lo que hago, a quejarte, en definitiva de que piensas que soy una inmadura. ¿Qué coño puedo hacer si me doy cuenta de que mi padre no me comprende, de que es un delincuente, de que he vivido en una mentira y de que encima voy a tener que reencontrarme con mi madre a escondidas? ¿Qué puedo hacer si me he metido en una banda de criminales, la peor de Nueva York, para ayudarte? ¿Qué puedo hacer si en estos meses he cambiado tanto que soy capaz de poner a alguien en su lugar cuando antes era una chica muy tímida? En un principio estaba orgullosa de mí misma por haber conseguido lo que quería y encima haberlo dejado todo por ti, porque sabía que tú habrías hecho lo mismo. Pero creo... Creo que no tienes nada claro. Creo que sientes que soy una niña, me tratas como si fuera tu hermana pequeña.

-Eso no es cierto.

-Mira Taylor... Creo que quizá lo mejor sea que cuando todo termine nos demos un tiempo y cada uno vaya por su lado, ¿vale? Pienso que no estamos preparados para tener algo tan... fuerte. Me he precipitado haciendo todo esto, quizá debería haber estado quieta. Pero eso ya está hecho.

-¿Estamos dejándolo?

-Te he hecho un favor, ¿no? Después de todo tenías tus dudas.

-No, Ali, yo estoy enamorado de ti. Daría lo que fuese por ti. Lo sabes. Simplemente es el miedo a que te ocurra algo, a que sea por mi culpa.

-Pensar que no he llevado bien lo de mi padre o darle la razón a esa tal Maryna... Sólo quería hacer una amiga. Y si es el miedo... Déjame darte un consejo: para la próxima vez, recuerda que las personas no somos de cristal y que la mayoría sabemos defendernos.

-¿Esto es un final?

-No lo sé, Taylor. ¿Tú qué piensas? Al fin y al cabo has sido tú quien lo ha decidido.

-Creo que deberíamos hablarlo...

-Creo que deberíamos hablar cada uno por separado y pensar. Echando la vista atrás todo esto me parece una locura, totalmente precipitado. Sin embargo no me arrepiento de nada. Seguiré con el plan como hasta ahora y luego todo habrá terminado.

-¿Todo?

-Todo.

Con las cosas demasiado claras, va hacia su habitación donde, sacando su lado más adolescente, entra en llanto.

Recibe una llamada de Lindsay.

-¿Sí? –su voz suena ronca y afectada.

-¿Ali? ¿Qué pasa?

-Nada, yo... He discutido con Taylor.

-Oh... Creo que necesitas una ayuda. Estaré allí en 15 minutos.

-Pero...

-¡Lávate la cara! –Lindsay corta la llamada.

No le apetece hablar, pero agradece tanto que esté ahí...

Ella es una amiga de verdad. Alguien con quien siempre había soñado también desde pequeña. Se lo cuentan todo y se apoyan en todo. La clase de amistad que dura para siempre.

Ha cumplido todos sus sueños, sin embargo por el camino surgió uno nuevo: Taylor.

Es el único que no ha podido cumplir.

Y cada vez lo ve más lejano.



Una Princesa en Apuros ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora