"Adiós, Jared"

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¡Yupi! estoy en el instituto que diversión, que alegría. Bostezo, ni siquiera me molesto en tapar mi boca, tiro mi chaqueta y bolso al casillero, mientras escucho como Abby habla de Aarón. Si chicos y chicas, Aarón tiene una admiradora, que sorpresa. Era de venirse en realidad, la he pillado las bastantes veces hablando con Aarón por mensajes, como para saber que algo pasa entre ellos dos, lo que me molesta es que ni siquiera me dice, en cambio cada vez que me acerco tapa su celular con la mano, pero ¿ahora? muy de lo lindo hablándome de él. Alguien dispáreme en la cabeza.

- ¿Beth? ¿Me estas escuchando?- me pregunta Abby mientras caminamos por los pasillos.

- No en realidad, no. Me perdí en la parte que nombraste a Aarón por primera vez.- digo y ella me pega en la cabeza.- ¡eh!

- Tonta

- No más que tu- le digo en respuesta y ella saca la lengua. Que madura. Seguimos caminando por los pasillos sin rumbo. ¿saben en que tuve que venirme hoy al instituto? ¿Saben? En un puto autobús de mierda. Quiero a mi Edén de vuelta, se supone que me la pasaran lista la próxima. No tuve que pagar por los gastos ya que Sam se ofreció a hacerlo, dijo que me lo debía o algo así. Como sea, la cosa es que tendré a mi Eddie de vuelta. No aguanto más a que pase la semana pronto.

- ¡Hey! ¡Chicas! ¡Hola!- miro hacia atrás y Aarón se nos acerca corriendo.

- ¿Me estás de coña?- pregunto al destino en voz alta.

- Hola Beth...

- Hola- digo desinteresada mirando a otro lado

- Alguien no se agrada de verme

- Siempre es un gusto verte imbécil.- le digo con sarcasmo

- Sigues siendo tú.

- Y, ¿quién más?- roda los ojos y luego mira a Abby.

- Hola Abby... ¿cómo estás?

- Hola, bien y ¿tu?- dice ella sonrojada.

- Bien.- y también se sonroja, ¡joder! Pensé que este idiota era un mujeriego, debe de gustarle Abby en serio. Es muy tierno, pero irritante de cojones. No lo soporto. Me voy!

- Parecen unos putos colegiales. Caminen y sonrójense juntos. Yo me viro.- les digo. Y empiezo a caminar el pasillo.

- Jared te está buscando.- me grita Aarón, y yo paro en seco, se escucha su risa.- mira, dijo que te iba a llamar, pero que si te veía te avisara y que fueras al gimnasio. Solo eso me dijo nada más.

- Eso es raro de la ostia.- digo

- Pues dímelo a mí.- se ríe.- se veía nervioso, solo... no seas tan dura con él.

- Nunca lo soy, no sé ni porque lo dices- me rio inocente. El roda los ojos.

- Como digas, yo me iré con esta preciosura.- dice mirando a Abby...- tu vete a cazar, tigre.

- Ja-ja si como digas- empiezo a caminar.- y ah! Vete a la mierda Aarón.- le grito

- Yo también te aprecio mucho Beth.- dice y yo me rio a carcajadas.

(...)

Abro la puerta gigante que da al gimnasio, entro y lo primero que percata mi vista es la cancha de básquetbol, el suelo de un hermoso color azul, siempre me ha gustado por alguna razón. En la mitad de la cancha hay un baloncesto. Miro por toda la estancia para encontrar a Jared, pero ni rastro de él. Camino hacia el baloncesto, cuando llego lo miro detenidamente. Miro de nuevo por si es que el simio se atreve a dar la cara, pero todavía nada. Me agacho y tomo el balón, en mis manos lo rodo, todo normal hasta que una escritura con plumón negro llama mi atención.

Por favor, Quédate ConmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora