Justin Bieber's girlfriend {la novia de Justin Bieber}.

Capítulo 51.

-Y dime cariño, ¿batallaste para hacer el desayuno? -dijo ____ sonriendo una vez que bajó de la habitación y se dirigió al comedor donde se encontraba ya todo listo para el desayuno.

-Por supuesto que no -mentí, esos deliciosos waffles tomaron su tiempo para verse comestibles porque de otra manera ____ pensaría que revolví lo primero que vi en la alacena y lo serví para desayunar- fue tan fácil como quitarle un caramelo a un niño.

____ arqueó una ceja y sonrió un poco sarcástica dándome a saber que sabía que estaba mintiendo. Antes de que me dijera algo, me acerqué a ella y moví la silla para que se pudiera sentar. Frente a ella se encontraba un plato lleno de waffles colocados uno arriba de otro adornados con miel, dos tazas con café, galletas navideñas en forma de árbol de navidad y pan tostado, un digno desayuno navideño para dos personas. Me senté a un lado de ella y comencé a servir los waffles en los platos que había colocado para los dos. Mientras hacía esto ____ veía todo con detenimiento. Presentía que me iba a reclamar algo sobre el desayuno o algo así y segundos después fue lo que más o menos pasó.

-No me digas que también hiciste estas galletas -tomó una galleta en forma de Santa Claus y me miro.

-No, esas las conseguí de la alacena, las vi en el primer estante, se ven nuevas así que supongo que mamá las compró para Jazzy y Jaxon -dije como si nada.

-Entonces no podemos comerlas, son para los niños...

-Tu tranquila, esto se arreglará en cuestión de segundos.

Saqué mi celular de mi bolsillo y marqué el número de mi madre.

-¿Aló? ¿Señorita Mallete? -dije fingiendo una voz al momento que contestó la llamada- oh, un gusto, hablo para comentarle que ha sucedido un acontecimiento del otro mundo en su alacena. ¿Recuerda esas galletas navideñas que compró? Lamento informarle que han desaparecido y se verá en la penosa necesidad de comprar unas nuevas en el centro comercial... Por supuesto que no, su hermoso hijo Justin no se las comió, le repito, ha sido un acontecimiento del otro mundo... ¿Sí? Está bien, gracias por su cooperación, es usted una señorita muy amable, hasta luego.

Esperé a que mi madre se despidiera y finalicé la llamada, dejé mi celular en la mesa y miré a ____.

-Todo está resuelto, nena, ahora desayunemos.

Sonreí y le di un fugaz beso en los labios, ella me miró queriéndose reír por lo que había sucedido hace apenas unos segundos pero solo se limitó a sonreír y a negar levemente con la cabeza. Mientras comíamos y platicábamos, quedamos en que acabando de almorzar iríamos a comprar regalos para la familia.

Terminando de desayunar, comenzamos a recoger los platos sucios y a limpiar la mesa. En eso, el timbre sonó y fui a abrir mientras ____ se encargaba de secar los platos. Abrí la puerta y ahí estaba el pequeño Jaxon con una pequeña bolsa del mandado en su mano, lo alcé y empecé a juguetear un poco con él. ____ se acercó a nosotros y le pasé a Jaxon a los brazos mientras yo caminaba hacia el carro de mi madre donde se encontraba ella, la abuela y Jazzy bajando las demás bolsas del mandado del interior del carro. Al momento en el que vi a Jazmyn recordé a ese tal niño Hassan así que solo la miré con los ojos un poco entrecerrados y con la cabeza un poco ladeada hacia mi derecha.

-Mmm, ¿te pasa algo, Justin? -me preguntó al notar que la estaba viendo de esa manera.

-No, nada hermanita, es solo que recordé esa broma que me hiciste en el día de los inocentes -dije mintiendo. Ella sonrió victoriosa.

-Oh sí, recuerdo como si hubiera sido ayer...

Estaba más que claro que yo no me refería a la broma del año pasado cuando me dio uno de sus paquetes de galleta oreo las cuales en vez de la típica crema blanca que contienen, tenía pasta de dientes. No fue hasta la segunda o tercera galleta que me di cuenta gracias a Jaxon quien me dijo lo que estaba pasando. No me culpen, esa pasta de dientes no sabía a nada ni siquiera a menta, a lo que normalmente debe de saber la pasta de dientes. En fin, pensaba en cómo le diría a Jazzy que se alejara de ese niño. Tal vez la sobornaré con unas cuantas muñecas y maquillaje. No, maquillaje no. Ella todavía está muy pequeña para eso. Serán galletas entonces. O tal vez un perrito, sí, ella no podrá resistirse a un lindo cachorro.

Sonreí para mí mismo ante el estupendo plan que tenía en la mente el cual pondría a prueba en las siguientes horas. Saludé a mi madre y a mi abuela y después tomé dos bolsas con cada mano para luego dejarlas en el interior de la casa. Entraba y salía junto con ellas hasta que la última bolsa estaba en el interior. Mi madre cerró el coche y todos entramos a nuestro hogar.

____, mi mamá, mi abuela y yo comenzamos a desempacar las bolsas. Algunas cosas eran comida, otras eran adornos navideños y regalos también.

-¿Dónde envolvieron todos los regalos? -pregunté- ¿Qué no se supone que algunos son para los niños?

-Sí, los que son para los niños los compré y los llevé a envolver a una de esas tiendas que están dentro del centro comercial mientras la abuela los distraía llevándolos con el Santa que se pone ahí, ya sabes...

-Oh, siempre tienes todo fríamente calculado, madre -dije colocando algunas latas de comida en uno de los estantes más altos.

-¿Ustedes no irán a comprar algo? -preguntó la abuela y ____ y yo asentimos con la cabeza sonriendo- ¿y qué esperan, muchachos? Vayan de una vez para que cuando el abuelo y Jeremy estén aquí con el árbol de navidad estemos todos juntos y lo adornemos.

-Solo terminamos de ayudarles y nos vamos -dijo ____ con una cálida sonrisa.

Antes de que pudiéramos decir algo más, la abuela y mi madre comenzaron a decirnos que fuéramos lo antes posible a hacer las compras ya que después todos los lugares se iban a llenar y no íbamos a alcanzar y muchas razones más. Al final nos convencieron y dejamos lo que estábamos haciendo para ir por nuestras chaquetas a la habitación. Bajamos y nos despedimos gritando un ''nos vemos en un rato más'' desde la puerta. Nos dirigimos hacia mi coche, le abrí la puerta a ____, ella subió y yo rodee el auto para subir y ponerlo en marcha.

Al llegar al centro comercial, estacioné el coche en uno de los lugares más cercanos a la entrada ya que después de hacer las compras saldríamos con bolsas de más y pues la verdad no quería caminar tanto...

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