Justin Bieber's girlfriend {la novia de Justin Bieber}.

Capítulo 43.

Mire el reloj del living, marcaban las 10:56 de la noche. Justin, Mike, Gil y yo habíamos llegado al hotel hace unos diez minutos y cada quien nos fuimos a nuestras habitaciones para poder descansar. Nuestro plan para la noche sería ver películas y estar en cama hasta dormir y así lo haríamos.

-¿Y bien? ¿Qué película quieres ver primero? -me preguntó Justin al momento de acostarme a su lado.

-¿Votos de amor?

-Es romántica, ¿verdad? -levantó su ceja derecha y solté una leve risita.

-¿Te molesta?

-¿Por qué contestamos una pregunta con otra pregunta? -entrecerró los ojos y yo reí.

-¿Por qué no me lo dices tú? -lo fastidié.

-Ya, basta -rió- ¿entonces votos de amor?

-Es mi preferida, lo sabes...

-No lo sabía pero está bien...

Abrí la boca y me hice la ofendida, lo golpeé levemente en el brazo, él hizo un fingido gesto de dolor y yo solo reí. Me levanté de la cama ya que había olvidado mi celular en una pequeña mesita que se encontraba en el living. Salí del dormitorio y me dirigí a donde estaba mi celular, lo tomé y un repentino y fuerte mareo hizo que cayera directo al suelo. Justin escuchó el estruendo y salió corriendo en mi dirección.

-¡Mi amor! ¿Qué pasó? -preguntó alarmado mientras me sostenía en sus brazos.

-No... no lo sé, sentí -hice una pausa- tuve un fuerte mareo.

Llevé mi mano derecha a mi frente, la cabeza me empezaba a dar vueltas como si me hubiera embriagado horriblemente.

Justin me llevó hacia la cama, me acostó suavemente ahí, se notaba muy preocupado y yo le intentaba decir lo que sentía pero las palabras no salían de ml boca.

-¿Qué pasa? ¿Qué es lo que sientes, amor?

Negué con la cabeza y cerré los ojos por unos segundos, ni siquiera yo sabía lo que sentía. Luego, vi como tomaba su iPhone de la mesita de noche que estaba a un lado de la cama y movía rápidamente sus dedos sobre la pantalla. Acercó su celular a su oreja y empezó a hablar con Pattie. Empezó a explicarle lo que había pasado y yo poco a poco fui cerrando los ojos ya que los sentía muy pesados.

-Bebé, no, no te duermas... vamos, despierta...

[...]

Los rayos del sol me daban directo en la cara así que decidí acostarme boca abajo aun con los ojos cerrados. Me sentía muy cansada, no sabía que había pasado ni qué hora era. Escuché ruidos en la parte de la cocina pero no me asomé ya que no me sentía con muchas fuerzas de mover ni un solo dedo. Un par de minutos después, abrí completamente los ojos y noté que Justin no estaba a mi lado así que probablemente él era el de los ruidos. Bostecé y me senté en la cama, me estuve sentada varios segundos y justo cuando me iba a poner de pie, apareció Justin por la puerta vestido con un mandil (delantal) de los que usan los cocineros, una espátula en una mano y en la otra su dorado iPhone. Sonreí ampliamente.

-Alto ahí, señorita, no muevas ni un solo milímetro más de tu hermoso cuerpo, acuéstate otra vez en la cama, princesa -dijo Justin apuntándome con la espátula que traía en la mano derecha.

-¿Qué? -reí- ¿qué estás haciendo, amor?

-Yo... eh... -miró su iPhone y después la espátula- estaba preparando de desayunar.

-¿Y lo lograste?

-Al menos lo intenté -sonrió alzando ambas cejas y yo reí- bueno, ahora tú te volverás a acostar en la cama mientras yo termino... eh... lo que sea que esté haciendo en la cocina. No te preocupes, nena, yo te lo traeré hasta acá.

-Eres muy amable, mi amor, pero, ¿por qué no simplemente pides servicio a la habitación? Aparte, ya me siento mejor... gracias -apoyé ambas manos en la cama para darme fuerzas e intentar levantarme.

-No, no, no -se acercó rápidamente a mí, dejó su iPhone en la cama y la espátula en la mesita de noche y se puso enfrente mío tomándome de las manos- tú, bella dama, no te moverás de aquí, ¿okey? El doctor dijo que necesitabas reposo...

-¿Le llamaste a un doctor? ¿Cómo... por qué?

-Dime que es una broma tu pregunta... te desvaneciste, amor -se arrodilló frente a mí- te dejé en la cama, le hablé a mi mamá para preguntarle que hacer porque estaba desesperado, me preocupaste mucho, hermosa... en serio me asusté, pensé que pasaba algo grave... pensé por un momento que te estaba perdiendo -su voz se quebró un poco y un nudo en mi garganta apareció. Justin podía pasar de ser la persona más alegre, feliz y simpática del mundo a un niño pequeño indefenso y débil.

-Justin...

-No digas nada, princesa. No te preocupes por nada, ¿okey? Hoy cuidaré de ti, te consentiré mucho...

Sonreí con los ojos nublados de lágrimas que estaban a punto de salir de mis ojos, él me abrazó enérgicamente y me besó la frente. Cielos, soy tan afortunada de tenerlo en mi vida.

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