El nuevo enemigo, La Sala Común y el amor imposible

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Disclaimer: Todos los derechos reservados para mi escritora británica favorita: J.K Rowling. Warner Bross & Salamandra. La historia es de mi completo terreno.

Disfruten de la lectura, como lo he hecho yo escribiendo...

"Un Amor Casi Imposible"

Capitulo IX: "El nuevo enemigo, La Sala Común y el amor imposible".

Draco Malfoy vio irse a la castaña. Se había mostrado indiferente, pero él muy bien sabía  que solo era una máscara... ya que él se ponía la misma todos los días desde hace muchos  años. Cuando vio que la castaña entró  a uno de los compartimientos del tren, él se dio la vuelta y cruzó todo el camino... hacia el área de los Slytherins. Ya no llevaba una sonrisa de suficiencia, de autoridad ni arrogancia. Se limitaba a estar inexpresivo, así lo había vuelto esa pelirroja. Tal vez, ese Potter la hubiera perdonado, pero él nunca podría. Él en cambio la hubiera humillado y odiado por el resto de sus días. Era un Malfoy, y los de su nivel no soportan la traición... a menos que el poder esté  asegurado o ellos sean los que traicionen.

—Draco—susurró una voz detrás de él. Por un instante creyó que le habían lanzado el hechizo 'Petrificus Totalus' pues no se podía mover, sintió congelarse ahí mismo. Era ella... era Ginny. —Draco...—volvió a llamarlo. Se limitó  a seguir caminando, deseando que Potter apareciera y que viera como su estúpida novia estaba detrás de él. —Necesito hablar contigo. — ¿escuchó sollozar a la pelirroja? Se detuvo de nuevo, pero no se volvió hacia ella. No iba a permitirle que lo viera a los ojos, ya no valía la pena—Lo que pasó... —susurraba después de unos segundos, al ver que Draco no se iba a voltear y esa iba a ser la única forma de hablar con él, ¡que egocéntrico y necio! —Humm... lo que pasó el año anterior entre nosotros, pues... ya no puede volver a suceder. Quiero que te olvides de todo. No te amo, ni tú a mí. —Bajó la voz... pensando bien cuáles serían sus siguientes palabras—Yo amo a Harry, y si te lo digo es para que no te confundas y hagas estupideces. Y... también para que no se lo digas a nadie. Olvida todo. ¿De acuerdo? —la pelirroja esperó su respuesta por unos minutos, pero Draco no dijo nada.

Estaba completamente en shock. Cuando decidió darle la cara a esa Weasley se encontró con la sorpresa de que ya no se encontraba ahí. ¿Todo había sido un juego? ¿Acaso ella lo había utilizado a él? ¿Qué él no la amaba? ¡Le había confesado la mayoría de sus secretos! ¿Hacer cosas estúpidas por ella? ¡Ya lo había hecho! Estaba idiotamente enamorado de esa traidora a la sangre pura. "¡Maldita seas, Ginny!"-pensaba Draco, apretando mucho los puños y cerrando los ojos- "No me ama, nunca lo hizo" pensó amargamente. "¡Estúpido, estúpido!". Pero esto no iba a quedarse así, él se iba a vengar, aún no sabía cómo pero estaba seguro de que esa Weasley iba a sufrir, tanto o más que él. Tal vez la enamoraría, o la confundiría... o simple, ¿Por qué no matarla? "Porque no podrías estar sin ella..." –se auto-respondió" Amarla, odiarla... pero nunca matarla.

— ¡Draco! —dio un gritito melosamente Pansy Parkinson—Mi amor, todos te estamos esperando. ¡Ven! —era insoportable el tono de su voz. Se volvió, le lanzó una mirada fría con aquellos ojos grises que poseía y pasó de largo, en otras circunstancias se hubiera limitado a tomarla de la mano fríamente pero estaba demasiado consternado como para fingir gentileza con cualquiera... Iba a vengarse de Ginny Weasley... de ella y de toda la bola de sus estúpidos amigos y comenzaría con Granger.

— ¡ATENCIÓN TODOS! —gritaba la directora McGonagall desde el centro de la mesa de los profesores. Ya habían escogido a los de primero y todos los murmullos en el gran comedor cesaron cuando ella habló. —Como verán, el Ministerio de Magia me ha nombrado directora del Colegio Hogwarts Magia y Hechicería. —hubo una breve pausa por parte de ella y todos los alumnos y profesores presentes llenaron la pausa con calurosos aplausos. Ella sonrió agradecida y levantó una mano para que pararan y así lo hicieron poco a poco. —Para mí es un gran placer tomar el puesto de nuestro querido profesor Dumbledore... siempre será uno de los mejores directores de Hogwarts.-más aplausos-. Y este año, seré yo quien los lleve de la mano hasta que acaben sus estudios. Y también, quisiera darles un anuncio. Como cada año, tendremos un nuevo delegado y tengo el honor de presentar el de este año, ¡Draco Malfoy! —todos abrieron los ojos como platos, por un momento nadie aplaudió. Ni siquiera su propia mesa. Hasta que Zabini y Pansy sonrieron orgullosos de su casa y aplaudieron, y poco a poco se le unieron todos... menos la mesa de Gryffindor. La directora McGonagall lo hizo pasar al frente, lo tomó  por un brazo y sonrió. Draco se limitaba a sonreírle hipócritamente a la profesora y luego se inclinó hasta el oído de la directora, susurrándole algo que nadie escuchó, pero ella dijo: — ¡Oh! ¡Es verdad, señor Malfoy! Nuestra nueva Delegado de este año, es obviamente nuestra heroína: ¡Hermione Granger! Adelante, señorita. —todas las mesas aplaudieron, los Slytherins un poco apagados pero lo hicieron y Harry y Fred miraron preocupados a la castaña. Pero esta se limitaba a sonreír de oreja a oreja, ocultando rastro alguno de su inconformidad, de su dolor porque a la directora se le había olvidado que ella existía. Sonrió y pasó  al frente  con ellos dos.

Un amor casi imposibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora