La conocí en una noche fría de verano, cabellos largos oscuros, piel canela, belleza amazona, princesa guerrera, sueños y pureza de un niño, transparente como agua de manantial.
Así era ella, hermosa y peligrosa a la vez. Llego armada solo con sus labios, los cuales no dudo en usar en contra mía.
Me atrapo, me hechizo y me proyecto una vida de paz y felicidad, pero tarde me di cuenta de la realidad, pues adicto era yo, adicto a ella, adicto al sabor de sus labios, adicto al olor de su piel, al sonido de su voz.
Enfermedad y cura es ella. Enfermedad, pues sin ella enfermo condenado a muerto estoy, cura, pues es ella la razón que hace latir mi corazón.
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Poemas De La Luna
RandomLa poesía corre por mis venas cual río caudaloso, solo lo dejo fluir y que salga lo que salga