Epico

8 1 0
                                    

-Oye niña... Torres, ¿estas hay?

Me pulsaba la cabeza no podía ver quien me hablaba, mi vista era borrosa

-¡Niña! —exclamaron—

-Hay... —me queje— ¿mande? —hice una mueca de dolor— ¿que paso?

-Te desmayaste, estuviste haci desde hace 4 horas. Ahora ven, tendrás que... —antes de que pudiera decir otra palabra le interrogue al policía:—

-¿¡LA MATE!?

-Ho no, solo se desmayo, al igual que tu, solo que ella esta en un estado grave.

-¡Ho, gracias al cielo y a Goku, ella esta bien!

-No celebres, no sabemos si ha despertado.

-¿Esta en su casa, en cama?

-No, nada de eso niña en realidad ¿a ti que te interesa? La golpeaste, y si tanto hubiera interesado no hubieras hecho nada.

"Es verdad, pero lo hice por Emiliano ¿que mas yo iba a hacer? Lo amo, y más aparte ella me provoco"

No estoy tan estupida como para decir eso.

-Solo... —mantuve la boca callada— usted tiene razón —dije derrotada—.

-Claro que si, yo siempre tengo la razón pero ¡en fin! Te quedaras en una selda hasta que Jasmin despierte.

-Esta bien

En eso entro un policía y le dijo al otro:

-Han pagado su cuota, esta en libertad condicional solo puede estar dentro de su casa hasta que el juez la llame.

-¡Ho claro!

Mi madre se había dado cuenta.

Ella me esperaba afuera, el policía me llevaba tomada del brazo hasta que llegamos al lugar donde estaba mi madre.

-¿Esta es su hija?

Mi mama asintió.

-Cuídela más, no queremos que se meta en muchos más problemas ¿verdad? —el se rió—

Subí al auto, cerré la puerta y me acurruque junto a la palanca.

-¿Cual es su nombre, oficial?

-Wuau, jaja pues me llamo Fernando, a su servicio.

-Aww... —exclame yo— ¿podemos irnos?

-Cállate —me golpeo mi madre en la cabeza— tu ahora no tienes derecho a nada.

Empece a llorar, no podía creer que mi mamá se estuviera portando así conmigo.

***
Regresamos a casa. Mi madre no dejaba de decir:
-"¿Que boy a hacer contigo? ¡dímelo! ¿te mando con tu tía Alexandra? o... ¿al reformatorio?"-

Puse mi cara seria.

-Mamá, discúlpame —le dije llorando— es solo que, a diferencia del año pasado yo quería... cambiar, irme, tenia planes ¡juro que nunca quise esto!.

-Hija —pareció comprender— yo nunca pase por lo que tu has pasado. La noche antes de que tu padre muriera me di cuenta que tu amabas a aquel descarado... —dio un suspiro largo— Emi...

-Mamá —llore mas fuerte—

-Shuuh... tranquila, no pasara nada te lo aseguro, Jasmin estará bien ¡ya lo veras! te aseguro no te mandare con tu tía Alexandra solo por tu cumpleaños pequeña picarona —dijo en tono de lastima— pero para la próxima —su tono se hizo un poco más frío— no te escapas de ella, tu tía —dijo en tono burlón pellizcando mi nariz dulcemente y se marcho—

Simplemente me bañe con el agua bien tibia (a su punto medio de perfección), me lave la boca y me dormí, dormí llorando.

***
Amanecí. Fui a la cosina. Inmediatamente, tome el Pan bimbo y lo puse en la tostadora; AL PARECER YO TENIA MUCHA HAMBRE.

¿Como es posible que nunca me lo dijera? ¿como es posible que lo ame demasiado? ¿¡COMO!?

¡TLINK!
Se escucho la tostadora. A mi pan le puse mermelada de frambuesa y a mi segundo pan mermelada de fresa. Debo admitir que estaba muy buena la mermelada de frambuesa y creo que hasta el momento fue lo único que me sacaba de la realidad.
Camine y vi debajo de la puerta una carta. No tenia postal, ni dirección ¡nada de eso! entonces me di cuenta que esa carta era casera... Emiliano la había escrito.

Imposible, la palabra que es posible...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora