Capitulo 24

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- pues bueno, con eso tienen algo de que reirse despues.

No podia creerlo, pero al final termine riendome yo tambien de todas las payasadas que hice cuando pequeña.

- ¡ah y eso que no te he contado!.

Ay no, eso no me gustaba.

- Aquí la señorita, tenía 13 años y se aun orinaba en la cama.

- ¡que no me orinaba!

- ¡claro que sí!

- ¡que no! – exclamé- que era agua.

- A eso le llamas agua.

- Pues claro, era agua que tenia guardada en un tarro de coca-cola, ya sabes tu, que a mí me gustaba mucho jugar con esos charquitos donde hay renacuajos, el agua olia a feo y se me vació encima y no eran orines.

Tyler se rió y le siguió mi mamá.

Cuando terminamos de almorzar, mi madre dijo que iba a hacer unas compras, con la excusa que en el viaje no habia comprado nada bonito. Tyler y yo nos reímos. Ella se fue y nosotros nos plantamos a fuera en la hamaca.

Estábamos enrollados, dado el caso de alguna masacre o algo, nos iba a quedar bien difícil des enrollarnos para correr y huir por nuestras vidas, nos la pasamos así... callados, con tyler acariciando mi cabello y dándome besos en la cabeza. Yo por mi parte tenia mi mano por debajo de su camiseta negra, tocando sus músculos, de arriba a bajo. ¿en que pensaba?... en nada, quizás en la remota posibilidad de una vida diferente a la que llevo hasta ahora, posiblemente en el hecho de que mi vida a sido extremadamente buena.

Una sonrisa surgió de la nada en mi rostro, definitivamente no podía quejarme de una mala vida. Mi vida es la mejor, en comparación con muchas otras personas que no tienen lo que yo poseo, me siento como una diosa. Tengo incluso más de lo que esperaba, mucho, mucho... más.

- ¿en que piensas? – esta vez fue tyler quien acabo con ese silenció que se habia apoderado del momento.

De hecho no pensaba en nada en concreto, casualmente hasta ahora caigo en la cuenta que estaba inmersa en un mar de pensamientos, pero solo me habia concentrado en el hecho de cuan feliz era y siempre fui.

- En lo feliz que soy – respondí.

Tyler sonrió satisfecho.

- Yo también soy feliz, incluso más de lo que habia imaginado nunca.

- Bueno, eso debe ser el hecho de que probablemente...

Definitivamente no sabia si debía encaminarme por aquella conversación. Hasta el presente momento de mi relación con tyler el solo me habia dicho que me queria, pero no que me amara, o que quisiera pasar el resto de mi vida a su lado, de hecho ahora que lo pienso bien, ese solo hecho me asustaba un montón, por que no sabia a que atenerme después, de hecho me siento como se me bajara el animo, si, ahora si sabia que esta conversación no hiba a tener un final muy bueno que digamos y yo tampoco queria que fuera así.

- ¿Qué? – me instó a responderle.

- No eras feliz o yo que se, particularmente refiriendose a mi. Hasta ahora me siento bien, de hecho no se, esto es diferente... ¿no crees?.

Me erguí un poco para poder verle mejor.

Tenia su mano derecho como almohada, miraba hacia el techo y luego... despues de unos cuantos segundos, sonrió ampliamente.

- Creo que el hecho de estar contigo, me hace inmensamente feliz chris.

Me miró, pero esta vez habia algo en su mirada... algó más. Entoncés el ambiente se cargó por completo, todo se estaba tornando diferente, era embriagador, como si flotaran mariposas en el aire, que de hecho era como si su hubiera detenido por completo.

¡mierda!¡no!¡no!

¿sera posible que tyler quisiera...? no, no. Eso no es posible. ¡pero si nunca me lo ha dicho!.

Me reí, me reí como nunca lo habia hecho.

Pero me reí de alegría.

¡wow, mierda! ¡con que así se siente estar enamorada!.

¡entonces esto es lo mejor!

Tyler cogió mi cara entre sus manos, aun observandomé.

- Eres tan preciosa, que duele verte.

Me besó.

Despues de un beso, hermoso beso. Se separo de mi sonriendo.

- Te quiero, chris. Te quiero más que nada en el mundo.

Entonces esta vez fui yo la que le besé.

Media hora despues mi madre estaba en casa, se habia dado fiera comprando un chorro de cosas, bueno de todos modos, quien era yo para decir algo sabiendo que yo era igual, incluso era peor, bueno, de todos modos ...¿quien no se resiste cuando tiene un tarjeta de credito en las manos? Yo nó.

Tyler y yo quedamos en ir a correr, pasear y tontear un rato por ahí, salimos unos minutos después de haber llegado mi madre.

Yo llevaba una sudadera negra, una camisilla blanca y unas converse negras, una coleta, mi ipod y audiculares por si acaso, tyler tambien se habia cambiado, de hecho, tyler habia llevado alguna que otra ropa de cambio; algunos jeans, unas camisetas, sudaderas, ropa interior, zapatos de deporte, y demás cosas. Se puso una sudadera negra, una camiseta negra y sus converse negras, en este pueblo vestir de negro era una moda, ¡y aparte es mi color favorito!.

Nos despedimos de mamá y salimos trotando por el bosque, era tan bueno estar allí en la intimidad de la naturaleza, despejando la mente y quemando calorias contenidas, era espectacular sentir el aire que zarpaba tu cara con cada zancada que dabas, ver como las ojos se mueven en sintonia con el aire como si estuvieran bailando la danza del vientre, como los arboles gemian por el placer que les da la frescura, ver como los pequeños animales disfrutan de aquella belleza magistral, de todo ello, de todo esto.

Paramos unos minutos a tomar un descanso y bebimos agua de nuestros termos, disfrutaba de esto, es como si yo fuera parte de la naturaleza, aunque pensandolo bien los seres humanos lo són, pero no, no me referia a eso, me referia al hecho de que me sentia como las aves al volar... libre, totalmente libre. Me sentia como los arboles... feliz con lo que tengo. Definitivamente nunca me iba a cansar de todo esto.


La noche te reclama suyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora