¡que!.
Me pare rapidamente tirandome por instinto sobre e,l pegandole un puño en la quijada.
- Te voy a enseñar a quedarte quieta, sea como sea – dijo en mi oido, estabamos muy cerca, y senti como mi cuerpo se cargaba de electricidad, intente arañarlo pero cogio mis manos como dos maracas- si intentas algo mas, te voy a atar.
- Quiero verte intentadolo.
Mucho rato despues, estaba atada en una silla del comedor.
- Te lo dije – dijo sin mas – siempre cumplo mis promesas.
Solte un bufido.
- Sueltame –pedi furiosa, intentando zamarrear las cuerdas.
- No, eres muy agresiva mi pequeña – dijo casi burlandose de ver mi lucha.
… mi pequeña…
- Eres un idiota.
- Oye gracias, me han llamado peor – dijo, sus ojos brillaron.
- Pequeño capullo – masculle por lo bajo, para que no me escuchara.
Cogio una silla la volteo dejando el respaldar frente a mi, se sento a horcadas mirandome directamente a los ojos.
- Me vas a dejar hablar – repuso divertido.
Vaya, ahora tienes un acosador divirtiendose. Que injeniosa cristhina.
- Te escucho – contrapuse sarcasticamente.
Busco algo en su bolsillo, saco un pequeño cuadrito blanco que fue extendiendo cuidadosamente. Lo puso frente a mi.
¡era mi dibujo!, pero como diablos lo encontro, si el unico que lo tenia era el Sr. Holtman, oh, si claro, es un acosador cristhina. Debio haberlo robado.
- ¿Como es que hiciste esto?- pregunto enarcando una ceja.
- Cogi un boligrafo y una hoja- respondi sonriendo.
- Se con que lo hiciste, te pregunto es como es que lo hiciste – insistio – este simbolo no es comun, ¿entiendes?, en ningun libro lo encontrarias por mas que quisieras.
- Y…
- Y todo este tipo de informacion – hice un gesto de incredulidad, el me miro y suspiro- lo que quiero decir es que nadie sabe que significa este simbolo solo los mayores de la tribu, ¿ahora entiendes?
- No aun, no.
- ¿Donde haz visto este simbolo? – pregunto exasperado.
- No he visto nada que quieras saber, o bueno he visto cosas mucho mas placenteras que esto y creeme no se comparan.
Sus ojos se volvieron mas oscuros profundos, deseosos, liquidos y peligrosos.
- Solo lo he dibujado – agregue orgullosa.
Suspiro profundamente. Se paro de la silla rapidamente y lo tenia frente a mi, ya no estaba amarrada y estaba contra la pared como habiamos estado antes. Tenia las manos apoyadas en la pared, totalmente pegado a mi pude sentir su ereccion en mi entrepierna.
Me contuve en soltar un suspiro, era… sencillamente raro.
- Veo que haz entendido y por lo visto – baje mi mirada a su braguetta, que el siguio – te ha gustado, que pilluelo.
ESTÁS LEYENDO
La noche te reclama suya
WerewolfQuien iba a pensar que en cien años una leyenda pueda cambiar, la diosa nyx reclama lo que es suyo; guardianes bendecidos, protectores, fieles, amados... todo va a cambiar.