Al buen rato de haberme mirado en el espejo. El acosador toco la puerta y entro con una badeja llena de comida.
Le mire triste y desolada.
- Te prepare algo – anuncio mostrando la bandeja.
- ¿Que estas haciendo aquí? – pregunte.
El entendio lo que queria decir.
- Protegiendote.
- Aun no se tu nombre- dije incredula.
Puso la bandeja sobre la cama, me ayudo a parar y me tendio la mano.
- Mucho gusto señorita Kavanagh, mi nombre es Tyler White.
- White, como el guardian – dije a penas audible.
- Como el guardian – repitio tyler.
- Yo no soy el guardian ni el oraculo, solo era una inflamacion, ya te puedes ir.
- No por ahora, solo hasta que vea que mejoras. Ademas, puede que no seas el guardian, pero la posibilidad de que seas las profetiza aun sigue en pie.
Me quede callada.
- Tu madre ha llamado preguntando por ti, me hice pasar por harry, dijo que su viaje se extendia, que te queria y utilizaras las tarjetas cuando quisieras.
- Cuando quisiera, un pretexto mas para quedar bien- dije volviendome a la bandeja, devore todo sin excepcion alguna, bueno por lo menos es un chico que sabe cocinar, que es practicamente algo inusual – estaba delicioso.
Tyler sonrio.
- La mayoria dice que podria ser chef.
- Y por que no lo haces.
- No me apetece – dijo alzando sus hombros.
- Okey. Ya no hay posibilidades de que el guardian sea mujer y ahora dices que puedo ser una profetiza – solte bufando.
- Puede que no. Y asi es.
- ¿Qué piensas hacer ahora? – pregunte sentada en mi cama.
- No lo se, por ahora – respondio quitandose elegantemente la chaqueta.
Baje mi cabeza y me sujete el pelo en una coleta.
- Estoy como la mierda- masculle por lo bajo.
Se paro y tendio su chaqueta en el respaldar de la silla. Fue hacia la ventana, la descorrio y miro hacia la calle.
- ¿Qué hora es? – pregunte.
- La una de la tarde.
Se volvio hacia mi.
- Hay que entrenar – dijo acercandose.
- ¿perdon?.
- Cambiate, tenemos que entrenar.
- Y por que – hice un puchero.
- Para subir tus defensas.
- No quiero.
- Lo haras.
- Tu, no me mandas – aclare amenazante.
- Bueno, entonces te quedas en la cama hasta que te mueras – dijo subiendo las cejas.
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La noche te reclama suya
WerewolfQuien iba a pensar que en cien años una leyenda pueda cambiar, la diosa nyx reclama lo que es suyo; guardianes bendecidos, protectores, fieles, amados... todo va a cambiar.