Un dulce juego

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Dave estaba sentado en el patio de juego con John, el pequeño ojiazul estaba nostálgico, empezaba a recordar los tiempos en que aquí jugaba y se divertía con su hermano.
-Dave... Vamos a jugar.
-¿A qué quieres jugar, niño?
-A la mamá y al papá
-¿Y quien es mi esposa?
-Yo
-Ni hablar, no quiero que mi esposa sea un hombre
-¡¡Dave, yo quiero jugar!!
El pequeño hacia demasiados pucheros y sin nada más que hacer, el ojirubi aceptó. Rápidamente el menor se levantó y le tomó de la mano para ir juntos a un gran árbol que estaba ahí, la historia de ese arbol era tan antiguo como la historia de Moby Dick. Los dos chicos se colocaron bajo de él y se sentaron juntos; Dave sentía su corazón acelerarse.
-¿Qué hacemos aquí?
-Es nuestra boda
-¡¿Qué cosa?! ¡Yo no le juego a eso John!- se levanta y deja solo al menor. Su corazón estaba realmente confundido, tal vez lo quería y lo protegería pero, pensar en él como algo más que una amistad le asustaba y más porque ya estaba sucediendo.
Entró a la casa y vio a Jake buscando algunos documentos y le dio curiosidad saber un poco sobre la vida de Egbert.
-¿Qué es eso Jake?
-Algunas fotos de mi hermano- decidió ojear un poco las fotos y vio a una pequeña niña con un vestido blanco y unos enormes ojos azules tan profundos como el mar.
-¿Y esta niña?
-Es John
-No juegues
-Es verdad, mi madre quería una niña y pues John fue el juguete de ella. John no tuvo una identidad definida y cuando mamá al fin se dio cuenta que el era un niño tuvo ese accidente.
-¿Y tu madre?
-No quisiera hablar de ella, por cierto ¿No estabas con John?
-Él quería jugar a la familia y se quería casar conmigo. No soy de esas personas... Sin ofender English.
-Tranquilo, así que quiere casarse...
Jake rápidamente abandonó el lugar para ir con su hermano. El pequeño seguía bajo aquel arbol, estaba deprimido y solo abrazaba sus piernas algo fuerte.
-¡John!
-¿Jake?
Cuando su hermano llegó hasta él se inclinó y lo abrazó fuerte con un poco de optimismo.
-Yo te buscaré la pareja indicada...
-¿Eh?
-¿Qué?- se impresionó el ojirubi.
-Lo hare, John. No quiero que elijas a este Strider.
-¡O-Oye, yo no soy tan malo!
John comenzó a reir por las actitudes que tomaban su hermano y su protector. Se sentía mucho mejor, tanto que comenzó a molestarlos y salía corriendo para que ellos lo persiguieran y lo atraparan.
El juego duró varias horas hasta que John quedó cansado y decidió tomar una siesta.
El Strider menor se sentó a un lado de el pequeño durmiente y Jake al otro lado. Dieron un largo suspiro y se relajaron.
-Dave...
-¿Si, English?
-Hablo enserio, no dejare que estés en una relación con mi hermano
-¿De qué demonios hablas? Yo no siento nada especial por él.
-Mas te vale, Strider. Sé muy bien como eres y no dejaré que vuelva a sufrir John- lo miró atentamente, estaba hablando muy en serio; sus cejas estaban casi juntas. Era la primera o segunda vez que veia a Jake de esa manera- Bueno... Debo retirarme, Dirk debe estar sufriendo con mi padre- se levantó, se estiró y los dejo a solas.
Dave estaba un poco impactado por la amenaza de English, la verdad no lo veía venir. Se acostó frente a John y lo miró atentamente.
-... ¿Cómo puedes estar a centimetros de mi y tan lejos a la vez?
Delicadamente le acaricia la mejilla, el sueño de Egbert era lo suficientemente pesado para no notar que el mayor le daba un suave beso en los labios.
El rubio, al separarse sintió todo su cuerpo estremecer, su pecho caliente y su corazón a punto de salirse de lugar. Al levantarse se sintió de la mejor manera posible. Ya había caido en una trampa y se sentía fantástico perder en este juego llamado amor.

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