Al cuidado

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Ya era tarde y todas las personas que habían sido invitadas a examinar a John se fueron. Decidieron empezar a preparar la cena cuando se escucha el timbre de la puerta.
-¿Quien será a esta hora?- decía Jake algo distraído mientras lavaba los trastos.
Dirk fue a ver quien era, pasó a lado de John que felizmente jugaba con el gato y cuando abrió la puerta una chica algo coqueta y con un suave olor a alcohol saltó hacía él cayendo los dos al suelo.
-Holi, Dirk ¿Cuanto tiempo?
-... Hola Roxy. Quitate de encima
Se levantaron y sin poder decirle que pasara al departamento ella ya estaba en la sala abrazando y apretando al pobre ojiazul.
-¡¿Quien es esta preciosura?!
-Es mi hermano- había llegado Jake con un trapo en las manos para secarse de la limpieza.
-El que estaba...- Roxy se quedó anonadada y después abrazó al pequeño mientras resistía su llanto. Ella como Jane y Dirk sufrían mucho al ver a Jake sin su hermano y todas las veces que tuvieron que salvarlo de la profunda depresión que tenía.
-Bueno, basta de abrazos. Roxy, necesitamos de tus habilidades.
-Claro, con gusto los ayudaré
Los tres se fueron a una habitación a conversar, John dejó tranquilo al gato que lo acompañaba y se fue a buscar al chico de gafas oscuras.
Buscó en su cuarto y no estaba, en la cocina tampoco y mucho menos en el cuarto de Dirk; solo quedaba una y era el baño.
Abrió despacio la puerta y ahí estaba Dave, dentro de la regadera. Se sintió un poco entusiasmado y abrió la puerta de la regadera dándole un susto al chico que se estaba bañando.
-¡Por un demonio!
-¡Dave!- dibujaba una sonrisa muy infantil y tonta.
Sin pensarlo dos veces el pelinegro se metió a donde estaba el rubio y lo abrazo sin importarle la desnudez del otro. Las mejillas de Dave se llenaron de color y su pecho empezaba a palpitar muy fuerte. John fijó su vista hacía el rostro de su ahora cuidador y se impresionó ante lo que veía.
-...Rojo...
-¡John, deja de mirarme!
Las gotas de agua bajaban por la piel de ambos y una pequeña mano se pocisionaba en las mejillas del mas grande, Dave cerró los ojos y en vergüenza se sentó en el piso ocultando con sus manos su vista.
-No me mires, joder
John no hizo caso, se arrodilló delante de él y gateó hasta poder estar encima del chico y poder ver nuevamente la mirada de Dave. Quitó las manos temblorosas del rubio y miró nuevamente.
-... Bonito... - el más pequeño acariciaba el contorno del rostro de Dave como si fuera algo delicado mientras que el agua no paraba y Dave por un momento se había olvidado de ella. Se había quedado hipnotizado por la mirada azul destellante de John.
-... John...
-Tus ojos son bonitos - Dave odiaba que miraran sus ojos por su tan extraño color, además de que era molestado por lo mismo cuando era un niño pero ahora, la timidez que había tenido sobre su apariencia se había ido en ese momento. Se sentía seguro con el ojiazul, era una sensación que no pensó tener en él.
Cerró por un momento la regadera y le sacó la ropa mojada a John viendo nuevamente su delicado cuerpo. Ese día no había sentido alguna molestia al contrario, ahora al verlo nuevamente su corazón se aceleraba.
No se sentía así sólo por ver un cuerpo desnudo frente a él, si no era porque ahora estaba viendolo de una manera diferente, una manera .... Amorosa.
-Vamos a bañarte Egderp...
-¡Es Egbert!- hacía un puchero como un niño pequeño.
-Lo que sea- Dibujó una media sonrisa y empezó a bañarlo.
Cuando terminaron salieron de la regadera y Dave lo secaba delicadamente con una toalla seca, al terminar le dijo al pelinegro que lo esperara en su cuarto y haciendo caso se fue dando saltitos felizmente. El rubio se quedó un rato pensando lo que había ocurrido mientras se secaba su cuerpo y cabello, vio el color de su mirada asomarse en el opaco espejo y al limpiarlo vio que no solo su mirada era de un color intenso, también sus mejillas y sus labios expresaban felicidad. Esto se estaba poniendo raro.
Llegó al cuarto y vio a John sentado aún tapado completamente con la toalla mientras que este la llevaba alrededor de su cintura. Se dispuso a vestir al más pequeño para después seguir con él mismo.
-Pronto tendrás que aprender a vestirte, man
-¡Si se vestirme!
-Ok, entonces visteme Egbert
John algo molesto se niega mientras se cruza de brazos y mira fijamente a Dave, esto le causa gracia al mayor dándole una expresión de cariño al ojiazul junto con un suave beso en la mejilla.
John cambia rotundamente de molesto a feliz y se va corriendo a presumirles a los demás.
-¡Dave me dio un beso!
-¡Mierda!¡John, no les digas!
Fue demasiado tarde, cuando llegó con los demás lo miraban con cara de "Dave, eres un madre tan amorosa"
-Jodanse todos...

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