Peligro

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Habían pasado unos días y John estaba más hiperactivo, comía más y hablaba un poco mas coherente sin embargo sus conversaciones eran cortas.
Jake iba a la casa de los Strider todos los días para estar con su hermano pero ahora tenía que llevarlo a casa. Su padre ansiaba verlo pero no podía por culpa de su trabajo.
Era fin de semana y Jake junto con Dirk le fueron a comprar ropa al tamaño de John. Cuando se la pusieron vieron que parecía más a una imitación de Lil'Cal que un joven normal.
-Dirk, es mejor que usemos otra ropa
-Ni hablar. Se ve bien así
-No jodas, Bro. Parece un títere
-"Un muñeco de colección" - intentando cambiar la idea.
-Aun así, es mi hermano y no le pondré esas ropas
-¿Qué le pondrás?¿Shorts ajustados donde se le vea el paquete?
-¡NO SE ME VE EL PAQUETE!
-Eso dices tu- Dirk baja su mirada hacía la entrepierna de su novio mostrándole que tenía razón. En reacción Jake se cubre aquella parte.
-¡Paquete!- reía John al escuchar y ver a su hermano ponerse colorado por aquella palabra.
-Vamos John. Hay que ponerte otra ropa- Dave tomó de la mano a John y se fueron a otra habitación, dejando a la pareja discutiendo de quien la tenía mas grande.
El menor de los Strider acomodó un conjunto normal para John. Unos pantalones azules, camisa blanca con el logo de un oso de peluche y unas zapatillas negras. ¿Por qué una camisa con un oso? A Jake le había parecido tierno y lo compró.
-Bien, John. Estas listo para ver a tu padre- decía Dave mientras le acomodaba las zapatillas y le ataba los cordones.
-... Tengo miedo...
-¿Miedo, a qué?
-Que papá me odie...- el pelinegro sabía muy bien que él no era un niño, que era diferente y aunque hacía de todo para poder adaptarse, no podia cambiar y eso también le aterraba.
-No te odia... Y si lo hace, puedes quedarte aquí conmigo y Bro- le animaba, al ser su cuidador estaba al tanto de los avances del pequeño al igual que el avance del afecto que le tenía.
Pasó largo rato y al fin los cuatro, bueno cinco contando al gato del menor, decidieron ir a la casa del Señor Egbert.
Esta vez Dirk manejaba el auto de Jake, porque este no estaba en sus cinco sentidos por el pánico de volver a ver a su padre.
En el camino colocaron música de la cual solo Dirk y Dave les gustaba.
-Eso es puro ruido- le cambia Jake a una estación de musica clásica. Cosa que a John y Jake amaban y se ponían a disfrutar de la melodía.
-¡Me voy a quedar dormido!- nuevamente le cambia Dave y le deja a la anterior estación con su Dubstep y Rap.
-¡No! ¡Yo quiero escuchar Greensleeves!- era el turno de John para cambiar de estación.
-¡Esa música debe ser prohibida dentro de un auto!- Se desesperaba Dave.
-¡Cierren el pico todos!- Dirk había alzado la voz y apagó el estéreo. Todos se quedaron como niños regañados mientras que John le picaba las mejillas a Dave para entretenerse.
Después de un largo rato en silencio, por fin llegaron a su destino. La casa era enorme, una casa obvia para un empresario de éxito mundial; casi parecía "La casa blanca" pero antes de entrar al territorio Egbert. Por fin entraron, dejaron estacionado el auto en frente de la puerta color tabaco de la casa de lujo. Todos bajaron y John dejó a su gato de nombre desconocido que paseara por todo el lugar ya que sabía que volverían a verse.
-Bueno... Estamos en casa, John
-No recuerdo que vivieras en un lugar así, Jake- decía Dirk mientras miraba la enorme construcción.
-Es porque nunca lo dije- English se cruzaba de brazos mientras inspeccionaba el lugar con la mirada, algo no andaba bien.
John estaba asustado, abrazó fuerte a Dave mientras que a este se le ponían las mejillas en un tono rosa.
-Dude... Sueltame, no pasa nada
-Si pasa... - también John sospechaba que algo andaba mal. El ambiente era algo pesado y ni un pequeño canto de un ave se escuchaba alredededor.
-Tonterias...- Dirk se acercó hasta la puerta y tocó el timbre. El sonido era como de un piano tocando solo una nota.
La puerta se abrió y antes de poder hacer algo un enorme pastel fue directo a la cara del Strider mayor a gran velocidad de 10 m/s. Totalmente letal por tan pequeña distancia, Dirk yacía tirado en el suelo ahogado por el pastelazo.
-¡Dirk!- Jake sacó su arma con balas de goma y apuntó hacia la nada. Guardias vestidos de negro los rodearon con misiles de tartas de frambuesa, arándano, fresa y cereza. No había escapatoria.
-¡DAVE, NO ME GUSTA EL ARÁNDANO! - casi a punto de llorar, John se escondía detrás de su cuidador.
-chicos... Cuando les diga corren, ¿entendido?
Los dos afirmaron con su cabeza. Jake tomó su posición, respiró hondo y en su mente juraba vengar a su novio a como diera lugar.
-¡CORRAN! - Jake salió corriendo hacía los guardias y comenzó a dispararles y a esquivar tartas. Dave y John corrían dando vuelta a la casa, cuando llegaron a un lugar seguro se detuvieron a conseguir aire
-¡DAVE, TENGO MIEDO!
-Tranquilo, estarás a salvo aquí- lo metió entre algunos arbustos para esconderlo - iré a ayudar, tu quedate aquí.
-¡NO! -el rubio tomó de las mejillas al pequeño ojiazul y lo besó despacio, dándole seguridad.
-Volvere con los demás, tu quedate- el beso le ayudó a qué John se quedara quieto además de que en esta situación podía hacerlo sin temor a un reproche. Muy bien pensado Dave.
Entre los heridos habían varias armas al alcance del menor de los Strider; hábilmente cogió una y comenzó la batalla. Después de un largo rato todo se quedó en silencio. Los tres chicos estaban a salvo, excepto Dirk que tenia que sacarse merengue de las fosas nasales.
-¿Dave, y John?
-Lo dejé escondido
-No por mucho... - una de las personas que estaban vestidas de negro tenía como rehén al pequeño mientras le apuntaba con un arma verdadera.
-¡JOHN!- gritaban los tres a coro.

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