A solas

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Roxy sacaba de su bolso un par de tijeras, una rasuradora y un kit de viaje con lo más necesario en un aseo personal.
Sienta a John en una silla de la mesa y le coloca una tela alrededor de su cuello para evitar desorden. Tomó sus tijeras y comenzó a cortarle el cabello. Roxy al sentir el delicado peinado de John se impresionó, su cabello era suave y grueso, perfecto para cualquiera que lo tocara.
Grandes mechones de cabello caían al suelo y John, sólo que quedaba mirando a su hermano Jake algo nervioso.
-Tranquilo, John. Estas en buenas manos.- le tomaba la mano mientras que el ojiazul parecía que iba a llorar.
Jake le besa la mano que le había tomado y después se separa para buscar su saco.
-Dirk, vamos a las oficinas para arreglar los papeleos
-Jake... solo soy del departamento de rescate, esas cosas son aburridas.
-Aun así vienes, debes firmar papeleos- de mala gana el Strider mayor tomó una sudadera naranja y le siguió el paso a su pareja quedando solo tres sujetos en el departamento.
Roxy terminaba de darle los últimos retoques al cabello de John y al terminar se sintió orgullosa.
-¡Fiu fiu~! ¡Que galanazo!- le piropea al pelinegro y éste se queda callado con un sonrojo.
Dave parecía ser el más impresionado, el chico que había bañado hace un momento no lucia como en estos momentos.
-Gran trabajo, Roxy.
-Y eso que no es mi especialidad
Es cierto, Roxy no era una estilista. Ella es asesora de imagen, y es tan demandada en el mundo político que tiene una compañía que se encarga de la imagen personal de una persona.
Lalonde tomó de las mejillas al pelinegro y fijó su mirada al corte de cabello, no estaba tan largo ni tan corto, era perfecto. Se sintió orgullosa y celebró dándole un beso en la mejilla a su pequeño modelo. Dave estaba mirándolos, se sentía un poco molesto al ver el beso. Mejor decidió irse y navegar por internet.
Roxy buscaba en una pequeña maleta una cinta métrica. Midió a John por todos lados mientras que éste se quedaba inmóvil y un poco nervioso por el tacto de la chica.
-John, eres un buen niño- miró por un momento al vacío, hacía memoria de todas las veces en que veía a Jake sufrir por no encontrar a su hermano. Fue nostálgico.
Egbert no sabía aún muy bien como actuar ante este tipo de situaciones pero su sentido común estaba gritándole que le consolará su nostalgia y eso hizo. Abrazó fuerte a Lalonde y ella misma correspondió. Fue un momento empalagoso.
Al término de apuntar y hacer medidas en el cuerpo de John se despidió de él y prometió volver cuando tuviera todo listo para su cambio de look. Se cerró la puerta del departamento y todo ese sentimiento cálido de tener compañía se esfumó, dejando a un indefenso chico a la deriva de la soledad. No pudo evitar llorar.
Dave estaba en su cuarto hablando con lo que el llama "los fracasos de pareja" cuando escuchó el pequeño y casi inaudible llanto de John. Se preocupó.
Al llegar a él, el pelinegro yacía tirado en el suelo llorando por lo que parecía extrañar la presencia de alguien. El mayor se sintió molesto, como si una parte de él le dijera que únicamente fuera el recurso del ojiazul. Se arrodilló ante el menor y le abrazó. Era pésimo consolando pero al menos sabía que un abrazo podia arreglar todo... Menos si rompiste algo.
El pequeño se sujeta fuerte a su cuidador sin parar de llorar.
-No quiero estar solo...
-John... - le mira fijamente, sale de su pálida piel llena de pecas un sonrojo. La vista era hermosa, John era hermoso ante los ojos rubíes del chico y no había duda de ello, pero había otra cosa en su mirar, algo que con solo un acto podría sacarlo de dudas.
Strider le secó las lágrimas y le limpio las que ya habían caído por sus mejillas de una manera delicada. Se acercó poco a poco y unió sus labios con los del menor.
Su corazón se aceleraba, los labios del menor eran suaves y dulces, perfectos para él. No quería separarse pero tuvo que hacerlo. Volvió a mirar a Egbert, éste estaba rojo como el infierno.
-Lo siento, man
-... Beso...
-Si, fue un beso.
-Beso
-si, John. Así se llaman
-Beso
-Por un demonio, pareces disco rayado
Dave estaba avergonzado por su torpe acto, pero se demostró que sentía algo por el pelinegro, algo más haya que un cariño.
Sintió algo pesado en sus piernas, cuando miró vio a John subiéndose sobre él, esto le puso nervioso causando que se tirara al suelo, John se subió sobre él y lo besó.
Únicamente unió sus labios con los de Dave pero aún así era un beso.
Dave no pudo evitar corresponderle, era tierno el beso y eso lo hacía estremecer. Colocó sus manos en la cintura del menor y prosiguió en el acto. John era inocente ante los ojos de cualquiera pero aun así guarda en su cuerpo un secreto que mantuvo durante diez años.
Tuvieron que separarse, porque el estómago de John pedía alimento al igual que el de Dave.
Prepararon comida instantánea. El ojirubi agarro un tenedor, solo necesitaba uno.
Le dio de comer a John en la boca y usaba ese mismo cubierto para comer él, ya habían intercambiado un poco de saliva, un poco mas a la hora de la comida no le hacía mal a nadie.

Volver a nacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora