Amenazas

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El día había llegado a su fin y los Strider como los Pelinegros tuvieron que retirarse no sin antes recibir montones de pastel por parte del señor Egbert.
Dirk cargaba en su espalda al pequeño John y sin nada más que decir se dirigieron a la salida.
-Vuelvan pronto, no quiero perderlos de vista- decía en tono alegre el señor de la casa.
-Vamos, anciano... Estamos mejor sin ellos- se cruzaba de brazos Vriska que de mala gana estaba sosteniendo la perilla para abrir la puerta.
Al girar la cerradura y abrir un poco la puerta se escucha un "Click", nadie sabe lo que es hasta encontrarse una caja negra y una bomba de tiempo que marcaba 5 segundos y en retroceso.
-¡Mierda, cubranse!- Vriska empujó a los invitados en momentos antes de que explotara la bomba.
Todo se hizo un caos, el frente de la casa había sido destruida en menos de un segundo, por suerte Jake jaló a Dave y lo cubrió con su cuerpo mientras que Dirk hacía lo mismo con John pero, la perjudicada había sido Serket, su brazo fue brutalmente removido de su cuerpo por la explosión.
-¡Llamare a una ambulancia! - corrió el padre de John para buscar el teléfono, estaba herido de sus extremidades y una gran perforación tenía en la pierna derecha por culpa del concreto que hace unos momentos había sido expulsado pero, eso no le impidio en pedir ayuda.
John había despertado segundos antes de que Vriska gritara, así que su mente estuvo en un total shock por el impacto del terrorismo.
-¿Estas bien, Lil'man?
-.... - no sabía que hacer o que decir, solo empezó a llorar por el miedo.
Dave estaba igual de impactado mientras veía algo de sangre en sus manos, al parecer no era suya sino de su protector.
-¡¿Ja-Jake?! -lo movía un poco pero no respondía, rápidamente Dirk dejó en un lugar seguro a John y empezó a revisar a su pareja, estaba perdiendo mucha sangre.
-¡SEÑOR EGBERT, LA AMBULANCIA!
-¡Viene en camino!
Todo estaba en un completo caos, incluso en minutos después de que llegara la ayuda. Vriska golpeaba a los de primeros auxilios por que no quería que tocaran su brazo mutilado, el señor Egbert estaba muy preocupado y hablaba con todos sobre lo que había ocurrido, Jake estaba conectado a varios tubos de transfusión de sangre y suero mientras su boca estaba adornada por una mascarilla para respirar. A Dirk solo le curaban sus brazos al igual que Dave pero, John no coperaba.
Forcejeaba y gritaba mientras lloraba. No había manera de ayudarlo asi que recurrieron en dejarlo y que sus conocidos hicieran el resto para que los heridos fueran transportados a algún hospital.
El Strider mayor no quizo quedarse quieto y fue a investigar el lugar. Dave intentaba calmar al ojiazul pero sólo lo rasguñaba.
-¡Jo-John, basta! -en su momento de desesperación Dave le lanza una bofetada al menor dejando su pálida piel rojiza en la zona de la mejilla.
John deja de moverse por el impacto y rápidamente el mayor lo abraza. Las gafas oscuras del chico estaban algo rotas donde se podía ver un poco el exótico color de sus ojos mientras derramaba un par de lágrimas, todo esto lo asustaba y más que había visto a su hermano herido.
-John, perdoname... Fui brusco contigo
-.... Tengo miedo... -el pequeño se abraza a su protector y ambos desahogaron su temor en un suave llanto que duró un poco menos de lo planeado ya que Dirk llegó con una bolsa cerrada al vacío y dentro de ella una nota.
-Tenemos que irnos, no es seguro.
Tomaron uno de los autos de la mansión y salieron directo a la agencia donde trabajaban Dirk y Jake, era respaldada por varios policías, cuando llegaron con el jefe del lugar rápidamente le entrega la bolsa.
-¿Qué es esto Strider? Y ya se que trajiste niños aquí.
-Lo siento Pyrope, pero esto es serio. Estuvimos en un caso de amenaza de muerte.
-Jejeje, no me hagas reir...-No se lo creía, Terezi Pyrope, una chica de baja estatura pero con una sonrisa de oreja a oreja y con lentes rojos que cubrían sus ojos ya que a temprana edad había perdido la vista, eso no le impedía que fuera la mejor agente de todo el país. Era una genio en la justicia y las leyes.
-¡Hablo enserio, solo leelo!
-¡Sabes que soy ciega!
-Muy cierto-Tomo la bolsa y comenzó a leerla.

"... Y fue entonces cuando le conocí, su cabello azabache y corto deslumbraba con los rayos de luz y sus ojos como lo más profundo y misterioso mar hacían que ese pequeño cuerpo fuera deseado por la más pequeña parte de mi ser, era tan joven pero eso no impedía quererlo y poseerlo... Entregamelo o todos ustedes mueren..."

-Ese estilo de cartas me huelen a...
-A mi también
-Bien, Strider... Llama a los agentes contra el terrorismo. "El escuadrón chirriante" está actuando de nuevo.

Volver a nacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora