Capitulo Once

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Derek

Me acosté en la cama de mi habitación de hoye, con la mirada vacía en el techo blanco mientras me aferraba a la botella medio vacía de vodka como si fuera mi vida. Las noticias en la televisión suaves de fondo pero no le prestaba atención a lo que se decía.

Me comencé a reír cuando pensé en lo que tenía para esta noche; debí haber estado histérico o extremadamente ebrio para pensar en ofrecerme como sacrificio como algo un poco hilarante.

-Esta es la mujer que se sospecha que está involucrada en el secuestro de la joven de veinte años Layna Keston, quien ha estado desaparecida por un mes.

Me senté rápidamente mientras escuchaba al presentador de noticias hablar de Leila, y, antes de que mi cerebro procesara lo que hacia mi cuerpo, lance la botella a la pantalla, quebrándolas a las dos en el proceso. La foto de Leila, la cual estaban mostrando en pantalla, ahora estaba distorsionada y sonreí.

Levantándome empecé a caminar por la habitación, estudiando el plan en mi mente. Tome el celular nuevo que había comprado y llame al detective Greene. Respondió después de un par de tonos.

-Hey Derek, ¿Qué pasa?

-¿Puedes venir a mi habitación mañana en la mañana? Entre más temprano mejor; estaré despierto.

-Uh...claro. ¿De qué se trata? –pregunto, su voz saturada en confusión.

-Solo tengo algunas cosas que discutir contigo, y creo que sería mejor hacerlo en persona. –conteste, mirando a la nota que le había escrito, y colocándola en la mitad de la cama. En vez entra a la habitación la encontraría rápido.

-¿Todo está bien, Derek? Suenas algo deprimido.

-Estoy bien. Hablamos mañana, Greene. Recuerda, muy temprano.

Colgué el teléfono, lo puse en silencio y lo deslice en mis tenis. Tomando la llaves del auto y saliendo rápido de la habitación, sin molestarme de cerrar la puerta detrás de mi.

∞∞∞

Estaba oscuro cuando llegue a la casa de Timothy. Deje mi teléfono en los arboles cerca a la casa, y luego camine lo que me faltaba hacia lo que sea que me esperaba en la oscura casa.

La puerta hizo un chirrido mientras entraba.

-¡Estoy aquí, bastardo! –grite en la oscuridad, pero solo me encontré con el silencio.

-Fantástico, ahora podemos empezar. –alguien dijo y, antes de que pudiera girar para encontrar la fuente de la voz, hubo un dolor en la parte de atrás de mi cabeza y todo se volvió negro.

Layna

Abrí los ojos aturdida mientras las drogas se iban lentamente. Mire despacio alrededor y pude empujarme para sentarme. Mis músculos protestaron cuando me recosté en la pared recuperando el aliento. Ese era el primer movimiento que hacía en mucho tiempo y mi cuerpo no estaba cooperando.

Me pregunte por qué Leila había permitido que el medicamento se fuera. Usualmente cuando lo hacia ella estaba aquí observándome con un plato de comida, o con otra inyección lista para aplicar. Y ya que el medicamento me cansaba extremadamente, no había nada que pudiera hacer al respecto.

De repente la puerta se abrió, haciéndome estremecer. Un cuerpo fue lanzado sin cuidado en la habitación, y la puerta se cerró de nuevo.

Mirando a la familiar silueta, el corazón se me coya al estómago cuando me di cuenta de que era Derek.

-No, no, no. –susurre mientras, dolorosamente, fui a su lado. Gentilmente lo empuje con las manos temblorosas, y cayó en su espalda.

-¿Derek? -pregunte suavemente, pero no respondió. Acaricie su cabello, y toque para ver si podía encontrar por qué estaba inconsciente. Cuando mi mano se movió a la parte de atrás de su cabeza, roce un gran chichón, y Derek gimió adolorido.

You're Mine [Español]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora