Prologo

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Un avance de mi nueva novela!! ;-)  próximamente en enero

Era el día de su boda y debería ser el mejor día de su vida, pero no era así, Madison se sentía fatal, no quería casarse con aquel hombre que tenía demasiadas mujeres en su lista, un hombre de poder y arrogancia. Lo había buscado por internet y lo que encontró en vez de ayudarla la hundió más en su inseguridad, vio fotos de él con diferentes mujeres nunca con la misma mujer.

Mujeres hermosas, que desprendía glamur y belleza por los poros, al contrario de ella que no tenía nada de aquello más bien era lo contrario donde ellas eran delgada Madison era llenita, donde ellas eran rubias, Madison era pelirroja, el cuerpo de aquellas Mujeres eran proporcionado al contrario de Madison tenía demasiado busto y demasiada parte trasera, lo único en común con aquellas modelos con las que se acostaba su futuro marido es que era alta su descendencia italiana la ayudaba a no ser bajita como su madre inglesa.

- llegamos -habló su padre con voz fría.

Madison respiro profundamente para contener las lágrimas, tenía que portarse como una mujer adulta, a sus veintitrés años era una licenciada en diseños de interiores su tío Luciano le ofreció trabajar en su empresa y se moría por trabajar sólo esperaba que su esposo no fuera un Machista  y quisiera tenerla encerrada en la casa, dudaba que Leandros se sintiera atraído por su cuerpo voluminoso.

Salió de la limusina y se quedó parada a unos diez metros de distancia de la puerta de la iglesia central de Santorini, su padre la agarró por el brazo y la hizo caminar, dio la orden a sus pies a caminar no quería hacer enojar a su padre que tenía un carácter explosivo y salvaje, y la golpeara.

Ya no sufriría su maltrato, sólo rezaba porque su marido no fuera como su padre. Se detuvieron unos metros antes de llegar a la puerta, Madison parpadeo para evitar que las lágrimas salieran de sus ojos verdes y miro a su padre.

- no me avergüences llorando, este matrimonio unirá a las dos familias -aseveró su  padre- no avergüences a tu marido Madison, complacelo no quiero quejas por que si las hay atente a las consecuencias

Madison sólo asintió no podía hablar porque si lo hacía se escucharía temblorosa por el llanto contenido, apretó las manos en puños no podía refutar a su padre sin que este no le diera una golpe.  Intentó calmar todas las emociones que en esos momentos la consumían pero lo hizo y se prepara para entrar a la iglesia.

Una vez adentro la marcha nupcial sonó, su padre la guió hasta el altar, mientras caminaba podía sentir las miradas de la gente, criticándola por no ser como una muñeca de aparador, los susurros no se hicieron esperar eso la puso más nerviosa pero no despegó la vista del sacerdote que los iba a casar, no quería ver a su futuro marido. Su padre le apretó el brazo con fuerza y le susurro.

-Sonrie Madison

Y lo hizo. Les dio una sonrisa falsa a todos los presentes para que supieran que era la mujer más feliz en vez de la más desdichada, escuchó que hablan de leandros compadeciéndose de él por tener una esposa fea y gorda, que no se sorprendería si él buscaba una amante eso la hizo sentir fatal, la sonrisa se le borró del rostro y el labio le temblaba estaba a punto de llorar cuando sintió que su padre se alejaba y una mano de piel bronceada y hermosa sujetaba su brazo y la ayudaba a subir los dos escalones.

Dejó que sus ojos buscaran el rostro de su futuro marido, era hermoso, sus rasgos duros y viriles, unos ojos como el oro la observaban se sintió incómoda pero no lo aparento. Él no le dedicó una sonrisa sólo una expresión fría y cortante, el pecho se le contrajo de dolor, ella no tenía la culpa de que estuvieran casándose si por ella fuera él podría seguir con su maldita vida de mujeriego.

El sacerdote empezó ha hablar y a decir sobre el matrimonio y el amor, Madison se concentró en no llorar, escucho decir a su futuro marido el "Aceptó", se quedó viendo al sacerdote hasta que llegó su turno de decir por unos segundos no contestó, volteo a ver a las personas  reuinadas y la mirada de su padre era de enojo se giró al sacerdote y contestó.

- aceptó -dijo en voz baja.

- los declaro marido y mujer -medio gritó el sacerdote- puedes besar a la novia -le dijo a mi ahora esposo.

Se volteo para quedar frente a su esposo este se inclinó un poco, Madison se puso nerviosa no se acordaba del besó pero cerró los ojos por nerviosismos, sintió los cálidos labios de su esposo posarse en los suyos en un casto beso.

Después bajaron para ir a la salida, pétalos de flores empezaron hacer tiradas por el camino, la gente salió de tras de ellos, Madison podía sentir el brazo fuerte y musculoso de su marido en su cintura, salieron y no se despidieron de nadi, aquello la hizo sentir más fatal de lo que ya estaba. Subieron a la limusina.

Ella se pegó a la puerta contraria quería mantener la distancia con su esposo, este ni se inmuta por el alejamiento de su esposa, madison quería llorar y abrazarse a sí misma.

Llegaron a la mansión de su esposo, el chofer les abrió la puerta, leandros salió y después ella, observó la casa y todo en ella era frío y carente de calidez familiar igual a las de sus padres. Caminaron juntos sin hablarse.

Un hombre de mediana edad abrió la puerta y se inclinó en modo de saludo.

- Señor y Señora Petronides -habló con voz profesional el hombre.

- Xandros -saludo fríamente su marido.

Ella le dio una ligera sonrisa al hombre y siguió a su esposo, este se giró a verla.

- Diantha te mostrará tu habitación y si necesitas algo comunicárselo a ella -terminó de decir y vio cómo se iba hacia una puerta doble, las abrió y cerró.

Madison se quedó ahí parada observando la puerta de roble oscuro, donde su marido acababa de encerrarse. ¿Esta sería su vida? Pensó ella, una mujer de edad se acercó a ella y se presentó como Diantha la ama de llaves, le enseñó su cuarto y por lo visto no dormiría junto a su esposo, mejor no quería cercanía con el, desecho el ofrecimiento de la mujer de comer algo se tiró a la cama y lloró por todo, por el poco amor de sus padres, por su matrimonio, por su vida de ahora en adelante, por la frialdad de su esposo y por ser débil y no oponerse a la voluntad de sus padres.

Matrimonio por conveniencia (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora