Capitulo 3

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Después de esas palabras Madison no podía concentrarse en nada, intentaba reprimir los nervios que la tenían en un estado de excitación. Aceptó bailar con su padre, no se podía negar, al hacerlo estaba sentenciada a que la golpeara.

- ¿le pediste el dinero?

- sí, ¿cuánto necesitas? -preguntó nerviosamente.

- cinco mil libras esterlinas -madison abrió la boca.

- demasiado...-no término al sentir como la mano de su padre apretaba fuerte su hombro.

- cállate Madison, sólo dame el maldito dinero -dijo eso y después dejó a Madison sola en la pista.

Se quedó ahí parada, pensando en cómo diablos le pediría cinco mil libras esterlinas a Leandros, y el recuerdo de sus palabras de hacerla gritar el nombre de él, la puso otra vez nerviosa sería su primera vez...

Dio un salto al sentir una mano en el hombro adolorido, volteo la cabeza y era su esposo.

- es hora de irnos agapi mou -le susurro Leandros en el oído.

Tembló al sentir el cálido aliento en su oído y su voz ronca con promesas por cumplir, su cuerpo reaccionó a él tan rápidamente que la desconcertó. Salieron del evento sin despedirse de nadie, la mano de Leandros no dejaba su cadera la sostenía de una manera de posesión y dominación que la ponía de nervios, la limusina estaba ya parada en la entrada, el chofer les abrió la puerta y entró pero pudo sentir la mano de su esposo posarse por una de sus nalgas y lo volteo a ver enojada.

- eres un cerdo -dijo mientras se sentaba.

- ¿soy un cerdo por tocar lo que es mío? -su mirada era divertida, pero bajo esa fachada él, la retaba a contraatacar y madison sabía que perdería.

- lo haces para molestarme y hacerme sentir mal -refunfuñón.

- lo hago porque quiero, y dos, no lo hago para hacerte sentir mal -se sentía excitada y nerviosa- ven.

Lo observó por unos minutos y no sabía si ir o negarse a su orden pero como había aceptado a darle el dinero no querían que él se retractaba. Así que se deslizó cerca de él pero se vio alzada a su regazo, puso sus piernas a cada lado de Leandros, estaba sentada a horcajadas sobre él y podía sentir su miembro erecto y duro sobre su feminidad.

- deja de pensar agapi mou -le dijo él mientras desataba su moño dejando caer su largo cabello rojizo.

Tembló al sentir su mano enredada en su melena, y la otra bajo la cueva de su espalda. Se quedaron viendo, madison miro con detalle su perfecto rostro que mostraba unos rasgos viriles y hermosos, desvió sus ojos y se quedó mirando sus labios, no pudo evitar pasar la lengua por su labio inferior y instintivamente alzó la vista para ver sus ojos y lo que vio hizo aumentar su excitación.

La beso con fuerza, el impacto de los labios de leandros sobre lo suyos hizo que abriera los suyos dejando que el introdujera su lengua causando espasmos de placer por todo su cuerpo con tan sólo un beso. Sus lenguas danzaban una contra la otra por la dominación del beso pero al final Madison se dejó llevar por excitación, se apretó más a él pegando sus senos al pecho de Leandros, Madison podía sentir como sus senos se inflaman por la excitación, sus pezones sobresalen de la tela del vestido, las manos de sus esposo recorrían su espalda hasta su trasero y lo apretaba con fuerza, jadeo de placer y dejó caer la cabeza hacia atrás y él no perdió oportunidad de besar su cuello.

Madison se sentía arder por completo, respiraba agitadamente y veía chiribitas con sus ojos, sentía la humedad entre sus piernas, sus bragas estaban empapadas y el miembro de Leandros rozaba su clítoris cada vez que él se movía, no supo cómo y cuándo Leandros bajo las tiras de su vestido dejando sus pechos expuesto a su vista, gimió al sentir la boca de él sobre unos de sus sensibles pezones, se arqueo para que  profundizará más, con una mano el le pellizcaba el otro pezón, lo jalaba y para después amasar su pecho, Madison se sentía de maravilla.

Matrimonio por conveniencia (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora