La turbulencia la despertó, la azafata voceo que todos los pasajeros que abrocharan el cinturón de seguridad ya que el avión comenzaría descender para tomar tierra. Se ajusto el cinturón y cerró los ojos, nunca le había gustado esta parte de viajar en avión. Cuando por fin estaban en tierra, todos los pasajeros comenzaron a buscar sus maletas, con cautela agarro sus maletas. Aún le dolía el cuerpo desde el accidente, bajo con cuidado del avión y fue hasta la entrada del aeropuerto.
Su tía tenía un cartel de "bienvenida a casa Madison" las lágrimas comenzaron a nublar sus ojos intentó reprimirlas pero cuando llego a lado de su tía la abrazo con fuerza y lloro, para su sorpresa ella la abrazo y consoló fue la única persona que hizo algo así por ella. La ayudo a llevar sus maletas al taxi, hablaron sobre el vuelo y algunas cosas sobre la curiosidad de su tía por Italia, ella nunca la presionó por hablar de su matrimonio ni de Leandros, sólo pensar en él le dolía el corazón.
Protesto cuando su tía pagó el taxi, intentó regresarle el dinero pero se negó a aceptarlo, guardó el dinero y agarro una de sus maletas mientras su tía llevaba la otra, el departamento era modesto y acogedor, lo que siempre falto en su vida. Se instaló en la recámara de invitados, dejo sus cosas en los cajones de la cómoda, tiró las cosas de su bolsa sobre la cama y vio su celular, indecisa lo encendió, después de un rato la pantalla parpadeo por llamadas perdías, varias eran de su padre, la mayoría eran de Leandros y tenía cuatro mensajes de él, borro todo hasta los mensajes sin leer, sacó el chip para después tirarlo a la basura. Compraría otro al día siguiente.
Iba a comenzar una nueva faceta de su vida, ya no había más una mujer que viviría por los demás, eso iba a cambiar. A partir de hoy tomaría sus propias decisiones y ayudaría a su tía.
Cenaron y charlaron para conocerse la una a la otra, su tía Natalia era una mujer encantadora, alegre y bondadosa, trabajaba de limpieza en una empresa de prestigio en la noche, y en las mañana en una cafetería, estudiaba en línea para recibirse de licenciada en administración empresarial, una mujer emprendedora que lucha por lo que quería y tomo todo lo que la vida le daba sin quejarse, quería ser como ella.
Se despidieron y cada una se fue a su cuarto, una ves sola no pudo evitar llorar, una parte de ella estaba dañada y herida, se sentía culpable por el accidente que causo la muerte de su bebe.
Cuando el llanto la venció se quedo dormida, al despertar se sintió mucho mejor, tomo una ducha y se puso una blusa sport al igual que un pantalón holgado.
Hizo el desayuno para las dos, lavó los traste que uso para no dejárselos a su tía, el timbre sonó. Su tía estaba en bata y grito que ella iba a abrir, escucho que discutía con un hombre y se asomó.
Aquel hombre tenía un magnetismo sensual, desprendía poder y lujo, su tía lo miraba enojada y él con altives como el típico magnate.
Él la miro y alzo una ceja a su tía, Natalia suspiro y los presento.
— Theo, ella es mi sobrina Madison —los presento— Madison el es mi jefe...
Su jefe... Ella quería un jefe así, por lo que veía había algo entre ellos, no pregunto y le tendió la mano al jefe de su tía.
— un gusto conocerlo, soy Madison Pe... De Luque —se corrigió al decir su apellido de casada.
— lo mismo dijo —le estrecho la mano— soy Theo Zisko.
Por lo que veía era un hombre de pocas palabras al igual que Leandros.... el dolor llego al pensar en él.
Soltó la mano del hombre y le dijo a su tía que el desayuno estaba y se fue, no quería interrumpir. Por lo que se escucho al rato la puerta de la entra fue azotada, su tía murmuro varios improperios, no dijo nada.
Salieron juntas al supermercado, Londres era maravilloso, no había tanto sol como en Grecia e Italia, adoraba este clima, se dio cuenta de que ella tenía más parecido a su tía que a su madre, desde el cabello hasta el color de piel.
Llegaron al departamento, su tía se preparó para ir a trabajar en la noche y ella agarro su Mac para navegar por internet y buscar anuncios de trabajo.
Una hora después de navegar entro a una página de noticias, fotos de su esposo con la heredera griega, se les veía hablando amenamente, cerró con fuerza la laptop. Controló las ansias de llorar y decidió tomar una ducha y ver que hacer de cenar, mañana buscaría un empleo no quería ser una carga para su tía.
Abrazo a su tía para que le fuera bien el trabajo, escucho las indicaciones de no abrirle a nadie.
Al día siguiente salió temprano y comenzó a buscar trabajo de lo que sea, y no es que tuviera mucha práctica haciendo cosas normales pero las aprendería.
Acepto el trabajo de camarera de un bar, no era el mejor trabajo del mundo pero ayudaría a sustentar los gastos de su tía y así ayudarala a seguir estudiando. Contenta consigo misma le dio la noticia a su tía cuando llamo a la casa desde su trabajo como camarera en la cafetería.
Desde ahora está era su nueva vida y lucharía por ella, ya no había más la Madison complaciente ahora era una mujer hecha y derecha que vivía por ella.
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Leandros tomo una copa de vino que le trago su asistente, leyó el informe del investigador que había contratado para que buscara a su rebelde esposa.
Cuando supo que lo había dejado había sido un golpe emocional del cual nunca estuvo preparado, había intentó explicar lo que ella había visto pero Madison se negó, nunca fue un hombre que rogará por nada. Ese día llamo a su ex para comprar un teoría, cuando la beso no había sentido nada cosa que le sorprendió, una parte de él sabía la respuesta a ello, se negaba a aceptar las cosas.
Desde ese día su matrimonio había ido descendiendo, acepto el distanciamiento de su esposa sin rechistar, había sido un error grave y el no estaba acostumbrado a perder en ningún ámbito.
Lo peor fue cuando le llamaron para informarle que su esposa había tenido un accidente, fue como un puñetazo que lo dejo en shock, al verla en esa cama de hospital con tubos por todas partes fue lo más desgarrador, y lo peor fue que Madison había estado embarazada y él no lo supo, rechino los dientes enojado, como se atrevía Madison a ocultárselo.
Por no decir que quizás eso fue la gota de derramo el vaso, ella lo abandono, sin decir adiós. La había llamada al su celular, al de su padre y nadie sabía nada de ella.
Dejo pasar una semana hasta que decidió tomar la decisión de contratar a un investigador, ahora sabía que vivía con su tía en Londres y trabajaba.
No iba a ir a buscarla, ella había tomado la decisión de dejarlo y dar por terminado todo que así fuera. Cada uno por su vida y era lo mejor, el no quería volver a pasar por lo que era amar, ni el matrimonio. El amor sólo te destruía hasta dejarte muerto.
Dejo caer el informe sobre su escritorio de madera pulida e importada de Brasil. Su asistente entro con una sonrisa y él se acomodo en el asiento.
Era un hombre libre, iba a disfrutar cada segundo de ello.
No volvería a pensar en su matrimonio ni en su esposa, jamás. Sólo había sexo en su vida y nada de la mierda del amor que no dejaba nada bueno. Ninguno estaba hecho el uno para el otro, desde el principio su matrimonio estaba destinado al fracaso.Se olvidó de todo aquello, centro su atención en la secretaría.
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Nota: aquí termina una parte de la novela seguirá pero ya con unos años de más.
La otra novela se llamara "una segundo oportunidad"
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Matrimonio por conveniencia (Sin Editar)
RomanceSinopsis Un matrimonio por obligación. Dos familia decidieron unirse para olvidar enemistades. Dos dinastías con poder Lo padres de Madison de Luque decidieron casar a su mojigata hija con el heredero de la dinastía Petronides un hombre implacabl...