Indebido.. ¿O no?

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Género: Fanfic.

Categoría: Humor/Romance.

Advertencias: Slash, boyxboy.

Dato Extra: Leo tiene 15 y Charlie 17, para evitar malas ideas.

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Maldijo, y se reprochó mentalmente por aquello, maldecir estaba mal.

Pero es que era inevitable.

Volvió a desviar la vista, mirando de nuevo al televisor, donde la pantalla ponía "Game Over" al juego que ya había perdido, y llevaba perdiendo desde hace un buen rato sin solución aparente.

Masculló algo bajo, que porque dios era tan malo con él, y se mordió la lengua, volviendo a reprocharse a la par que se daba un golpecito en la cien.

Apretó el control de la consola, soltando una vaga exasperación, y volviendo a llevar sus ojos a la esquina, desde donde Charlie ojeaba en la computadora con ropa ligera, nada más que un short y una franelilla sin mangas por el calor de la tarde.

Se había vuelto a quedar en casa de Lenehan, como muchas veces, donde se la pasaban la mayor parte del día bromeando o haciendo alguna que otra tontería, solo que aquella vez fue diferente.

Y todo por un maldito helado, el cual comía tranquilamente Charlie y en un mal empujón, por broma pesada de Leo, terminó haciendo que el dueño del cuarto derramase todo el dulce en el que era su colchón en el piso.

Leo se estuvo golpeando mentalmente en todo el rato en el que, al no hallar solución alguna, Lenehan se debatió por ofrecerle dormir con él.

No le incomodaba, de pequeño él solía dormir con sus hermanos mayores, pero hombre, ¡Él era su mejor amigo! Por no añadir que ambos ya se encontraban grandecitos para eso.

Era eso, o dormir en el sofá, cosa que Leo gustoso aceptó, de no ser porque su amigo era un pesado tal que no le dejaría pasar por semejante incomodidad... a ojos de Charlie.

Al fin y al cabo, que fue una noche bien larga, en la que él no logró pegar sueño alguno en lo que Charlie dormía plácidamente a su lado contra la pared.

Unas dos horas, o puede que más, en lo que se movía de un lado a otro, tratando de ubicar una posición cómoda en la cual no tuviera que quedarse observando la expresión dormilona de Lenehan mientras respiraba en sueños.

Y justo cuando pensaba que al fin podría rendirse a los brazos del dios de los sueños, unos brazos le rodearon por la espalda, enviándole un cortocircuito por todo el cuerpo y alertándole de que algo, o más bien alguien, chocaba contra su espalda.

Su respiración se cortó de un golpe, y no se había percatado del calor que inundaba la habitación de repente hasta que hubo intentado librarse de aquel agarre.

Cuando finalmente logró su cometido, pudo respirar tranquilo, bajando la guardia y casi pegando un salto cuando, nuevamente, el cuerpo de Lenehan se apegó al suyo, en un agarre más apretado y posesivo.

Charlie se veía tan tranquilo, y si no fuera por los nervios que iban quemando su cuerpo, Leo hasta podría jurar con la cercanía en la que estaban, que su amigo estaba sonriendo.

Fue un rato bien largo, en el que pudo librarse de aquel apretón, cayendo al suelo en el intento y dándose un buen golpe, gruñendo entre dientes y considerando irse al sofá.

Historias de Bars And MelodyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora