¿Celos?

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Género: Fanfic.

Categoría: Humor/Romance.

Advertencias: Slash, boyxboy.

Dato Extra: Leo tiene 15 y Charlie 17, para evitar malas ideas.


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Dejo el teléfono a un lado, en la mesita junto al sofá, y quedándose en blanco pocos segundos a la par que la suave melodía en la radio pasaba con armonía.

¿Titubeó? No, aquello no era posible.

¿En que cabeza cabía la idea de ver a Leondre Devries celoso? O eso pensaba Charlie cuando devolvió su vista al chico, quien desde una silla frente al comedor balbuceaba en voz baja algunas rimas mientras miraba a otro lado... el lado contrario a la mirada fija de Lenehan.

-¿En serio te enfadaste con eso?- preguntó Charlie expectante y mudo, como si esperara el resultado de una prueba de paternidad.

-Pff, claro que no- indagó el de cabellos negros, actualmente pintados de un dorado pálido –Ni que fuese tan importante-

-Oh amigo, tu cara murió por un segundo, dime que no te lo tomaste en serio-

No obtuvo respuesta, solo escuchó un quejido bajo, algo parecido a un murmullo, y el chico no le devolvía la mirada –Em.. ¿Leo?-

-¿Qué?- gruñó el chico rapero, y ahora si que lo escuchó bien: Leondre estaba hirviendo en celos.

-No te lo dije para que te enfadaras- masculló Charlie tratando de sonar despreocupado.

Respuesta negativa, eso lo supo viendo la silueta del Devries irguiéndose en mofa, sin la clara intención de tomarle madures al asunto.

-Oye, que solo es salir con unas compañeras de escuela, ya sabes, una salida normal al centro comercial, ropa, bromear, uhm.. ¿Ver una película?- con eso ultimo, supo que había roto el límite de la pequeña vasija mental que Leo tenía por paciencia.

Y justo como el café derramándose de su tasa como casi todas las mañanas, Leo puso pies en el suelo con un suave pisotón que pudo haber resonado hasta en los apartamentos muy por debajo de ellos, apretando los puños y con una expresión que, de ser posible, lo hubiera hecho explotar en una nube de polvo.

Sip, evidentemente, su amigo estaba celoso, y no a un nivel muy saludable que él pudiese adivinar.

Contando mentalmente, Charlie resopló bajo y se levantó de su sitio, encaminándose por donde el otro había desaparecido, encontrándose de frente con la única puerta cerrada en el pasillo.

Trató de pasar pero una fuerza obviamente conocida le cerró el paso. Escuchando un seguro pasándose al otro lado.

Tocó un par de veces, sin obtener respuesta, tocando nuevamente hasta pensar en algo inteligente que decir –Leo, ey abre la puerta... que ese es mi cuarto-

Pasado unos minutos optó por la alternativa, se fue y regresó al poco rato con una tarjeta y un pequeño alambre. No era la primera vez que lo intentaba, así que ya tenía algo de experiencia, tardando pocos minutos en quitar el seguro, y entrando con sigilo, viendo en su cama al Leondre bocabajo fingiendo sueño.

Mal intento, la almohada sobre él agarrada con fuerza le confirmaba su sospecha.

-Ey, que solo es salir con amigos y ya- habló Charlie sentándose en su cama, a un lado de él, entendiendo perfectamente que el otro no se movería de ahí.

Como si fuera costumbre, Leo no se sorprendió al escucharlo, ya estaba acostumbrado al desarme de seguros de su compañero para lidiar con su mal temperamento.

Lenehan meditó, orando al aire una solución a aquel problema -Sabes que puedes venir con nosotros, si quieres..-

-¡No es eso lo que me importa!- se estremeció el chico en la cama hablando bajo la almohada, sin estar dispuesto a dirigirle la mirada –Bah, como si lo entendieras-

-Claro que lo entiendo, estas celoso- dijo Charlie con la calma mas tranquila posible.

Grave error, su amigo se removió de un brinco hasta verle con rabia, arrojándole la almohada que el otro bloqueo con sorpresa, y que si no fuera por mero reflejo, o simple suerte, lo hubiera mandado al suelo.

-¡Tranquilo! No lo decía así.. digo que, sabes que yo no haría nada de eso con otra persona- se corrigió Charlie rápido antes de que otro golpe fuese propuesto en la mente de su amigo.

Leo volvió a gruñir, tirándose de nuevo en la cama y dándole la espalda –Dices eso porque no sabes lo que esas.. argh, ellas piensan de ti-

Charlie entreabrió los ojos con sorpresa, hasta recaer mas tranquilo soltando un bajo suspiro –Claro que lo sé, no soy tonto, soy mayor que tú para darme cuenta de esas cosas-

No escuchó nada por un momento, mirando al de cabellera pintada en aparente estado de calma, era raro no verlo sin tatuajes en los brazos, se había acostumbrado a esa afición que su amigo tenía los últimos meses, pero en parte le agradaba, le dejaba ver la piel suave de sus brazos, algo que Charlie apreciaba en silencio.

-Si lo sabes, ¿Para qué vas entonces?- murmuró Leo medio desganado.

-El precio de la fama amigo, no puedes negarte a tus amigas.. o fans- dijo Charlie tratando de sonar creíble, razón que no le faltaba.

No obtuvo respuesta, con lo que inhaló despacio para aliviarse un poco, y bajarse el estrés, era imposible lidiar con su amigo cuando estaba de mal humor, aunque luego recordó que no era tan complicado.

En especial porque se trataba de Charlie, y eso le daba cierta ventaja.

Pasaron largos minutos en los que Leo pensó que ya Lenehan se había ido, con lo que dio un respingo frustrado, dejando lucir el mal humor con el que su mente le torturaba.

Nuevamente la cama se hundió tras de sí, unos brazos rodeándole por la cintura le tomaron de sorpresa, y unos labios dejando un corto beso en su nuca le siguieron el juego.

-¿Qué? ¿Te cortaron antes de siquiera salir?- murmuró irónico Leondre.

-¿A mí? Eso es imposible amigo- respondió Lenehan con sorna, sacándole una rabieta interna al menor por su estúpido ego –Tuve que decir una excusa, ya igual me trataran de invitar otro día-

-Imbécil engreído- resopló Leo disgustado, aunque eso no evitó que se acomodara mejor contra el cuerpo de su amigo... o novio mejor dicho.

-No puedo creer que te pongas celoso por una tontería, si sabes que solo te quiero a ti- masculló tras de sí Lenehan, una sonrisa se denotaba en su semblante ante lo cómico del asunto.

Leo se giró, aun mosqueado y golpeándole con suavidad en el abdomen, antes de pasar a abrazarlo –No estoy celoso Charlie, solo protejo lo que es mío-

-Lo que digas..- dijo Charlie rodando los ojos, recibiendo otro golpe del Devries, ya le bajaría el mal humor con unos cuantos besos.

Eso... o la calentura del momento se encargaría de aquel asunto.


.-.- End -.-.

Historias de Bars And MelodyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora