Salud: Primera Parte

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Cuando Nora se enteró de que tenía cáncer se pasó llorando toda la noche.

Ahora, año y medio después, vive en un hospital.

A ella no le gusta llamarlo "vivir", porque solamente le ingresan en el hospital de vez en cuando. Lo que pasa es que esta vez lleva ingresada siete meses.

Ha conocido a un chico y se ha enamorado de él. Se llama Diego y es guapísimo.

El hermanito pequeño de Diego lleva más de un año ingresado en el hospital. Diego va todos los viernes por la tarde a visitarle.

Ha conocido a una chica y se ha enamorado de ella. Se llama Nora y tiene cáncer.

Psicológicamente sus rutinas son muy parecidas: de sábado a jueves se pasan soñando con la llegada del viernes. Diego para ver a Nora y Nora para ver a Diego.

Los viernes a las tres de la tarde, Diego va a la habitación de su hermano y está con él hasta las cinco. A las cinco él va a la habitación 308. Ahí, en la planta 3, la planta del cáncer en niños, está Nora.

Hoy Diego llega a las cinco y cuarto a la 308 y le besa en los labios.

--Perdón por retrasarme, pero ¿sabes qué? ¡Le van a dar el alta a mi hermano!

Y todo es felicidad hasta que se dan cuenta de lo que eso significa.

--No, no, yo voy a seguir viniendo a verte. Voy a venir siempre que pueda, Nora.

Y ella se tranquiliza.

Así pasan semanas, incluso meses. Diego continúa yendo los viernes a verla. Un día le dice él a ella:

--Me han dado una beca de tenis en Barcelona. Sería estar estudiando y jugando a tenis todos los días. Para convertirme en alguien reconocido. Pero tranquila. La voy a rechazar.

Nora suspira, menos mal, porque sino no se volverían a ver y tendrían que dejarlo.

Pero cuando se va su novio, cuando lo puede meditar bien, se da cuenta de algo. Y el viernes siguiente se lo dice.

--No te puedo arrastrar a esto. Tienes que hacer tu vida. El cáncer lo tengo yo, no tú. Y sé que estamos juntos en esto, pero no puedes rechazar cosas por mí porque al final me acabarás culpando inconscientemente. El cáncer es una cosa que sólo les toca a algunas personas. Aprovecha que a ti no te haya tocado.

Diego no la va a dejar. Así que el viernes siguiente vuelve. Pero ella ya había dejado un mensaje de que no le dejaran pasar.

Diego no se rinde y vuelve el siguiente viernes. Y no le dejan pasar.

Vuelve el siguiente. Y tampoco le dejan pasar.

Vuelve al siguiente y le siguen sin dejar pasar.

Así que, después de muchos más intentos y algunos lloros en casa, acepta la beca de tenis y se larga a Barcelona.

Amores Imposibles (DyN | D y N)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora