Aquí me encontraba, enfrente de mi departamento. No sabía quién o qué fue lo que molesto así a Dean, como para no dirigirme la palabra en todo el camino, a pesar de mi insistencia. Si hasta me dolía verle a mí así. Después de haber pasado uno de los mejores momentos de mi vida, no era justo que no tuviera ya la suficiente confianza de contarme que era lo que le atormentaba. Apenas se despidió de mí con un frío beso en mis labios. Aunque por dentro, yo sabía que se moría de ganas por estar conmigo, y que fuese lo que fuese lo que había pasado, espero que, pudiera contármelo algún día con tranquilidad. Como siempre ha sido él. Tan transparente y sincero. Aunque ahora en su mirada se reflejaba algo de tristeza, y añoranza. Y aunque no había llorado, sabía que lo haría. Sus ojos habían perdido brillo y habían comenzado a cristalizarse.
Subo rápidamente para poder meterme en mi cama, y esperar que pase muy rápido la noche, estoy de los nervios y quiero tirarme de los pelos. Morderme las uñas hasta quedarme sin ellas. Necesito que me llame. Necesito una noticia. Me meto en la ducha y abro el agua fría, con tal de calmar mis nervios. Aparte, hace mucha calor y la necesito. Al menos, ya que no tengo ni idea de lo que ha ocurrido para su repentino cambio de humor, espero que Dean esté bien.
La luz que se cuela por la gran ventana, hace que me despierte temprano. Uff y tan temprano. Miro el reloj y apenas son las ocho y media de la mañana. Joder, por un día que no había ido a trabajar y podía quedarme en la cama un rato más. Reviso mi móvil en busca de una llamada perdida o un mensaje de Dean. Nada. Solo tengo un mensaje de Alexandra.
' Nikiii, voy a estar unos días fuera de la ciudad aprovenchando que Naomi nos los ha dado libres. Kyle viene conmigo. Cuando esté de vuelta nos ponemos al día. Arreglalo con Dean, es una orden. Te quiero '
Dios, había estado tan ensimismada que aún no le había comentado nada. Alexandra, mi rubia preferida. Esa que me llamaba Nikki, y no sé el porqué. Me alegraba verla tan feliz con Kyle ahora, y también me alegraba poder haberla ayudado en algo con mis consejos. Aunque a decir verdad, yo aconsejo fatal. Y he de decir que con Kyle, en este mes que pasé bastante jodido por lo de Dean, nuestra relación , ahora solamente de amistad, había mejorado muchísimo y tanto él como Alexandra, me habían ayudado muchísimo con el tema de Patrick, el hermano de Dean.
-Nik, ya sabes que odio que me cuentes las cosas a medias. Desembucha. ¿Que pasó anoche?- Suelta Kimberly en cuanto entra por la puerta tirando el bolso al sofá y llevando una mano a su cadera.
-Un 'Hola Nicole' ¿como estas? ' no vendría nada mal.- Le contesto bastante burlona, haciendo unos movimientos exagerados con las manos, la verdad es que me muero por contárselo todo.
- Me llevo al paseo marítimo. - Puntualizo.
-¿Al paseo marítimo? Vaya, es todo un romántico al fin y al cabo. ¿Y que te dijo? - Dice ella mientras se acerca al frigorífico para sacar unos refrescos.
- Ajá. Me dijo que no solía llevar chicas allí. Que tocaba la guitarra y... Que me quería.- Suelto de repente para que no pregunte mucho acerca de eso. Si, lo dije y lo dijo. ¿Y qué? Nos queríamos, a pesar de que nos conocíamos de poco tiempo, y eso era lo que importaba.
- ¿Qué? ¿En serio? Rebobina, ¿Solo te ha llevado a ti allí? ¿Y que hay de su no-mujer? ¿No la llevo? ¿Y que guitarra? ¿Toca la guitarra? Me dejas muerta Nik.- Dice mientras se acerca al sofá donde estoy sentada con los ojos abiertos como platos.- Pues parece que si que le has calado hondo a ese chico. Bueno y él a ti. Y eso me alegra.
- Para, para. No me da tiempo a responder tantas preguntas a la vez.- Las dos reímos fuertemente y Kimberly abre un par de refrescos y me tiende uno.
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Tentación Prohibida.
RomanceNicole Harris es una joven de 22 años la cuál aún no ha experimentado lo que es el amor. A pesar de pertenecer a una de las familias mas ricas de Nueva York, Nicole se muda al famoso barrio de Brooklyn para ganarse la vida por sus propios esfuerzos...