Tentación Prohibida.

Capítulo 15.

- ¿Me buscaste?- Le pregunto con un hilo de voz.

Él niega lentamente y la pequeña sonrisa que se había formado en mis labios se desvanece. No me buscó, y aunque me ha pillado por sorpresa, no me enfado, pues desde un principio he sabido que no lo hizo. Su gesto también es triste y sé que esta arrepentido.

- No pequeña. Yo llegué a este departamento por otro... motivo.- Dice tristemente. Cierra los ojos y suspira. - Algo que sabrás muy pronto. Anda ve y vístete. Quiero enseñarte algo que ya es nuestro.

¿ Y cual es ese motivo? Suspiro yo también. Ha dicho que me lo contará, y no sé porqué pero el corazón me dice que no es algo bueno.

Me visto rápidamente y arreglo mi pelo. Lloro de nuevo frente al espejo. Necesito que me lo diga ya. Sea lo que sea quiero saberlo. De pronto Dean entra y me observa llorar desde la puerta. Se acerca lentamente y limpia mis lágrimas con su pulgar, deja un beso en mis labios y acomoda mi pelo. Estoy triste, han sido demasiadas emociones en tan poco tiempo que ami mente aun no le ha dado tiempo a ordenarlas todas. Aunque debería estar feliz. Por fin estoy con Dean. Por fin lo sé todo. Y aunque no me buscara, el destino ha decidido que volviéramos a encontrarnos tras tantos años, y por fin, ser felices. Sonrío cuando termina de limpiar mi lágrimas y el me devuelve una ancha sonrisa.

- Bueno, ¿ Y donde me llevas? - Pregunto bastante emocionada.

Nuestro nuevo apartamento es enorme. Tiene un gran salón y está decorado con los mismos muebles minimistas del anterior departamento de Dean. Los grandes sofás blancos me producen una gran tranquilidad y serenidad. Inspiro y huele a él. Doy una vuelta y recorro el apartamento dando pequeños saltitos como una niña pequeña. Una habitación grande con una cama de matrimonio. Esa es la nuestra. Nuestra. Me encanta como suena esa palabra.

Justo al lado hay una más pequeña, miro intrigada, pero todo está oscuro. Dean que se encuentra detrás de mí enciende la luz, dejando ver una gran cuna de bebe y miles de juguetes.

- Y aquí, será donde dormirá nuestro hijo.- Susurra, dejándome helada. Por un momento creo que no me late el corazón, pero si lo hace y con más fuerza que nunca. Me doy media vuelta y le doy besos por todos lados.

- Es precioso cariño.- Murmuro frente a frente. Sus ojos no dejan de mirar los míos y durante varios minutos la tierra se para y solo somos nosotros dos. Un hijo de Dean. Sí, dios lo necesito. Un fruto de nuestro amor eterno.

- Si es niño, le llamaremos Dean. Quiero que se llame como el hombre que me ha robado tantas sonrisas, como el hombre que amo y que siempre he amado.- Susurro contra sus labios. Sonríe y Dean me coge en brazos y me susurra en el oído:

- Pues vamos a por el pequeño Dean entonces.

Me pone como si fuera un saco de patatas y yo grito mientras pataleo. Me deja en la cama y me besa con dulzura.