12. ¨Gracias, Doug.¨

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Cailin

-Thomas, perdóname. -dije por décima vez al teléfono. -Hoy, no puedo.

Pero... ¿No puedes ensayar otro día?

-Quedé en encontrarme hoy. -contesté. -Lo siento, pero no puedo. La feria es en menos de una semana y tú, amigo, deberías estar ensayando.

Ya hemos ensayado.

< ¿Qué?>

-¿Tan rápido?

El silencio se apoderó de la línea.

Em, sí.

-Okey. -contesté con el ceño fruncido. -Thomas, debo irme.

Adiós. Te amo.

-Adiós.

¿No me dirás que me amas?

Blanqueé los ojos.

-Bien. -suspiré. -Te amo, Tom.

Yo más. -dijo y luego, terminó el llamado.

Me sentía culpable por cancelar los planes que tenía Thomas para nosotros, pero debíamos ensayar. No teníamos tiempo y nos tocaba la escena más difícil del libro. No sabía si podría besar a quien que, alguna vez, fue mi mejor amigo. Y menos enfrente de Alisson y Thomas.

Suspiré y agarré mi bolso.

-¿Cai? -Theo llamó mientras bajaba las escaleras. -¿Te vas?

Asentí.

-Volveré temprano. -dije agarrando las llaves de mi moto. -Si llego más tarde, te llamaré.

-Puedo llevarte si quieres. -se ofreció mi hermano.

Por un momento pensé en decirle que no, pero luego recordé que mi hermano está muy solo desde que se cambió de secundaria y sus únicos amigos eran personas virtuales.

-Si no te molesta, puedes llevarme. -sonreí.

El tomó las llaves del auto de mamá y salió detrás de mí. Al subirnos al auto, noté la seriedad con la que cargaba Theo.

-¿Pasa algo? -pregunté.

Negó y arrancó el auto. Tomé su mano y este, bajó la cabeza. Apagué el auto por él y lo miré nuevamente.

-Theo, habla conmigo. -me giré y busqué sus ojos. -Sabes que puedes contar con tu estúpida hermana. -sonreí nuevamente.

Él me devolvió la sonrisa.

-Problemas de adolescentes.

Enarqué ambas cejas.

-Soy adolescente, también. -me señalé. -Dime que atormenta tu hueca cabeza.

Theo bufó y apoyó su cabeza en el descanso del asiento. Se veía disperso. Pero no estresado, sino que algo, no lo dejaba pensar tranquilamente.

-Bien. -empezó. -En realidad son dos cosas las que me atormentan.

-Dime.

-Promete que no le dirás a mamá.

Puse mi mano en el pecho, jurando.

-Estoy algo molesto de que mamá no tenga tiempo para nosotros. -se giró para verme. -Sé que no tiene el apoyo de papá para mantenernos, pero eso, no le quita que pueda estar con nosotros en nuestros cumpleaños o fechas importantes.

Douglas & CailinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora