Douglas
Alisson me había acompañado esa tarde a visitar a mi padre. Insistió en ir y no pude negarme. Se había dormido en mi hombro y, todavía, tenía mi mano entre las suyas.
-Alisson. -susurré. -Despierta.
Abrió los ojos y me sonrió. Le devolví la sonrisa y besé su frente. Ella frunció el ceño.
-¿Porqué no me besas en los labios? -preguntó. -Siempre soy yo la que te besa.
No me esperé que hiciese esa pregunta. Pero tenía razón, nunca la besaba yo. Era ella la que corría a mis brazos y me plantaba un beso.
-Lo siento. -la besé y ella sonrió.
-Te he notado distante, Doug. -miró sus uñas. -¿Hay algo que quieras contarme? -sonrió nuevamente.
-Para nada. -rasqué mi nuca.
Claramente, no podía decirle a Alisson que Cailin, era la culpable de mi desapego a ella. Estaba perdido y me sentía desganado.
-¿Sabes que puedes confiar en mí, no?
Asentí y me besó.
Mi madre apareció por los pasillos y nos saludó. Su aspecto descuidado se hacía presente, nuevamente. La abracé y ella me devolvió el abrazo.
-Mamá, si quieres ir a casa, ve. -dije. -Yo me quedo con Alisson.
Mi madre agradeció y se marchó.
-¿Doug? Em... -empezó Alisson. -Está noche no puedo quedarme. Tengo que hacer algunas cosas con mis padres.
Fruncí el ceño.
-Está bien, Ali. -dije. -Me quedaré yo. No hay problema.
-Lo siento, amor.
Sonreí.
-Por cierto... ¿Qué tienes que hacer?
Esquivó mi mirada.
-Nada importante. -restó importancia sacudiendo sus manos.
Me besó y luego se alejó, moviendo sus caderas. De pronto, un sentimiento de soledad invadió mi cuerpo y recordé el momento en que Cailin se había quedado a mi lado, sin que yo se lo pidiese.
< ¡Deja de comparar a tu novia con Cailin, Douglas!>
Sacudí mi cabeza y me eché sobre los sillones de descanso. Cerré los ojos y me relajé. Eso no duró mucho, ya que mi teléfono empezó a sonar en mi bolsillo. Al sacarlo, la foto de Malia apareció en mi pantalla.
-¿Malia? -me pregunté a mi mismo y fruncí el ceño.
Contesté el teléfono y un sollozo me respondió del otro lado. Alejé el celular de mi oído y, luego, lo volví a acercar para hablar.
-¿Malia? -pregunté. -¿Qué ha pasado?
-Douglas, tienes que venir por mí.
Fruncí el ceño.
-Malia. -me paré del sillón y se me hizo un revoltijo en el estómago. -¿Dónde estás? ¿Estás bien?
-Estoy en la avenida cuarenta, en frente de la casa de pastelería que tanto te gusta. -respondió entrecortado. -Estoy bien.
-¿Me compras algo? -pregunté.
-¡Douglas! -exclamó. -Ven por mí, por favor.
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Douglas & Cailin
RomantizmDouglas y Cailin se sientan juntos en Literatura. Douglas y Cailin no se hablan. Douglas y Cailin buscan el amor. Douglas y Cailin se encuentran. Douglas... ¿Y Cailin? ¨Dos mundos no tan diferentes. Dos mundos parejamente disparejos¨ Obra registrada...