Me hablan de Madrid, me hablan del que el kilómetro cero empieza en la puerta del Sol y yo siempre diciendo que lo hace en tu pecho.
Cuando recuerdo tu voz empiezo a relatar nuestra historia haciendo incapié en todos y en cada uno de los latidos que nos separan, que nos pierden. Y es que la mayoría de mis textos empieza con este golpe de pecho con este acelerón que mete mi pulso a esta carrera por laberintos sin salida que es mi vida.
El cosquilleo recorre las yemas de mis dedos iniciando el descenso de los sentimientos hacia los versos y ahí voy lo pienso, miento, no pienso, solo fluyo como la tinta por mi pluma, me dejo me abandono a la pasión del papel que arde como el hielo me lanzo al infierno que comienza a dibujar las letras en este baile enmascarado.
Recuerdo que suenan palabras de un tiempo que fue mejor, echo recuerdos al fuego que arda como lo hacen mis alas cancinadas entre un fin de momentos que hoy se reducen a nada. Espero desde que te fuiste por si algún día vuelves y no llevas llaves. Llevo desde aquella madrugada con tu colonia guardada en mis muñecas como cuerdas que me atan a una realidad pasada.
Llevo desde aquella madrugada con todas las dudas colgando de las pestañas con sabor salado influyendo en la luna que hay en tu mirada como marea que sube como marea que baja, como pasado que inunda las cuatro patas de mi cama. Llevo desde aquella madrugada preguntándome porqué lo hiciste, y porqué yo no dejo de hacerlo, porqué no dejo de girar esta ruleta rusa cargada de balas, que son, sonrisas rotas.
Llevo desde aquella noche echando a suertes esto de dejar de quererte, y siempre sale cara cuando yo digo cruz, porque tú, precioso caos, eres la cruz de mi vida , el martirio que provoca el insomnio .
Las estaciones de tren están cansadas de oírme de hablar de ti en cada parada cuando espero un billete de oferta con destino a tus brazos. Solo ida a tu pecho quiero gritar. Si tu quisieras iría a buscarte, si tu quisieras dejaría de agobiarte, dejaría de odiarme, dejaría de odiarnos, si tu quisieras me arrancaría este amor, este dolor de pecho, fingiría que volvemos a aquella tarde de diciembre en la que nos conocimos, si tu quisieras volvería a ser todo lo que he sido , volvería a aquel otoño y haría las mismas cosas pero del revés, tropezaría otra vez.
Si tu quisieras podría parar todas y cada unas de las guerras clavando bandera blanca en tu corazón, si tu pusieras a mi alcance cada sonido de tu reloj roto yo me encargaría de clavar las manecillas de todos los recuerdos que hieren, que se clavan que escuecen.
Si fuera todo tan fácil como querer, si eso significara poder te juro que yo podría vencer a todos los moustros que se interponen entre mí y allí
Te juro que sabría quemar la hierba inmortal , te juro que si fuera cuestión de querer sabría quererte, que si fuera cuestión de hacer, saber ,poder y querer yo aprendería a conjugar todos los bellos verbos acabados en arte.

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La vida hecha tinta.
PoesíaSólo unos cuantos poemas. De ellos, de ti, de mí. Viejos, desgastados. Poemas azules.