Amame. (En Pausa)

Capítulo 5

TIZI

Desperté por un ruido raro desde afuera, pero no le di importancia. Dé nuevo escuche ruido y me levanto fastidiada, me dirijo hacía mí ventana y la abro; al abrirla me encuentro con un Rayco  abajo tirando piedras en mi ventana.

- ¿Qué haces aquí? - grite susurrando.

- Solo pasaba por aquí y dije, ¿porque no molestar a la chica nueva? Y aquí estoy, tirando piedras en tu ventana- sonrío y rodé los ojos.

- Bueno ahora ya te puedes largar - digo entrando de nuevo a mi habitación pero él me detiene.

- Vamos, no seas mal educada y baja conmigo- hizo un puchero. Lo miré con el ceño fruncido, de seguro estaba borracho.

- Espérame ahí - el sonrío victorioso y lo miré rodando los ojos.

Cerré mi ventana y fui hacia mi puerta, asomé mi cabeza para poder escuchar si mi padre estaba abajo, como no escuche nada, salí sigilosamente sin hacer ruido y cerré mi puerta, baje las escaleras y fui a la puerta trasera para salir por ahí, salí y me dirijo hacia donde estaba Rayco  y ahí lo encontré mirando la pared como si fuera lo más extravagante.

- ¡Hey! - lo llamé y este se dio vuelta confundido pero luego sonrío. Si estaba borracho.

- Tizi, bajaste - sonrío feliz- pensé que no lo harías - me acerco a él y le cubro la boca ya que habla muy fuerte y no quiero que mi padre se despierte o se dé cuenta.

- No hables tan fuerte - susurre y el asintió con mi mano puesta en su boca, alejé mi mano de su boca.

- ¿Porque cambiaste de look? - preguntó en cuento le saque mi mano de su boca.

- ¿Cuanto tomaste? - ignore su pregunta.

- No lo sé - río - creo que 10 botellas o más - asintió y yo lo miré pensativa.

- ¿Como llegaste aquí? - volví a preguntar.

- Un amigo me trajo - sé encogió de hombros.

- ¿Y donde esta ese amigo? - pregunté de nuevo.

- Se fue - lo miré con el ceño fruncido- yo le dije que me dejará aquí y que tú me cuidarías.

- ¿Porque carajos dijiste eso? Ni siquiera nos conocemos- dije molesta.

- Las Princesas  no dicen malas palabras- sonrío mirándome.

- Pues no me importa  - digo mirándolo aún molesta.

- Perdona ¿sí? Solo quería hacer una pasada por aquí pero como veo que te molestó ahora ya me voy - se dio vuelta y empieza a caminar hacia la calle. Me quedo pensando en si dejarlo ir así, pero no puedo, así que voy tras él y lo detengo.

- No puedes irte así - digo deteniéndolo poniéndome enfrente suyo con mis manos en su pecho.

- ¿Eso no era lo que querías? - me miró - apártate - no me moví.

- No puedo dejarte ir en ese estado - lo miré, lo jale del brazo y lo metí a mi casa, en silencio subimos a mí habitación, con éxito llegamos, lo senté en mi cama - procura no hacer ruido - digo bajito y el asiente - hueles a demasiado alcohol es mejor que te duches - el río bajito mientras yo lo metía a mi baño.

- ¿Tú me bañaras? - preguntó con una sonrisa juguetona, blanqueo mis ojos y lo miró.

- No, no eres un niño - digo mientras abro la regadera y en tibio el agua en la bañera para que se relaje y no tenga frío.

- ¿Te puedo pedir algo?- preguntó y yo asentí insegura. - te puedes quedar conmigo mientras me ducho - dice con un puchero que realmente es tierno y sexy a la vez.

- ¿Por qué? ¿Acaso tienes miedo? - pregunté sonriendo nerviosa.

- No, sólo quiero que te quedes conmigo - oh, mi cara debe ser color rojo puta ya que me he sonrojado. El me mira esperando una respuesta.

- Em... yo.. - lo miró y el me mira atentó con ojos suplicantes, en este momento se parece a el gato con botas mirándome con sus ojitos negros que tanto amo, ¿dije amo? Si pero los ojos del gato - Bue..bueno - digo resignándome, veo como se trata de quitar su remera pero no puede. - Eres peor que un niño de 4 años, déjame ayudarte - el se quejo y se quedó quieto mientras yo le ayudaba a sacarse la camiseta.

Muy mala idea, ya que tenía un cuerpo de infarto.

- También puedes sacarme lo que resta muñeca - dice pícaro, blanqueo los ojos.

- Solo ya métete - el ríe y se desabrocha su vaquero, me doy vuelta para darle más o menos un poco de privacidad.

Escuché como se metía a la bañera.

- ¿Ya? - pregunté.

- Si - me gire y él ya estaba ahí adentro con ojos cerrados. Debo admitir que está muy bien el condenado.

- ¿Porque viniste aquí? - pregunté en un susurro.

- Realmente no lo sé. - dice del mismo modo.

- Eres raro - digo bajito y el abre los ojos mirándome.

- ¿Por qué? - preguntó aún con sus ojos puestos en mí.

- Por todo - el me miró juntando sus cejas.

- ¿Cómo es eso? Tiene que haber un ¿Por qué?.

- Eres frío con las personas, no hablas con nadie sólo con tu amigo - digo apartando la mirada.

- Soy así desde siempre - dice volviendo a cerrar los ojos.

- ¿Por qué? - pregunté murmurando, pensé que no me había escuchado pero me equivoque.

- Por cosas que no te importan - eso era todo, ahí término nuestra conversación.

Me levante y fui hacia la puerta cuando el me detuvo.

- ¿A dónde vas? - preguntó

- A traerte ropa o ¿acaso piensas usar la misma? - asintió y salí del baño.

Fui a mi armario y busqué un bóxer que iba a regalar a mi papá pero nunca lo hice así que lo guarde y ahora me sirve y unos pantalones de chándal negros y una camisa que siempre uso para dormir de mi papá que ya no usa.

Cuando tuve todo lo vi salir del baño con una toalla enrollada a su cintura.

- Aquí tienes - le pasé la ropa y el me miró confundido - lo tenía hace mucho el pantalón y el bóxer son nuevos no te preocupes - me miró por última vez y entro de nuevo al baño.

Cuando salió lo mire de píes a cabeza ya que la ropa le quedaba bien.

- Bueno, - lo miré - es hora de dormir ya son casi las tres a.m, - me moví hacia mi lado de mi cama que quedaba hacia la ventana y me acomodé. - tú duerme de ese lado -lo miré, el asintió acercándose y acostándose a mi lado.

- Gracias - dijo y no oí nada más ya que caí en un profundo sueño.

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Voten y gracias por leer.

Ceciori07 ❤