Amame. (En Pausa)

Capítulo 20

RAYCO

Llegué al gimnasio con Faruk , directamente fui adentro y verifique el sitio con la mirada y no encontré lo que estaba buscando.

- Ya se fue - apareció Faruk a lado mio - mañana ven más temprano.

- No me interesa si volverá o no, solo estaba buscando una bolsa disponible - me alejo de él pero igual me sigue.

- Desde aquí veo uno, pero haré como que te creo - ríe y yo solo sigo ignorándolo.

Dejo mis cosas en mi casillero que esta en los bañadores, me saco la remera y me pongo los guantes, preparado para dar unos buenos golpes al saco de boxeo, para desquitar una gran cantidad de furia dentro mío. Faruk se fue a dejar sus cosas en su casillero, mientras yo me dirigía hacia mi saco, que se encontraba apartado de todos los demás en una esquina con gran espacio para moverme.

Al llegar, me acerqué y posicione frente al saco con las manos a la altura del pecho, dando el primer golpe con brusquedad moviéndome con agilidad y destreza. Pensado en todos estos años que he estado pasándola muy mal por culpa de mis padres; aquellos que hicieron de mi un ser despreciable.

Los odió y deseó con ansias algún día decirle a mí madre que la odió al igual que a mí padre.

Sigo dando golpes hasta que Faruk me interrumpe.

- Rayco - paro mis golpes y lo miró sobre mi hombro - es hora de irnos.

- Vete tú, yo iré más tarde - le informó volviendo a dar golpes.

- Bien, nos vemos - se despide y paró para mirar a mí alrededor, ya que siempre Faruk y yo somos los últimos en salir.

Veo el gimnasio vacío y sigo con lo que estaba haciendo.

- Muchacho - esa era la voz de Jorge, doy vuelta mirándolo posando mi brazo por mi frente sacando el sudor. - Ya es tarde.

- Lo sé, ahora voy por mis cosas - digo pasando por su lado para ir por mis cosas, pero él me sujeta del brazo.

- Sé que dentro tuyo hay mucho rencor,- dice mirándome tranquilo - pero sabes que eso no es bueno, trata de olvidar tu pasado - dice como si fuera lo más fácil de hacer.

- Lo dices como si fuera fácil - apartó mi brazo de él - no digas cosas como esas, cuando en realidad no sabes por lo que pasé - digo caminando de nuevo hacia mi casillero.

- Tal vez no sepa por lo que haz pasado, - dice una vez más haciendo que pare - pero yo sufrí aún más que tú, y te lo digo. El odió no es una solución y no cambiará nada.

- Te olvidas de algo - digo dándome la vuelta para verlo - no somos iguales.

- No digo que lo seamos - dice.

- Pero crees que porque tú haz superado esa etapa mala de tu vida yo también lo haré - digo - y déjame decirte algo viejo amigo, tus padres no han sido una mierda contigo, en cambio los míos han sido más que eso.

Salí dejándolo sólo en el gimnasio yéndome a recoger mis cosas y salir lo más rápido posible.

TIZI

Desperté fui al baño, me preparé y vestí para irme al instituto. Ordene mi mochila con lo que usaría hoy y baje.

La cocina estaba vacía así que me prepare cereal con leche y lo tomé. Éste clima estaba bien, relajante ya que aún era super temprano 6:30 para ser exactos, ayer me acosté temprano ya que estaba exhausta y hoy estoy energética y con mucha ganas de ir a practicar de nuevo.

Luego de unos minutos de andar caminando. Llegué al instituto y todas las miradas se posaron en mí, o eso creí, en cuando oí un motor potente tras mío, mire sobre mi hombro y vi que era Dominic, rápidamente desvíe mi mirada al darme cuenta que era él y seguí mi camino hacia la entrada. Fui a dejar un libro en mi casillero y vi mi horario: Literatura 1hr, historia 2hr, ed.fisica 3hr y 4hr.

Cerré mi casillero al leer educación física, sonó la campana y fui a mi primera clase. Al entrar me voy y siento en los asientos del medio. Pero pensadolo bien me mudo un poco más hacia atrás, recosté mis brazos en cima de la mesa y apoyé mi cabeza cubriéndola con mis brazos pera poder estar unos minutos descansando hasta que vengan todos. En cuanto escuchó la puerta abrirse y cerrarse, no me muevo y sigo en la misma posición hasta que siento que alguien se sienta a lado mío.

- ¿Es cierto que vas al gimnasio de Jorge? - pregunta una voz ronca,gruesa y familiar.

Levantó la cabeza y lo miró.

- ¿Cómo lo sabes? - pregunto.

- Responde - dice ignorando mi pregunta.

- No lo haré si tú no lo haces - contra atacó, orgullosa de mi falta de miedo.

- Alguien me lo dijo - dice - ahora dímelo.

- Si, es cierto - sonreí alegre.

- ¿Para que especialmente? - preguntó.

- Quiero saber defenderme - digo tímida y avergonzada, desviando la mirada hacia la pizarra - ya no quiero salir sola y con miedo de que alguien quiera lastimarme - bajo la cabeza.

- No lo permitiría - dice murmurando, pero igual lo oí.

- ¿Qué? - pregunté haciéndome la des entendida.

- No lo permitiría - dice ahora más fuerte, algo me recorre la cara y bajo la cabeza tímida.

- ¿Cómo? No podrías estar en todos los lugares al que voy, tú también tienes cosas que hacer - digo - es imposible.

Rió y lo miró.

- Dime tú hora de salida y ahí estaré - responde como si hablará en serio.

- No estás hablando en serio ¿o si? - pregunté.

- Estoy hablando bastante en serio - dice serio.

- De todos modos tengo que practicar por si las dudas - digo cambiando de tema.

- Claro, yo seré tú profesor - dice ahora con una sonrisa.

En eso suena la campana, todos entran y se sientan en sus lugares, miro a Rayco y él sólo me ve divertido.

Algo se retuerce dentro mío dándome una sensación agradable, haciendo que me mueva en mi lugar por la sensación. Pasa la hora de literatura y nos levantamos para irnos a nuestras siguientes clases, salgo y Rayco a lado mío.

- ¿Qué te toca ahora? - pregunta.

- Historia - digo.

- También - sonríe, y creo que voy a desmayar, su sonrisa es tan perfecta.

Desvíe mi mirada antes de que se de cuenta y caminamos en silencio hasta nuestra clase.

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Hola!

Perdón si hay alguno que otro horror ortográfico, lo corregiré cuando pueda.

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Besos.