Capitulo 18

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Llegamos a la heladería y bajamos, caminamos juntos hacia el puesto para pedir nuestro helado en silencio. Miro a mi alrededor, veo a parejas, familias y niños jugando; sonrío por inercia.

- ¿Porque sonríes? - pregunta.

- Eh ¿qué? - digo.

- Porque sonreías - vuelve a decir.

- Em.. por nada - miro a los niños- solo que aquí es un lugar muy especial para los niños - sonrío y lo miro. - Es lindo ver eso.

Él me mira, sonríe y asiente.

- Si - dice.

Llegamos a la fila y esperamos. Sigo viendo el lugar y veo que llegan Estefi y Faruk; Estefi me ve y sonríe al igual que yo. Llegan junto a nosotros y pedimos nuestros helados.

Yo pido dé granizado, Estefi de mburukuja, Faruk de banana y Rayco no pide nada.

- ¿No pedirás nada? - le pregunto.

- No me gusta el helado - dice, yo asiento y saco mi billetera para pagar por mi helado, pero el me detiene. - Yo lo hago.

- No, yo lo pagaré - digo y le pago al heladero antes de que Dominic me quitara.

Me doy la vuelta con una sonrisa y voy hacia la mesa en que Faruk y Estefi están sentados. Me siento a lado de Estefi y Rayco a lado de Faruk enfrente mío.

- Y cuéntenos algo de ustedes chicas - comienza la conversación Faruk.

- No tengo nada que decir - digo y bajo la cabeza.

- Tampoco yo - dice Estefi.

- ¿Que hacen después de clases? - preguntó Faruk.

- Duermo o leo un libro- digo.

- Lo mismo - Estefi concuerda conmigo.

- Odio salir de fiestas porque no son mi estiló - digo de nuevo.

- A mí tampoco me gustan, aunque sea divertido para otras personas. - agrega Estefi.

- ¿Y entonces que hacían en el almacén? - dice esta vez Rayco mirándome.

- Mi prima me obligo a ir chantajeándome y no quería ir sola a si que invite a Tizi para que vaya conmigo. - dice Estefi.

- Sin decirme dónde era o de que se trataba - digo mirándola con reproche.

- Si te decía de que trataba no hubieras ido - bajo la cabeza avergonzada.

- Ya paso, no te preocupes. - digo.

Después de eso los chicos comenzaron a hablar de cosas de hombres, mientras yo y Estefi comíamos nuestros helado en silencio escuchando. Miro mi reloj y me sorprendo al ver la hora; me levanto de un salto llamando la atención de los chicos.

- Me tengo que ir, nos vemos mañana adiós - digo y salgo rápido hacia la salida pero una mano me detiene por el brazo haciendo que me detenga.

- Te llevo - era Rayco, solté un gran suspiro de alivio.

- No, puedo caminar sola - le digo y me suelto de su agarre - pero gracias por ofrecerte. - me doy vuelta para caminar de nuevo, pero su mano me detiene otra vez.

- No seas terca y deja que te lleve, además pareces apurada - tiene razón, lo estoy y mucho, si mi papá se entera de que hora es y no estoy en la casa me mata y es literal.

- Bien - digo y nos apresuramos a subir a su vehículo. El camino es silencio y es incómodo, estamos a una cuadra de mi casa.

- Hasta aquí está bien - él para y lo miro - gracias - digo, pero antes de salir le doy un beso rápido en la mejilla y salgo a toda prisa sin mirar atrás.

Llegando a mi casa paro a medio camino, mirando mi casa con nerviosismo, vuelvo a mirar mi reloj y rápidamente camino de nuevo aún más rápido; llego a la puerta y la abro despacio, pero se que él ya se ha dado cuenta de mi tardía, lo sé y estoy tan segura de ello que aún no estoy preparada para lo que me sucederá.

Entro con sigilo para que no se de cuenta que he llegado y subo las escaleras con cuidado; al llegar a mi pieza cierro la puerta con llave y me deslizo sobre ella hasta el piso aliviada de no haber sido descubierta.

Voy hacia mi ropero(armario) a ver que ropa ponerme para ir a comenzar mi clase de defensa propia; escojo una remera deportiva color amarillo y un short rosado y me cambio. Aún no he notado movimiento por parte de mi papá, con suerte de seguro no esta en casa. Salgo y bajo entrando a la cocina para prepararme una botella de agua, salgo de casa a las 15:30 y voy hacia el gimnasio.

Estoy ansiosa y nerviosa al mismo tiempo, camino a paso no apresurado pensando cómo siempre en cosas de mi vida. Pensé que mi papá estaría en casa y que me pegaría hasta el cansancio por haber llegado tarde a casa ya que él sabe mi hora de salida del instituto, por otra parte agradezco a Dios de que no estuviera ahí; dobló la esquina y camino por un callejón.

No me da miedo caminar a esta hora por estos lares, pero si, si es de noche ya que por aquí es muy peligroso y para evitar cualquier cosa no traje nada de que me puedan quitar si me asaltan y espero que no suceda. Al doblar otra esquina veo el gimnasio y apresuro el paso; llego a la entrada y saludo a Jorge quien me mira con una sonrisa.

- Hola - digo tímida.

- ¿Qué tal, princesa? - me saluda - ¿lista para entrenar?

- Bien y si, estoy lista - le digo con entusiasmo y él ríe con gracia.

- Vete a preparar en la parte de atrás donde esta la puerta de hierro, ahí habrá muchos hombres y que no te sorprenda que te digan cualquier barbaridad, aveces son un poco anímales - ríe - pero no bestias.

Voy hacia donde me indico y abro la puerta, en donde se encuentra el vestuario y muchos hombres. Ellos me ven como si fuera una hamburguesa y ellos tienen hambre; bajo la cabeza avergonzada sintiendo sus miradas y escuchando sus piropos. Me sonrojo al oír algo un poco pervertido, más bien pervertido nivel Dios.

Llego a lo que seria mi casillero, pongo mi bolsón dentro y lo cierro, siguen los piropos pervertidos y mas cosas, pero las ignoro y sigo mi camino con la cabeza agachada; llego al gimnasio principal en donde hay un ring enorme y a los costados se encuentran sacos de boxeo. Me siento en una banca esperando a Jorge mientras observo a los chicos golpear los sacos y pelar en el ring.

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Un capítulo más, perdón si hay horrores ortográficos.

Gracias por leer.
No les pediré que voten porque de todas formas no lo harán todos modos gracias por leer 😅

Amame. (En Pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora