Varados.

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Pov Wólfram

Era temprano en la mañana, aun no amanecía por completo pero el día ya comenzaba a aclarar. Procure moverme con cuidado, pasando sobre Yuuri para salir de la cama. Termine fuera de la cama con un tropiezo. Mire en dirección a Yuuri, se removió un poco pero siguió
durmiendo. Suspire de alivio. Me moví con rapidez, pero al tratar de moverme en silencio, parecía que todos mis movimientos eran en cámara lenta.

Antes de salir de la habitación me cerciore de que Yuuri siguiera dormido, me volví hacia la cama; allí estaba, despatarrado aprovechando el espacio extra que su inconsciente noto, con la boca ligeramente entre abierta y babeando un poco. Se veía tan… vulnerable. Sonreí con tristeza, ese debería ser el Yuuri de siempre, no el dormido claro, ese chico inocente.

-Adiós debilucho-susurre.

Cerré la puerta con cuidado. Aunque dudaba que él lo notara, conocía mejor que nadie cuan pesado es su sueño, y que suele dormir hasta tarde. Para cuando despertara, esperaba estar muy lejos.

Camine por el corredor alfombrado de la casa de Bob, pasando mis manos por mi cabello rubio, frotando mis antebrazos, y respirando hondo unas cuantas veces. “tranquilízate Wólfram” me reprendí “no es la gran cosa”. Pero si lo era, la última vez que había huido de Yuuri, Adalbert estaba conmigo. Cuanto necesitaba su presencia ahora.

Shori ya estaba junto al lago. Por suerte, esta vez estaba completamente vestido.

-Hey-salude.

-ya estás aquí. ¿Yuuri…?-dejo la pregunta abierta.

-sigue dormido-respondí con un mohín.

-te dije que lo intentaría, no puedo asegurarte que funcione.

-no importa, confió en ti-dije sonriendo.

Giro la cabeza de una manera brusca para mirarme, se mordió un labio y volvió a desviar la mirada.- quizá no deberías.

-eres la única esperanza que tengo-apremie, solo por si se estaba arrepintiendo- si no llegas a hacerlo está bien, huiré.

Volvió a mirarme, esta vez frunciendo el ceño.

-¿tanto quieres escapar?

-si-afirme.

Shori cerró los ojos. Poco a poco su respiración se volvió dificultosa y su frente se empapo de sudor. Aun no estaba preparado para crear un portal a mi mundo.

Comencé a sentirme culpable. Justo cuando iba a abrir la boca para decirle que se detuviera, que no importaba, y que agradecía todo su esfuerzo, el agua del lago comenzó a titilar.

Me acerque al lago vacilante ¿debería lanzarme dentro?, un pequeño remolino comenzó a formarse. Antes de que pudiera saltar al agua, algo dentro de ella llamo mi atención.

-Shori!-llame-para!

Shori abrió los ojos y el remolino se detuvo. Miro hacia el lago también, y salto. Sujeto firmemente a la figura pelirroja que había emergido boqueando y la arrastro hasta el muelle.

-yo…-carraspee- Yozak ¿Qué estas…? ¿Cómo llegaste aquí?

La última vez que lo había visto estaba tirada en el suelo, luego de que Conrad lo noqueara, el día de mi secuestro. Por lo que Yuuri había dicho, se suponía que se lo llevarían de regreso a Shin Makoku, donde seria prisionero, y también se suponía que lo harían culpable ante Adalbert de m desaparición. Y ahora estaba aquí.

-wólfram- dijo con la voz ahogada.

No importaba, todas las respuestas podían esperar. Corrí hacia él y lo abrase.

Demonio de fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora