Aceptación

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Segunda parte! disfrutadla.

Pov Wólfram

-estás seguro de que le agrade? – pregunte otra vez.

Llevaba repitiendo eso todo el viaje hasta el castillo, y cada vez que lo hacia Adalbert solo sonreía. Ahora al fin habíamos llegado y estábamos avanzando por los jardines. La palabra para describir el lugar era; verde. Todo era verde por aquí, los arboles, el césped, los arbustos que rodeaban el lugar y también el color del castillo era medio verdusco. El castillo era más grande que el de mi familia pero más pequeño que el de mi hermano Gwendal o el de Shin Makoku. Aunque resultaba más agradable.

Una criada paso corriendo se detuvo a trompicones ante nosotros hizo una agitada reverencia, murmuro algo ininteligible con la cara como un tomate y salió corriendo otra vez en un revoloteo de faldas.

-que dijo? –pregunte

-que mi padre está en el salón esperándonos.

Me sacudí el traje y acomode mi blusa. El hombre me ponía nervioso. Ni siquiera había logrado verle bien pues me había mareado un poco entre tanto abrazo, besos y gritos.

-pero ¿estás seguro de que le agrade?-volví a preguntar, remarcando un poco la palabra seguro, por si el idiota no me había entendido.

-relájate cariño –dijo Adalbert tomando mi mano.

"¿acaba de llamarme cariño?"

En algún lugar del castillo se escuchaban gritos, risas y el ruido de los trastos de cocina.

-¿es siempre así por aquí? –pregunte sobrecogido.

Adalbert se encogió de hombros – la mayoría del tiempo si, aunque esta mas agitado de lo usual.

-¿también tendremos explosiones aquí?

Mi prometido me miro con una sonrisa – no tenemos ningún científico loco si es lo que te preocupa.

Sonreí también.

Adalbert me había conducido por un corredor ligeramente largo. En el lado derecho se podían ver algunos cuadros y emblemas y por el lado izquierdo grandes ventanales que daban hacia los verdes jardines.

Me entretuve admirando un cuadro en particular. Pero Adalbert tiro suavemente de mí, pero con toda su fuerza.

-ya tendrás tiempo para verlos luego.

Al final del pasillo las enormes puertas dobles se desplegaron. No para nosotros al parecer pues salió un tropel de criadas y pajes en todas direcciones.

Adalbert reacciono rápido pegando contra él y apoyándonos en un muro.

Cuando se hubo dispersado el gentío lo mire asombrado.

-papá está un poco emocionado – explico- seguramente ya está planeando presentarte a todo el mundo.

Como para reafirmar sus palabras, se escucho la voz de Lord Von Grantz desde el salón.

-apresuraos chicos, tengo una cena que planificar.

- tranquilízate un poco papá –dijo Adalbert

-tranquilizarme? –pregunto su padre frunciéndole el ceño y mirándole de mala forma, cuando hacia eso el hombre parecía temible, pero enseguida devolvió una mirada cariñosa a su hijo- mi muchacho trae un chico a casa, se va a casar, sentara cabeza y se quedara en casa – observe con asombro que el hombre está claramente emocionado- vamos a celebrar muchacho!

Demonio de fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora