EPÍLOGO.

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10 años después.

El olor a café al entrar en Starbucks entro por mis fosas nasales y me hizo sentir una vez más en casa. Me acerqué al mostrador con las manos metidas en los bolsillos de mi abrigo color burdeos y con una sonrisa en la cara.

-¿Lo mismo de siempre Sara?- me dijo la camarera.

- Si, ya sabes que siempre llego tarde al trabajo...-le conteste riendo.

-Y como siempre, ya tenemos tu café preparado.- Me dice también dándome una sonrisa.

-Oh, como te quiero, gracias. ¡Hasta mañana!- Voceé desde la calle ya que tenía que correr para llegar al laboratorio.

Cogí el metro como hacía todos los días desde hacía casi 10 años y me dirigí hasta mi puesto de trabajo.

En tal que entre por la puerta del edificio pude sentir el olor a productos químicos, innovación, progreso, y sobre todo un método de ayuda para las personas.

-Buenos días señorita Keller- me dijo el guardia de seguridad.

- Ya te he dicho que después de 4 años trabajando aquí, puedes llamarme Sara o Grace- le explico por millonésima vez con una sonrisa en mi rostro.

Continúo andando, y cuelgo mi abrigo en el perchero para ponerme mi bata blanca y comenzar a trabajar hasta la hora de comer.

-Señorita Ke... Digo Sara Grace, su marido llamó justo antes de que usted llegara para que le dijéramos que su comida de hoy debe cancelarse ya que está muy ocupado con un nuevo caso que ha entrado a la comisaría- me explica el fornido guardia.

-Oh...no pasa nada, si vuelve a llamar pásamelo de inmediato, ¿está bien?- sueno un poco decepcionada pero no debería. Vincent ha trabajado muy duro para llegar a ser inspector de policía aquí en Londres. Las cosas no fueron fáciles cuando llegamos aquí después del horror que vivimos, y aun así hemos conseguido pasar página y seguir con nuestras vidas de la mejor manera posible.

Pero estoy triste ya que hoy es nuestro aniversario...Hoy hace 10 años que Vincent y yo nos conocimos en aquel callejón y me salvó por primera vez. Aunque no pasa nada, ya lo veré por la noche y lo llenaré de besos como siempre hago.

El resto de la mañana pasa rápido. Me paso el tiempo probando nuevos sueros, pastillas, químicos... todo para ayudar a las personas con cáncer. Siempre quise hacer algo como esto, algo para ayudar a las personas, y después del infierno que viví, nunca pude tenerlo más claro.

Entonces de repente comienzo a sentirme mal. Con nauseas, mareada y con dolor de cabeza. Lleva pasándome unas dos o tres semanas, y supuse que era por cansancio, pero esto ya empieza a preocuparme. Entonces me entra una angustia increíble y me voy corriendo al baño. Vomito todo lo que hay en mi sistema, que es básicamente un café. No me he estado alimentando muy bien, ya que Vincent y yo andamos muy atareados con el trabajo y no tenemos tiempo para casi nada. Las arcadas vuelven de nuevo pero consigo no vomitar.

En cuanto salgo del baño miro la hora y veo que son las 12.30, así que decido dejar mi bata y salir una hora antes del trabajo. En la puerta del laboratorio me dirijo al guardia.

-No me encuentro muy bien así que saldré una hora antes. Si mi marido llama ¿puedes decirle que me he ido a casa o que me llame?- le digo mientras me sostengo la frente.

-Mmm, Sara Grace, no puede irse- dice inseguro.

-¿Y eso por qué?- le pregunto curiosa.

-Es que no puedo decírselo... Se suponía que debía ser una sorpresa...

BEAUTY AND THE BEAST 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora