Noruega. ✔️

cuarenta y tres.

- ¿Te das cuenta de lo maravilloso que será esto? - Me tomó suavemente por los hombros. - Una casa juntos.
Le sonreí y tomé la última caja que quedaba dentro del apartamento, para sacarla y llevarla al auto.
Un mes después del fallecimiento de mi mamá, mi novio y yo compramos una casa con nuestras ganancias. Seguíamos trabajando en el mismo lugar, y nos facilitaba mucho las cosas.
Mientras íbamos en camino a la nueva casa, con "Just the way you are" de Bruno Mars sonando en la radio, me quedé mirando mi mano entrelazada con la de Billy.
Él, concentrado, observaba la carretera. Llevaba una camiseta azul de botones, y aquellas gafas que tanto me encantaban.
Siempre, antes de salir, se paraba frente a mí para preguntarme si me gustaba lo que llevaba puesto. Y si no era así, iba directo a cambiarse.
Era demasiado dulce. A mí gustaba hacerle mimos y ser cariñosa con él, pero a veces era bastante dura con mis palabras.
Mi teléfono sonó con una notificación de mensaje. Lo abrí, y vi que era de Rubén.
"¡Heeeeey! :D ¿Cómo va la mudanza?".
Sonreí levemente y le respondí algo rápido.
"Estamos en camino ya."
Con Rubén habíamos estado hablando muchísimo, pero Billy no estaba enterado. Siempre que me preguntaba con quién estaba hablando, le decía que con una amiga de España. Bueno, en parte no era mentira...

Aquella noche hicimos una pequeña cena con Shelby, Andrew, Dyre y Bere.
¿Recuerdan que Dyre dejó nuestra relación falsa por una chica en la que estaba interesado? Ella se mudó. Y poco después, Dyre se puso de novio con Bere.
Así que básicamente estaba cada quien con su pareja.

Estábamos todos sentados en el suelo, hablando.
- No lo sé, yo sinceramente opino que esa chica no vale la pena. - Decía Dyre, refiriéndose a una tipa que había estado coqueteándole a Andrew. - Dicen que es muy fácil.
- Lo es, cariño. - Me burlé, y le di un sorbo a mi limonada.
Billy acarició mi cintura.
- Deberíamos hablar de cosas más positivas. - Dijo él.
Todos concordamos con su idea, pero nadie sabía de qué hablar. Estábamos callados, sin saber qué tema podíamos discutir.
- No hay nada interesante para hablar. - Dijo Shelby.
Bere asintió la cabeza y suspiró.
- ¿Has hablado con Celia? - Me preguntó.
Aquella era una clave entre nosotras y Shelby. Cuando decía que si había hablado con Celia, se refería a Rubén.
Era simplemente porque no quería hacer que Billy se pusiera celoso.
De todas maneras, Rubén tenía a su novia.
- Uh, sí. Esta mañana hablamos. Bueno, fue algo breve...
- ¿Te contó que va a tener una hermana?
- Wow... no. ¿De veras?
Noté como Billy, Andrew y Dyre se levantaron y fueron a la cocina.
- Sí. - Confirmó Shelby. - Vimos a su mamá y al padrino hace unos días, y nos lo contaron.
- Oh wow. ¿Entonces están juntos de nuevo?
Bere asintió.
- Pero tal vez Rubén aún no sepa que va a tener una hermana.
- Sí, eso puede ser. - La apoyó Shelby.
Me encogí de hombros.
- Pues supongo que en algún momento me lo dirá. Digo, da igual si no lo hace, pero siento que cada vez vamos mejor con nuestra amistad, ¿saben? La vamos reconstruyendo.
- Genial. - Bere me sonrió.
Estaba bastante feliz con ello. Rubén era una persona muy especial para mí, y poder restaurar mi amistad con él fue una de las mejores cosas que me pasaron.

Después de un rato nos pusimos a ver películas, y cuando los chicos se fueron, Billy y yo nos dispusimos a dormir.
Me acosté en la cama, y sentí cómo él se puso a mi lado después de colocarse la pijama. Me abrazó por la cintura y besó mi cabeza con ternura.
- ¿Sabes lo feliz que me haces?
Sonreí tontamente al escuchar sus palabras.
- Tú también me haces muy feliz.
- Yo... Le veo futuro a lo nuestro, ¿sabes? - Comenzó. - Me imagino una vida contigo. Una vida en la que estemos casados, tengamos hijos... - Bostezó. - No lo sé...
No podía quitarme aquella sonrisa del rostro.
- Yo también le veo futuro a lo nuestro.
Una parte muy escondida de mí aún sentía algo por Rubén. Y era horrible. No podía entregarme completamente a Billy porque estaba dividida. Mientras que Rubén seguramente me habría superado. No sé, se le veía muy feliz con Celia y se notaba que lo único que quería era tener mi amistad de vuelta.

Noté que Billy se había quedado dormido.
No podía dejar de pensar en lo mucho que mi vida había cambiado gracias a su presencia. Él ahora era una parte esencial de mí.

Me tomó por la barbilla, alzó mi vista y me mostró una sonrisa tierna. Tras ello tocó mi nariz, haciéndome reír.
- ¿Sabes lo malditamente especial que eres para mí, Borchgrevink?
Esa voz.
Toqué su cabello y rocé mi nariz con la suya.
- ¿Tan especial como tú eres para mí, Doblas?
- Tal vez más. - Respondió, con una sonrisa.
Acaricié su nuca.
- Te amo. - Susurré.
- ¿Estás segura?
Su mirada verde me dejó hipnotizada. Tenía los ojos bien abiertos, esperando una respuesta de mi parte, mientras mordía su labio.
- Estoy segurísima.
Me acerqué a él para besar sus labios. Extrañaba aquella sensación, maldita sea.
El roce de su boca con la mía dejó que mi cordura se esfumara.
Entre más lo besaba, más quería de él.
Rubén me embriagaba. Su amor era adictivo y pasional...
Me separé con lentitud, sin realmente querer hacerlo. Abrí los ojos.
Pero la persona que me encontré no era Rubén.
Era Billy.
Tenía una sonrisa satisfecha.
- Por favor no me dejes.

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¡Este es el último capítulo del año!
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