veintiuno.

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M A R A T Ó N 1/3.

Vota vota vota vota vota.

Me desahogué escribiendo. Rubén había salido del hotel a buscar algo para desayunar, y yo me quedé, con la excusa de que aún sufría de jetlag.

"Tengo lo que quería.

Poco a poco me he dado cuenta de que dejé de ver a Rubén como amigo hace mucho. Fue en la última noche de 2006, cuando estábamos sentados, esperando para hacer la cuenta regresiva, y él me dijo que quería besarme. Mi corazón ya latía fuertemente por él.
Antes creía que era absurdo enamorarse. Pero poco a poco, con Rubén, me he dado cuenta de que es algo muy hermoso. Algo que les recomendaría a todos los seres humanos. Sus pequeños detalles me fascinan, él es mi mundo.
Me fascina cuando se ríe histéricamente de mis chistes sin gracia, la forma en que se le arruga la piel alrededor de sus ojos. La manera en que toca su estómago mientras echa la cabeza hacia atrás, con la boca abierta, soltando carcajadas estruendosas.
Amo los hoyuelos que se forman en sus mejillas cuando está sonriendo cerca de mí, con intenciones de besarme.
Amo sus labios. La forma en que acarician los míos tiernamente.
Amo su cabello. Me encanta acariciarlo mientras beso sus labios, me relaja. Él permite que enrede mis dedos en su pelo castaño, lo cual me fascina.
Pero ante todo, amo a Rubén.
No son sólo sus pequeñas cosas. Es él, él en sí. Me encanta cómo me trata, me encanta la forma en que me abraza, en que me besa, en que me habla.
Rubén me encanta.
Y tengo miedo. Miedo de decírselo a la cara. Miedo de que algo salga mal. Miedo a extrañarlo más de lo que debería cuando se vaya.
Sin embargo quisiera tener la solución para".

"Mierda", pensé cuando Rubén llegó.
Me quedé paralizada, con el papel en la mano, mientras lo veía poner la comida que recién había traído en la pequeña mesa.
Me miró, con la ceja alzada.
- ¿Qué tienes allí?
Suspiré, con los nervios de punta. Traté de controlar mi respiración, pero fue en vano. Rubén se acercó a mí, algo dudoso.
- Es para ti. - Murmuré.
Nunca estuvo en mis planes dárselo. Pero necesitaba ser sincera con él y no me creía capaz de decirle todo eso a la cara.
Extendí el papel hasta depositarlo en sus manos, y él comenzó a leerlo. No podía despegar mi vista de sus ojos. Quería captar su reacción al ir leyendo cada línea.
Al principio estaba con el ceño fruncido, mordiendo su labio inferior. Luego, su mirada se relajó y una pequeña sonrisa se escapó de su boca. Oh, aquellos hoyuelos. Su lengua acarició levemente su labio inferior, y tras unos segundos sonrió ampliamente.
Sin apartar la vista de la hoja, tomó mi mano, entrelazó mis dedos con los suyos para luego besar mi dedo pulgar. Sonreí.
- Tú también me amas. - Dijo, cuando por fin terminó de leer la hoja.
Asentí con una sonrisa tímida.
Tras ello, Rubén se acercó a mí, y me besó cortamente.
- Me alegra saber eso. ¿Desayunamos?
Vale, me esperaba todo menos eso. ¿Por qué? Bueno, básicamente porque me había costado bastante poder entregarle ese papel en el que estaban escritos mis sentimientos, y sentí que se lo había tomado muy a la ligera. Es decir, no quería que me pidiera ser su novia o algo por el estilo, pero, ¿un simple "me alegra saber eso"?
- Uh, claro. ¿Qué trajiste?
Él sacó de una bolsa una caja de donas y dos cafés.
Me entregó mi café, y tomó una dona, para luego sentarse encima de la mesa y empezar a comer.
- ¿Y bien?
- ¿Qué? - Preguntó, masticando su dona.
- Te dije que te amaba.
- Sí, lo sé. También lo hago.
Estaba bastante confundida. ¿Qué estaba buscando? Es decir, si nada iba a cambiar, ¿para qué me lo dijo en un principio?
- Vale. - Murmuré.
Rubén se acercó y besó mis labios cortamente.
- Te amo, ¿sí? No lo dudes.
Una sonrisa se me escapó.
- Vale. - Dije.
Comí mis donas, tras lo cual me fui a duchar.

- Creo que primero vamos a ir a el paseo de la fama. - Comentó Rubén cuando estábamos fuera del hotel.
Asentí levemente y lo tomé de la mano. Caminamos algunas cuadras hasta ver un taxi, y nos subimos.
Tomamos muchas fotos en el paseo de la fama. Disfruté de un rato muy especial con él, era tan tierno conmigo.

- ¿Sabías que desde que el proyecto del paseo de la fama se realizó se han robado cuatro estrellas? - Cuestionó Rubén.
- Wow, no, no lo sabia. ¿Qué hicieron al respecto?
- Pusieron más vigilancia. Hay cámaras de seguridad.
- Interesante.
- Lo sé. El padrino me lo contó. Recuerdo muy bien ese día, habíamos ido a jugar fútbol. Yo era muy malo. - Soltó una risita. - Le dije que eso no era lo mío. Él me tomó por los hombros, y me dijo: "Rubén, algún día encontrarás algo que te apasione". Le dije que me llamaba mucho la atención el cine, y dijo que debería visitar el paseo de la fama alguna vez. Y bueno, brevemente me contó lo que te dije hace un momento. Tres meses después fue cuando peleó con mi madre y se separaron. Comencé a extrañarlo bastante.
- ¿Y ya ha pasado?
- Sí, ya. Es decir, lo veré pronto, así que no me pone mal estar lejos de él ahora.
Sentí que la conversación estaba siendo profunda. Y sinceramente nunca había tenido esa sensación. Mis conversaciones con Rubén solían ser superficiales. Pero esta nueva etapa me gustó.

Al parecer comenzábamos a madurar.
Tenía algo de miedo.

Voten y comenten, así subo la parte dos. :)

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