Capítulo 10: Hola de nuevo.

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—No te detengas... —digo acercándome a él, lo cojo por el cuello y lo atraigo hacia mí, él abre los ojos—. No tienes por qué controlarte Noah, yo siento lo mismo por ti.

Le beso, pero este no es un beso cualquiera, es un beso lleno de excitación por parte de ambos; le intento quitar la camiseta, pero él me empuja bruscamente haciendo que casi cayera al suelo, me quedo desconcertada cuando hace eso.

—¡No vuelvas a hacer eso! Somos amigos, nada más, no lo olvides.

—¡Yo no quiero ser solo tu amiga Noah, y tú tampoco!

—¡Se muy bien lo que quiero Nicole, si te he deseado desde el día que llegaste a la aldea, y te he querido tener entre mis sabanas desde que te tiré el agua en tu blusa la primera noche, no sabes lo mucho que me tengo que controlar, y yo no quiero seguir así, bastante me cuesta ya como para que tú ahora me lo pongas más difícil!

—¡Pero porque no podemos ser más que amigos Noah, no lo entiendo!

—¡Porque no! No quiero volver a hablar de este tema, ¡entendido! —Se marcha furioso.

¡Este chico es imbécil o que le pasa! Si tanto me desea como él dice no entiendo porque no quiere que seamos más que amigos, ¡encima me empuja cuando le beso! Pues aquí se va a quedar más solo que la una porque yo no pienso quedarme aquí con él a solas, al final la que no se va a poder controlar voy a ser yo.

Pero algo hace que no piense en lo que me ha dicho Noah, una luz, fijo mi mirada en esa luz, comienza a moverse y la sigo, es una especie de luciérnaga. No sé porque, pero algo me dice que la siga, esa pequeña luz me lleva hasta unas rocas, empiezo a tocarlas para ver si hay algo por ahí, pero nada. Toco la última sin ya ningún tipo de esperanza, cuando me dirijo a marcharme se abre un pequeño túnel.

Sonrío de oreja a oreja triunfante.

—Ahí te quedas Noah, tú te lo has buscado, espero que disfrutes estando solo mucho tiempo —exclamo en tono bajo y entro en el túnel.

Prefiero arriesgarme antes que quedarme aquí sola con él, ojalá y este túnel me lleve a algún sitio seguro.

Llevo caminando como media hora por este túnel, menos mal que está alumbrado con antorchas. Después de estar andando otro buen rato al fin encuentro una salida, parece ser la salida de la cueva por el que entramos Noah y yo.

Cuando salgo no puedo creer lo que veo, vuelvo a estar en el bosque clandestino. Comienzo a correr y a correr hasta que choco con alguien y caigo al suelo.

—¡Nicole! —Sonrío feliz y llena de alegría cuando me doy cuenta de que se trata de Liam.

—¡Liam! —Me levanto del suelo y le doy un gran abrazo.

—Dios mío Nicole, pensábamos que los monstruos oscuros os habían matado, ¿dónde está Noah? —dice mirando hacia todos los lados.

—Noah no ha venido conmigo.

—¿A-a muerto?

—No, tampoco, es que...

—Dios, ¡si estás viva! —exclama un chico llamado Jacob, todos se empiezan a acercar corriendo.

—¡Nicole, que alegría que estés bien! —Will me da un gran abrazo—. ¿Y Noah? ¿Dónde está?

—Veréis... encontré una salida en el lugar donde estábamos, pero cuando me metí ya era demasiado tarde, no pude avisar a Noah porque él estaba durmiendo y tampoco sabía dónde me metía, vi un agujero y me metí, cuando intenté darme la vuelta ya era demasiado tarde.

—Pero... ¿Dónde habéis estado todo este tiempo, Nicole? Pensábamos que os habían matado los monstruos oscuros —pregunta Ming extrañado.

—Es que encontramos otra aldea desierta dentro de una cueva gigante. —Todos se miran asustados y sorprendidos—. No había nadie viviendo allí, había cabañas, ropa, comida... pero no había nadie viviendo.

Tú, mi enemigo, mi amor, mi vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora