Capítulo 4: Decepciones

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¡Dios mío me está besando! ¿Y ahora que hago yo? ¡Apartarlo por supuesto! Pero que se piensa este.

—¡Se puede saber qué haces imbécil! —Le doy una bofetada en toda la cara—. Para que aprendas, ¡no me vuelvas a poner una mano encima me has escuchado!

—No parecías estar muy disgustada cuando nos estábamos besando, es más, yo diría que hasta lo estabas disfrutando —responde Noah lleno de ira.

—¡Te odio! —digo alzando mucho la voz muy cabreada y a punto de darle otra bofetada.

Todos los chicos se empiezan a acercar poco a poco hacia nosotros, hemos montado un espectáculo con tanto grito.

—¿Nicole, que pasa? —dice Liam acercándose hacia mi corriendo.

—Que te lo explique el sujeto este, yo me voy a dormir, y que sepas que no pienso dormir más contigo, si hace falta dormiré debajo de un árbol. —Me marcho de ahí a paso firme y sin mirar atrás.

—¿Que ha pasado Noah?

—Lo dicho, las mujeres tienen muy mal genio —responde Noah tocándose la mejilla.

He cogido una manta que estaba dentro de una caja que he encontrado por ahí, ahora me dirijo al bosque seguro para pasar la noche. Cuando llego pongo la manta en el césped y me acuesto.

Hace mucho frio aquí, pero me da igual, prefiero congelarme antes que dormir con ese idiota.

Caigo rendida al cabo de poco tiempo, lo último que noto antes de dormir fue a alguien cogiéndome en brazos, será un sueño seguro.

A la mañana siguiente, despierto ¡en una cama! No en una cama cualquiera, ¡en la cama del neandertal número uno!

Pero que hago yo aquí, si me dormí en el bosque...

—¡Se puede saber que hago yo aquí Noah, despierta! —Le doy un golpe en el brazo para que se despertara.

—Chiss, gritando de buena mañana; joder, intrusa, eres única ¿lo sabías?

—¡¿Me puedes explicar que hago yo aquí?!

Él se incorpora de la cama y se toca el brazo en la parte donde le he golpeado para despertarlo.

—Ayer estabas congelada en el suelo, y no podía dejarte ahí toda la noche, así que decidí cogerte y traerte aquí, aunque creo que no ha sido muy buena idea.

Salgo de la cabaña sin decirle una palabra a Noah, menos mal que no estoy sola en este sitio, al menos tengo a Liam y Will.

—Hola chicos, buenos días, ¿qué tal estáis? —digo sonriente al encontrarme con Liam y Will sentados en un banco de madera.

—Fatal, me he tirado toda la noche malo del estómago, creo que tu comida no me ha sentado muy bien, Nicole.

—Vaya, cuanto lo siento, Liam... a lo mejor no ha sido la comida.

—Nicole, hemos estado todos malos esta noche con el estómago, nunca nos ha pasado eso, me temo que si ha sido tu comida. —responde Will, con los brazos apretando su estómago de dolor.

—Bueno entonces no hare más macarrones, pero se hacer más cosas.

Aparece Andrew, el jefe de cocinas, justo detrás de mí, con una expresión seria y cansada de no haber dormido ni descansado bien.

—Lo siento mucho Nicole, pero no podemos dejarte entrar en cocinas, lo sentimos de verdad, pero...

—¡Que! Y ahora que voy a hacer yo, si me encantaba estar con vosotros en cocina Andrew, no volverá a pasar lo juro. —Todos se miran entre sí.

Tú, mi enemigo, mi amor, mi vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora