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Ya habían pasado las dos semanas, así que nuestros padres ya se encontraban en casa. En eso no tuvimos ningún problema, ya que no nos echaron la bronca por habernos ido de la casa de nuestra tía. Creo que eso es debido a que en parte nos comprenden, porque ni ellos mismos la aguantan. Y si ellos lo entendían no sé porque nos mandaron a su casa, pero bueno lo hecho, hecho está, por lo que decidimos olvidarlo. Nos habían traído regalos del viaje, así que estábamos muy contentos, debido a que por lo menos no se olvidaran de nosotros.

La verdad, yo hubiera preferido ir al campamento, porque quieras o no, estar dos semanas sin poder hacer nada en casa porque tus padres te lo han prohibido y además estar con un hermano que sí, es muy bueno y todo lo que quieras, pero es insoportable muchas veces, llega un momento que no se aguanta más. Pero así es la vida. Por lo menos se puede soportar.

Los del instituto ya habían vuelto del campamento, por lo que al fin las clases ya iban a ser como siempre. Lo que no me esperaba es que todo fuera tan sencillo. Durante las dos semanas que tuvimos que asistir a clase, lo único que hicimos fue repasar, como si nos fuera la vida en ello. Pero eso que nos dijeron que solo era repaso. Pero descubrimos que en realidad estuvimos avanzando clase, debido a que en el campamento también lo estaban haciendo así. Gracias a Dios que no fui.

Una de las cosas que más gracia me hizo fueron mis amigos. Se pensaban que allí iban solo a disfrutar, y al darse cuenta de que también tenían que hacer tareas, empezaron a meterse con los profesores, como si eso fuese a solucionar todo eso.

- ¿Qué creéis que ibais a hacer? No ibais a hacer solo actividades - les pregunté hoy en el receso

- Pues no sé - me contestó John -pero por lo menos podríamos haber estado más tiempo sin hacer cosas de clase

- Jajajaja - me empecé a reír como loca - ¿de verdad creéis que iba a pasar eso estando a la atura del curso a la que estamos? Qué ilusos

- Y tú muy graciosa - comentó María - riéndote de nuestra desgracia

- Pues sí, pero yo he tenido que venir a clase durante estas dos semanas, y no sé que es peor, así que os aguantáis.

- Eso también es verdad - me apoyó Mark

Lamentablemente, el receso se terminó enseguida, pero antes de salir de la cafetería, no pude evitar dirigir la mirada hacia cierto grupo. Y sí, había conseguido entrar perfectamente, pese a que la mayoría de ellos no la querían en el grupo, entre ellos mi hermano. Y como no, la más popular, Taylor, tampoco la quería meter, más que nada para no cometer el riesgo de que la pudiera quitar el "liderazgo", y yo también tendría su temor. Porque Gwen es lo que más ansiaba. Solo espero que no lo consiga. Porque podría reírme en su cara.

- ¿En qué piensas? - me preguntó mi hermano al pasar al lado mío

- En Gwen

- No pienses más en ella, eligió lo que eligió, pero no la aguanta nadie. Ha entrado porque la ha dado la gana.

- ¿Pero no había algunos que la querían en el grupo?

- Sí, pero cambiaron de idea al ver cómo se comporta

- Pues qué bien. Espero que se quede sola

- Yo también, pero ahora vete a clase, ya es la hora

- Vale, a sus órdenes - le dije en broma, pero le hice caso, y menos mal

Solo me quedan dos horas de clase, y ya podré largarme a casa, por lo menos así no tendré tantas preocupaciones por unas horas. Todo parece tan sencillo, porque todo el mundo te dice que no hay que preocuparse, pero cuando les toca a ellos, no saben cómo sobrellevarlo. No es posible que después de tanto tiempo, no me diera cuenta de lo que pasaba con Gwen, me tuve que dar cuenta antes, aunque creo que lo intuía, pero no me atrevía a decírselo ni a echarla del grupo. Y no sé porque. Quizás por el hecho de que siempre habíamos estado juntas, pero nunca lo sabré. Solo espero que las dos horas de clase que me quedan por hoy, terminen enseguida.

Todo por un amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora