[03]. Alegrías

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Después de lo que parecía una eternidad, al fin llegamos al hospital donde estaban nuestros tíos. Por lo que pude ver también se encontraban nuestros padres, ya que su coche estaba al lado de donde aparcó Carlos. Pero lo que menos quería era ver a mis abuelos, y lamentablemente, donde se encontraban era en la sala de espera del hospital. Mi hermano me dio un abrazo, debido a que sabía lo que había sufrido por culpa de ellos. Y él también había sufrido por ellos. Básicamente lo que hicieron fue repudiarnos, como si no fuéramos dignos para ellos. Y mis padres cortaron lazos con ellos, no querían que por su culpa acabáramos todos mal.

Pero claro, también tenían derecho a ver a sus hijos, así que no les puedo echar en cara que estén aquí, aunque para mí y para mi hermano sea lo peor que podrían haber hecho. Y como no, cuando nosotros llegamos y se percataron de nuestra presencia, comenzaron las malas miradas y los susurros. Y yo ya me imaginaba de qué iban. Yo creo que en realidad nos odia a nosotros porque odia a nuestro padre. Él siempre apoyo a mamá a que si quería estudiar todo lo relacionado con la belleza y la moda, en cambio ellos querían que estudiara empresariales, para llevar la empresa de ellos en un futuro. Pero nuestro padre ya estudió empresariales, así que ella se decantó por lo que la gustaba. Y ellos no se lo han perdonado todavía.

Por el lado contrario, se encuentra mi tío, que si estudió lo que ellos querían, empresariales, y era el ojo derecho de nuestro abuelo. Aún así, a su mujer tampoco la tragaban, así que parecía que nadie les caía bien. Eso, sí, cuando quieren adular a alguien porque son más importantes que ellos, lo hacen a la perfección, pero no soportan a los que según ellos, son inferiores que ellos.

Lo que no entendía del todo era que sí tanto nos odian, porque directamente pasaron de nosotros, y así se evitaban todo el escándalo que hubo en su momento cuando se enteraron en la prensa de que de su familia, solo quería a una persona. Eso fue muy embarazoso para ellos, y el resto de la sociedad en la que se movían, básicamente porque no querían saber nada de ellos, al enterarse de que eran unas personas muy falsas. Eso sí, su empresa seguía funcionando de maravilla.

- Hola mamá, papá - dijimos Carlos y yo

- Hola chicos, que bien que ya estéis aquí

- Ya. ¿Sabéis algo?

- No, todavía no ha salido ningún médico

- Esto no habría pasado si no hubieran venido a veros, malnacidos - dijo mi abuela

- Y yo no sé como mi hermano todavía os aguanta. Si fuera yo, os habría mandado a la mierda mucho tiempo atrás

- Eso ya lo sabemos, pero por lo menos el estudió lo que queríamos, no como otra persona. Si se recupera, se quedará en nuestra casa.

- Eso será si ellos quieren, solo es su decisión.

- Pues espero que decidan bien - terminó mi madre. Porque como no, era ella siempre la de la última palabra, aunque no tuviera la razón.

Al fin había salido un médico, y habían explicado que no se encontraban tan graves como parecía en un principio. Necesitaban estar en observación varios días, así que lo mejor era ir a casa a descansar, por lo menos mañana podríamos venir a verles con mejor aspecto. O eso esperaba yo, porque no sé si conseguiría dormir algo hasta que pudiera hablar con ellos. Según dijo el médico, a partir de mañana se podía entrar a visitarles, debido a que ya estarían despiertos.

Me fui a casa tranquila, sabiendo que ellos están en buenas manos, y que se recuperarán. Por lo menos esta noche iba a dormir sin ninguna preocupación, aunque mis padres no sé cómo lo llevarán. En todo el camino de vuelta a casa no han hablado, y eso me preocupa. Siempre están gastando bromas, pero esta vez no. Creo que ver a mis abuelos les ha afectado más de la cuenta, aunque ellos no lo quieran admitir.

Iba a preguntarles si estaban bien, pero sabía que lo más probable era que no me contestaran. Cada vez que se comportaban así, lo mejor era dejarles en paz, porque si no les tendría que dejar en paz durante mucho tiempo, hasta serían capaces de castigarme. Y lo hicieron una vez, solo por preguntar si se encontraban bien.

Después de diez minutos, ya nos encontrábamos en casa, y en mi interior, salté de alegría, porque así podría ir a mi habitación y no estar en el mismo sitio que mis padres. Ya no aguanto más el hecho de que ni siquiera me miren, como si ellos fueran los únicos afectados por todo lo que ha pasado en el día de hoy. Lo que no termino de entender es por qué, si tanta manía tienen a mi tía, quieren que cuando les den el alta en el hospital, se vayan con ellos. Esa una cosa que por más que lo piense, no lo encuentro ninguna explicación. Y creo que no la encontraré nunca.

Al entrar en casa, decidí avisar a mis padres de que estaría en mi habitación, prefiero no molestarles.

- Voy a estar en mi habitación, si necesitáis algo, me encontraréis allí

- Vale hija. Vamos a hacer algo de comer. ¿Quieres que te avisemos? - me preguntó mi padre.

- De acuerdo. Gracias.

- De nada hija. Hasta dentro de un rato.

Por lo menos, mi padre me contestó bien, y no borde. Aunque agradezco que me lo dijera él, debido a que sé perfectamente que si hubiera sido mi madre, o no me hubiera contestado, o directamente me habría contestado borde. Lo que no sabía ella es que la conocía como la palma de mi mano, así que me mostré comprensiva con ella, y la mire con ternura antes de dirigirme a la habitación.

Lo único que hice fue terminar la tarea que me quedaba pendiente, así por lo menos tendría lo que me quedaba de tarde y por la noche libre. Lamentablemente no me pude concentrar todo lo que yo quería, no paraba de pensar en todo lo que había pasado. Lo que tampoco entendía era que un conductor experimentado como mi tío, podría haber tenido un accidente. Según parece, la policía está investigando, así que espero que sepan enseguida que es lo que ha pasado. En un principio, podría haber sido fallo de frenos, pero no querían aventurar nada, por si fallaban.

Al poco rato me avisaron, así que decidí bajar a comer.

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No terminaba de salir de mi asombro después de la noticia que María me había dicho. Tenía un novio, y no lo dijo hasta ahora porque antes quería averiguar si iba a ser formal o no. Según ella, un día de estos me lo presentará, pero será un día que tengamos libre todos nosotros. Por lo que ella cuenta, parece ser un chico muy majo, pero prefiero verle yo con mis propios ojos para averiguarlo. Suelo tener muy buena intuición respecto a las personas, así que espero acertar esta vez, y confiar en que sea tan majo como dice María. Pero por lo menos es otra alegría más.

Si, otra alegría más porque a mis tíos ya les dieron el alta el otro día, y por decisión propia, se quedarán con nosotros hasta que se recuperen del todo y puedan volver a su casa. Cuando se lo comunicaron a mis padres, ellos montaron en cólera, porque lo que pretendían es manejar a mi tío a su antojo, y de esta manera que se pusiera en contra nuestra y de su propia esposa. Cosa que no sucedió porque él ya conocía sus intenciones, y menos mal. No soportaría ver a mi tío en contra nuestra ni de mi tía, eso nos destrozaría a todos. Pero pensándolo bien, eso es lo que mis abuelos quieren.

Mi madre, tras saber que ya se iban a recuperar, volvió a comportarse como era antes, y no era borde con todos. Así estoy feliz, porque por lo menos puedo hablar con ella sin que parezca que se va a tirar encima. Y a mi padre le pasaba lo mismo, me lo confesó unos días atrás mientras mi madre se encontraba en la habitación. Pero prefería estar a su lado, que no después le echara en cara no estar con ella cuando más lo necesitaba. Y le entendía, porque yo haría lo mismo.

Tras estar todo el día en clases, llegué a casa exhausta. Más cansada no podía estar. Al estar los exámenes cerca, los profesores nos mandaban más cosas, que se traducía en más tareas, trabajos y cosas para estudiar.

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Siento que este capítulo sea algo corto, hasta el próximo

-xoxo-

Todo por un amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora