Capítulo 3.

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Capítulo 3.

Lauren

Sonó la campana que avisaba el cambio de clase. Maldije como nunca en mi interior, no quería volver a encontrarme con aquella chica tan perdedora, sé que me sacará de quicio la forma en la que respira, la forma en la que habla y hace que su aspecto parezca inocente –o eso es lo que intenta-. Me despedí de Harrison después de haber intercambiado números y camine rápidamente hasta el salón de mi siguiente clase. Había olvidado por completo que había dejado a mis amigas solas, a la intemperie con esa clase de bruja con sobre peso y problemas de personalidad.
Saqué mi celular para escribirle a la primera que me apareciera en los contactos; le enviaría un mensaje a Marianne, pero creo que ella se adelantó y escribió primero.

"¡¿DÓNDE PUTAS TE HAS METIDO, LAUREN?! CONTESTA MIS MENSAJES, DEMONIOS".

Se notaba lo desesperada que estaba, viéndolo bien, estábamos exagerando la situación. Estamos prácticamente en el mismo techo.

"Calma, idiota. Voy para la clase de literatura como dice en el horario. Ya nos vemos, btch".

"¡¿ME DICES QUE ME CALME?! Jódete, pensamos que te había pasado algo y, fyi, te hemos buscado por toda la escuela. Necesitamos contarte algo. –Valerie".

"Dejen de perder su tiempo en reclamos idiotas. Nos encontramos al frente de la cafetería ¿les parece? JIC, la cafetería es donde uno come, assholes".

Guardé mi celular y me dirigí hacia la cafetería. Cualquier cosa que me fueran a contar tenía que ser una idiotez, es el primer día y por lo tanto no pasará nada interesante.

Marianne

La chica a la cual Lauren jodió, se sentó en la mitad de Valerie y mía. Yo simplemente no le puse atención a esa acción tan patética de parte de ella, pero al parecer Valerie le costó mantener la boca cerrada, cómo no.

-¿Quieres que nos movamos cinco metros más para que quepas? –Escupió Valerie, exasperada por el comportamiento de Rihanna, Raviola, bueno, en fin, de ella, la cual estaba recostada imprudentemente en el asiento de Valerie-.

-No, me gusta la compañía de ustedes cerca de mí –Y ahí aquella chica puso la cereza del pastel de Valerie-.

-¡¿Acaso te robaron la coherencia?! ¡Lo dije con el mayor sarcasmo de mi puta vida –empezó a gritar, aprovechando que la maestra había salido a buscar a Lauren- ¡Muévete de ahí tu puto culo! –se levantó de un solo movimiento y siguió gritando- ¡¿También tienes grasa en los oídos?! ¡¿No me oyes?! ¡Mueve tu puto culo de una puta vez de ese puto asiento o lo haré yo!

No podía dejar que mi amiga se metiera en más problemas de los que ya tenía en esta escuela. A pesar de su altura, siempre buscaba la razón por la cual pelearse con quienes no le agradaban y más, si aquellas personas nos decían o hacían algo. Era tolerante, demasiado podría decirse, pero su mal genio opacaba todo valor que alguna vez nos demostró a nosotras y que hoy en día sigue demostrando.

-¡Valerie, para de una vez! –me levanté deteniendo a Valerie y tomándola de un brazo- Que se joda ella sola, no vale la pena. Respira y relájate.

Su pecho iba a mil por hora, pero fue bajando de intensidad poco a poco mientras yo la seguía teniendo del brazo. Era fácil calmarla cuando se es cercano a ella y si eres 20 cm más alta, claro está. Todas las miradas seguían centradas en aquella escena que había montado Valerie.

-Te salvas de esta, Ricarda. Te juro que la próxima vez que tomes tanta confianza y no mantengas tu espacio te saco la grasa que tienes en el cuerpo por la puta boca.

-¡Cállate de una vez! –mi paciencia se estaba agotando. Debía calmarla antes de que colmara mi paciencia y ahora fuera yo la que empezara con la mierda.

-¡Cállense las tres, trio de patéticas! –gritó un chico a la punta de la otra esquina. Jamás lo había visto en esta escuela, otro nuevo a la lista.

-¡Dejen de gritar! –la chica nueva empezó a taparse los oídos y a llorar entre gritos- ¡No necesito que me repitan lo ridícula que soy! ¡Tú también deberías callarte! –se dirigía al chico que antes había gritado-

Y después de esta escena tan extraña salió del salón sin más, dando un portazo detrás de ella al salir.

-¿Quién mierdas eres tú y qué haces dándote el derecho de callarme y seguido, a decirme patética?

»Mierda«

Después del impacto de aquella escena, Valerie se zafó de mi agarre e iba caminando hacia el chico que se encontraba en la esquina del salón, como un león asechando a su presa. Aunque al parecer, esta presa no tenía miedo de este león.

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¡Hola!, esperamos les esté gustando la novela. Una aclaración, las expresiones "fyi", "jic" son abreviaciones estadounidenses que se utilizan mucho en los chats, haciendo referencia a "for you information" y "just in case" son algunas abreviaciones de expresiones populares en USA.
All the love xx -Roji y Gomi.

Stalker. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora