Capítulo 7.

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Marianne

Las semanas pasan cada vez más rápido. No podría decir que la situación era la mejor entre el grupo con el que se juntaba Ravenna y el nuestro, pero si puedo asegurar que en estas tres semanas que ya habían pasado con rapidez no tuvimos ninguna otra pelea como la del primer día, algo positivo. Gastar energía con ese tipo de personas podía llegar a ser la peor inversión de tiempo.
Al fin la hora del almuerzo había empezado, Lauren nos contó que había conocido un chico nuevo el primer día llamado Harrison, pero que al día de hoy no lo ha vuelto a ver, solo han hablado por mensajes.
Como de costumbre nos sentamos en la mesa que siempre ocupábamos. Valerie evitaba toda clase de contacto con Louie desde aquella vez que ella llamó "patética y vergonzosa" pero que en verdad, fue algo demasiado tierno.

-¿En verdad tengo que usar el vestido que mi madre elija? Digo, puedo yo misma elegir mi vestido sin necesidad de su asesoría –Valerie puso los ojos en blanco.

-¡Eres su dama de honor! No vas a aparecerte en su boda vistiendo un vestido diferente a lo elegido para las damas de honor. ¡¿Alguna vez has ido a una boda?! –rio- ¡Ey, Mari! Deberías estarme apoyando en estos momentos.

-No puede ser tan malo. Es un maldito vestido, supéralo, Valerie –reímos- nosotras te acompañaremos a ver el vestido. Mantén la calma, exagerada.

No podía evitar burlarme de la expresión de Valerie al saber que tendría que llevar un vestido dorado a la boda de su madre. No era un secreto que el dorado era el último color que ella llevaría en cualquier prenda, pero debía hacer ese sacrificio por su madre a la cual ama como a nadie.
Después de hablar muchas más tonterías respecto a la boda, una incómoda visita llegó a nuestra mesa.
Ravenna se acercaba con una camisa blanca con el borde del cuello y el de las mangas negro, igual a la camisa que Lauren llevaba el primer día. Lo hubiera tomado como una coincidencia, si no llevara el número "98" estampado en su espalda igual que la camisa de Lauren.

-Hola, chicas –pero ¿con cuánta confianza nos habla? Qué le sucede- ¿puedo sentarme con ustedes?-exclamó con la sonrisa más sínica que he visto.

Anonadados. Quedamos anonadados después de tal pregunta. Louie y sus amigos no paraban de mirar nuestra mesa, como si nuestra comida tuviera ratas o fuéramos payasos de circo. Yo me limité a encoger los hombros sin saber cómo reaccionar.

-No me malinterpreten, solo quiero poder hablar con ustedes y quedar en buenos acuerdos –al hablar le mantenía la mirada fija a Lauren. Esa chica de alguna manera sabía que Lauren a pesar de actuar como una "diva sin sentimientos", no tiene el corazón para decir no y esa era una de sus mayores debilidades.

-Claro, digo, ¿por qué no?, todos merecemos una oportunidad, digo, una segunda oportunidad –Lauren no podía parar de balbucear idioteces sin sentido. Al final simplemente asintió sin apartar la vista de la camisa que portaba aquella chica.

-Intenta no cagarla esta vez –Valerie dijo entre dientes. Le di un discreto codazo para que callara por una vez en su vida.

Parecían horas en vez de segundos. Ravenna no hablaba como se suponía que debía hacerlo. Los dos grupos nos limitamos a mirarnos unos a otros intercambiando miradas incomodas.
Louie no despegaba la mirada hacia nosotras, estaba esperando el momento donde alguna perdiera la paciencia para entrometerse, cómo no.

-¿Podemos hablar afuera? –algo incómoda Ravenna dijo por fin.

Sin saber a qué nos llevaría, las tres asentimos al tiempo mientras tomábamos nuestras cosas y nos levantamos. ¿Sería esto una broma?
Salimos de esa cafetería infestada de incomodidad y tensión y nos dirigimos al pequeño jardín que se encontraba en frente del auditorio. Nos sentamos en las bancas frente a la gran fuente de agua con una figura de un ángel.
»¿Qué hago detallando una fuente?«

Stalker. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora