Capítulo 10.

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Valerie.

Un rato después de los comentarios estúpidos de Lauren y muchas disculpas por su parte, fuimos a almorzar y a hablar mucho tiempo con las chicas respecto a Louie, decidí seguir sus consejos, claramente ellas sabían más respecto al amor que yo.
»¿Respecto al amor?«
No es que estuviera enamorada ni mucho menos. Ellas dicen que es una atracción, a mí me gusta definirlo como una estupidez. Cada quien cree lo que quiere creer.
Lauren no para de decirme lo linda, agradable, divertida e inteligente que "soy", que qué hombre no le gustaría estar conmigo y blablablá. Marianne se limitaba a reír, asentir y mirarme con orgullo. Joder, no pensaba casarme, ¡Solo hablaría con él!, eso es todo. Estaba dispuesta a establecer un lazo de... ¿amistad? ¿Compañerismo?, un lazo de lo que fuera con ese imbécil.

-Ya hablé con algunas personas –sonrío picara. Puse los ojos en blanco- no me mires así, señorita. Soy Lauren Thompson, a mí ni un solo detalle se me va de las manos –y en eso si estaba de acuerdo- en fin, me dijeron que se transporta en una moto, no me especificaron detalles pero era de las pocas que al final del día se encontraban en el parqueadero principal. ¡Es tu oportunidad!
-¡Ve ahora antes de que se vaya y tengas que ir corriendo detrás de él! –Marianne y Lauren no podían evitar sonreír.
-Hagamos algo, si voy y está es una señal divina que me indica que debo hablarle... otra vez –pause- y si no está, si ya se fue, las cosas quedan olvidadas. Puede que sea simplemente un impulso idiota, así que si no está hoy, ni el lunes después de este fin de semana ni nunca lo vuelvo a intentar, ¿trato?
-No hagas tratos con nosotras, idiota –Marianne puso los ojos en blanco- es cosa tuya si quieres o no. Solo hazlo y deja de hacerte la cara dura.

Me acompañaron hasta cierto punto ya que las dos estarían ocupadas y tienen que salir rápido de aquí. Lauren irá a ver algo sobre las porristas de la escuela y Marianne tiene trabajo pendiente en el almacén de ropa donde recientemente está trabajando.
Después de despedirme de ellas, caminé lo más lento que pude fijándome en cada detalle de cada pasillo que dejaba atrás.
Veía cada detalle de cada afiche, noté que las puertas de los salones tienen colores de una escala de grises diferentes, dependiendo al área que pertenezcan, los casilleros del "600" al "700" no tienen el número "666" lo cual me hizo bajar un poco los nervios y remplazarlos por un poco de humor.
La puerta transparente que daba paso al parqueadero ya se hacía visible para mí a lo lejos. Tenía los nervios a flor de piel, ¿por qué mierdas? No lo sé y tal vez no lo quiera saber. Si alguien más en esta vida dice que estoy enamorada, le romperé la cara para que sientan lo que opino respecto a sus bazofias de hipótesis.
Al ya encontrarme cerca de la dichosa puerta, la abrí lentamente, pero antes de tenerla completamente abierta respiré hondo y empecé a observar las pocas motos que se encontraban allí, una de ellas captó mi atención, era una Harley Night rod y aparentemente era la única que estaba encendida...qué raro, nadie estaba a punto de manejarla.
¿Louie manejando una Harley? No me molestaba la idea.
Si esa era su moto, ¿dónde estaba él? Cerré nuevamente la puerta y busqué al ojiazul con la mirada. ¡Ca-chin! Lo encontré y no en las mejores condiciones.
Estaba sentando en el suelo de hormigón junto a Ravenna, pero no de cualquier manera. Prácticamente estaban a un paso de succionarse, difícil saber quién succionaría a quién, puesto que estaban prácticamente empatados.
No sé describir lo que sentí en este momento, sentía todo menos algo placentero, quería devolver el almuerzo de ese día y los de hace 5 años atrás también. El estómago se me revolvió al ver aquella escena tan repugnante.
No era precisamente esto a lo que me refería con "si voy y está es una señal divina que me indica que debo hablarle", esa, en definitiva no era una señal divina y mucho menos le hablaría, ¿qué le diría sin ser una fuente de vomito?
-"Hola, vi cómo se apareaban prácticamente, pero lo pasaré por alto. ¿Quieres salir conmigo?"
-"Oye, ¿me darías detalles?...sabes, no es necesario, los estaba espiando desde la puerta de cristal, sí, esa que es absolutamente transparente y se ve tanto lo de fuera como lo de dentro".
-"Después de esa comida, dudo que tengas hambre. Mejor dejamos la salida a comer para otro día, si ese mismo día no te da por comer otra cosa".
»Mierda, mierda, trágame tierra«
Notaron claramente mi presencia, pero no podía salir corriendo de allí devolviéndome mil pasillos para ir a la entrada principal. Le dije a Samantha que le dijera a mi madre que me recogiera en la parte trasera, justo en el parqueadero donde en ese momento estaba parada... o algo así.
Louie no cerraba la boca ni parpadeaba ya que mantenía los ojos abiertos como platos. Ravenna se limitaba a sonreírme, qué tan patética debo verme acá parada como si no supiera que la puerta es cristal, ¡Es transparente, maldita sea!
Esperaba no tener la cara pálida por el casi vomito que creía que iba a tener frente a esa escenita.
Jamás me lo imaginé y... ¿por qué debe afectarme?
»Puta, reacciona de una vez«
Abrí la puerta sin más rodeos, poniendo mi mejor cara de póker. Pase junto a la moto sin evitar mostrar la emoción que me da al tener cerca una Harley absolutamente bien cuidada. Sin embargo recordar quién es el dueño de aquella belleza me revolvía el estómago.
Los miré sin expresión alguna en el rostro y simplemente caminé lo más relajada hasta la salida. Voy bien, mierda, voy muy bien.
-Ey –oh, gracias vida por conspirar en mi contra.
-Gracias, no, ya me voy. Aléjate que podría terminar vomitándote encima, lo que acabo precisamente no podría considerarse ni siquiera tierno, ¡No podría considerarse ni siquiera porno! –rio sonoramente. Esa no es la idea, no quiero hacerlo reír ¿qué le sucedía a este chico?
-Yo no la besé –soltó serio.
-Yo no pedí explicaciones, no me importa. Solo les digo que la próxima vez busquen un cuarto, yo podría hacerles una lista si quieren de los mejores moteles del estado –me alejé más de él, caminando por la acera mientras le texteaba a Samantha
"Hdp, espero no me hayan dejado acá, par de perras" Le escribí cinco veces seguidas a Samantha.
-¿Por qué nos observabas si no te interesaba en absoluto? –soltó el egocéntrico hijo de perra.
-¿Qué los observaba? –me eche a reír. El solo frunció el ceño...qué tierno... ¡¿Qué es lo que pienso?!- si quisiera ver tales cosas bien podría entrar a RedTube y buscar "hijo de perra violado por un pez succiona labios" pero no me apetece arruinarme la vida viendo tales cosas, aunque ustedes ya me lo hicieron a mí –escupí sarcásticamente.
Ravenna se acercaba a pasos largos con el ceño fruncido y la cara enrojecida de la rabia. Por favor, qué patética.
-Louie, podrías llevarme a casa –lo tomó de la mano y él al percatar esto se soltó de inmediato sin quitarme la vista de encima.
-¡Jodanse si van a seguir actuando así en mi cara! ¡Bastardos asquerosos! –volteé la vista hacia la calle mientras me eche a caminar lo más rápido que pude.
-¡Algún día dejarás de decir tantas groserías y así mismo algún día me dirás la razón! -¿y éste tipo de qué habla ahora?
-¡La razón de qué, Thorne! –grité sin parar de caminar y sin dejar de darles la espalda.
-¡Del por qué estabas inmóvil detrás de esa puerta de cristal! ¡Todo tiene su razón y su por qué, Valerie! –sonreí para mis adentros, me gustaba como sonaba mi nombre con su voz; voltee a verlo, tenía una sonrisa en su rostro de satisfacción por haber notado por completo que yo tenía una razón solida de por qué estaba como una idiota viéndolos detrás de la puerta.
Se dio la vuelta, no sin antes guiñarme el ojo con una brillante sonrisa y volteando a ver a Ravenna molesto. Volví a voltearme y sonreí sonrojándome un poco. ¿Qué acaba de pasar? Primero casi vomito y ahora... casi estoy vomitando pero no precisamente en el mal sentido.
Mi celular vibró y vi que era Samantha hija de puta, por fin.
"Veo que te gusta socializar con Lu, él es amigable, Val JAJAJAJAJ!"

¡¿Me estaban espiando ese par de imbéciles?! Busqué con la mirada la camioneta negra de la familia y sí, en ese instante salió de un pequeño callejón parqueando frente mío.
-No me habías hablado de ese muchacho, hija –sonrío emocionada mi madre mientras bajaba la ventanilla.
-Por favor, no nos vamos a casar, par de solteronas. Déjenlo ser.
Dije mientras me subía al auto en la parte trasera. Ellas se echaron a reír y Samantha me guiño el ojo viéndome desde el retrovisor. Qué exageradas.
-De hecho, a mí no deberías denominarme "solterona" –mi madre hizo un guiño.
-Veo que sus planes de "Viernes por la noche" son vigilar a sus familiares mientras tienen una formal conversación con un extraño –solté ignorando lo que mi madre había comentado.
-No precisamente ese es nuestro plan de hoy –las dos se rieron cómplices de algo que definitivamente no me iba a gustar- y que se gritaran babosadas no fue precisamente una conversación lo bastante formal con alguien que no es para nada un extraño para ti, Val.

Puse los ojos en blanco y no respondí a tal idiotez que acababa de soltar Samantha, bazofia.

Stalker. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora