Valer mas por lo que se calla que por lo que se habla era algo que había dejado de gustar hacía mucho tiempo a Atenea. Porqué siempre era ella la que debía demostrar cordura y autocontrol, medir cada palabra, vigilar cada gesto para no dañar a nadie de su alrededor, todo esa gente a un paso de cruzar la linea hacia la locura.
Había alguien mas cerca que nadie de ese límite, alguien a quien tarde o temprano debería hacer daño. Dione estaba muy deprimida, preocupada, irritable, como siempre, incapaz de ver que los demás eran frágiles personas que sufrían igual que ella, o quizá más. Porque había llegado el día, Jack se marchaba muy lejos, a luchar, y Dione estaba triste, pero Atenea se moría. Llevaba años escondiendo su amor al mundo, callando, viendo como su hermana se colgaba de su cuello, se apoyaba en su pecho, le besaba, le manejaba como una marioneta. Jack siempre había sido amable con ella, le tocaba su carita pálida y le sonreía. Él era tan bueno, tan honrado, noble, justo, cuerdo, legal, ordenado, no tenía nada en común con Dione. Y Jack siempre había sentido predilección por Atenea, que aunque la llamara enana sabelotodo, la admiraba por su capacidad, teniendo tan poca edad, de encarrilar a cada miembro de aquella familia de locos y cuidar de la pequeña Níobe, ocupándose de su educación.Todo cambió un día que, con la llegada del verano, Dione organizó una de sus excursiones. Pasaron el día en la playa, ella, sus dos hermanas, Jack y Jonathan, un amigo. Tal vez Dione creyó que surgiría el amor entre su hermana y el amigo de Jack. Sin embargo no fue otro que Jack quien se sorprendió mirándola de reojo, quien a partir de ese día dejaría de ver a Atenea como una niña. Su cuerpo había cambiado, una hermosa figura de mujer había ocupado el lugar de ese cuerpo esmirriado. La enana sabelotodo era ahora una preciosa chica , poseedora de todas las cualidades que él valoraba en una mujer. Y encontró el momento para quedarse a solas con ella:
- Perdona Atenea.
- Que debo perdonar?
- No he dejado de mirarte en todo el día- la chica enrojeció- pero es que no podía dejar de hacerlo. Me daba igual incluso que me vieran los demás, incluida tu hermana.
- Lo dices como si hubieras sido víctima de un embrujo.
- No. Esto no puede ser un ridículo embrujo. Esto es algo mas fuerte, algo hecho poco a poco, algo que los años han convertido en amor de verdad.
Estuvieron tanto rato como pudieron besándose, se sentían tan bien, se amaban tanto que no pudieron sentir ni remordimientos. A partir de entonces tuvieron claro que algún día deberían hablar con Dione, pero Atenea tenia miedo y le rogaba a Jack que se armara de paciencia hasta que encontrara el mejor momento. Se escondían tras las columnas de piedra, se tragaban las ganas cuando había gente delante, se miraban y enrojecían, jugaban a un juego peligroso y aquello llagaba a gustarles, a ellos, tan alejados de la aventura, tan de pies en el suelo, disfrutaban burlando al mundo. Aunque los padres de Jack vivían pendientes de su hijo y enseguida se dieron cuenta. Dione superaría aquella historia, ella y el mundo entero sabían que quería a Jack pero no de esa forma que se empeñaba en hacer ver, su verdadero amor se fué, la abandonó. Lo que no podría soportar sería saber que Dóminic, su querido maestro Dóminic, sentía una alegría inmensa al saber que era Atenea y no Dione la elegida por su hijo.
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EMBRUJOS Y HECHIZOS
FantasyA menudo en la historia de la humanidad, algunos hombres poderosos, aunque cobardes y acomplejados, sin encontrar armas para combatir la sabiduría y el conocimiento, que les hacían sentir seriamente amenazados, presentaron cargos contra ciertos pode...